MEV contra el DI, una Improbable Alianza
La Controversia: Revisión de Pares
La gente está confundiendo la política con la ciencia.
Los que apoyan el Diseño Inteligente, o DI, han tomado como objetivo a los responsables en educación y diseño de políticas públicas en un descarado intento de que sus opiniones se enseñen a los estudiantes como «ciencia». Desde el momento en el que el 99 por ciento de la comunidad científica apoya la teoría de la evolución, y manifiestamente rechaza en el proceso el DI, nos encontramos con que los defensores del DI arguyen que sus opiniones deberían ser llevadas directamente a la población, y así permitir que los desorientados estudiantes de biología en secundaria decidan sobre el asunto de una vez por todas.[27]
Esto contrasta vivamente con los medios científicos convencionales, en los que se requiere a los investigadores someter su trabajo a la revisión de sus compañeros científicos en su campo específico, un proceso conocido como «revisión de pares o de iguales». Tal sistema permite eliminar teorías inaceptables, mientras mantiene a la ciencia pura y permanentemente a salvo de toda controversia. Pero hágase la siguiente pregunta: aunque la «revisión de pares» suene como una buena idea, preguntar a los propios pares por su opinión, ¿no será la peor de las ideas? Quizá sea lo mismo que cuando una mujer pregunta a su novio «¿Esta blusa / falda / cazadora me hace gorda?». Sin importar lo que lleve puesto la respuesta es un rotundo «no, te queda de maravilla» en un 99,9 por ciento de los casos de prueba.[28] Como consecuencia, alegamos que el muy secreto sistema de «revisión de pares» está injustamente diseñado para reforzar los limitados puntos de vista de los científicos y de sus amigos íntimos.[29]
Si los científicos supiesen tratar a las personas, no estaríamos discutiendo ahora sobre el DI. De hecho habría que retrotraerse a los tiempos de Salem con sus juicios a las brujas para encontrar tal clase de cerrazón mental y puro odio por las opiniones de los demás.[30] Pero los valientes miembros de las juntas escolares, casi ninguno de ellos con formación científica, y en algunos casos con muy poca educación, han declarado que el sistema actual es injusto. Con un valor propio de los brujos se han atrevido a dar un paso adelante y redefinir la ciencia, y nosotros en la Iglesia del Monstruo Volador de Espagueti hemos decidido estar a su lado.
Es por ello por lo que hemos decidido saltar al ruedo:
Hemos descubierto pruebas sorprendentes que sugieren que el Monstruo Volador de Espagueti está detrás de la teoría del Diseño Inteligente, manipulando hábilmente el debate con Su Apéndice Tallarinesco.
Si no es Él, ¿entonces Quién?
Si tomamos lo que dicen los defensores del Diseño Inteligente, que el DI no es de naturaleza religiosa sino una alternativa científica a la Evolución, entonces la formación religiosa de esos defensores del DI debería reflejar fielmente el sentir del público en general. Pese a ello, cuando miramos los datos, no es ese el resultado que esperábamos, sino que vemos que el 95 por ciento de los líderes en la defensa del DI son cristianos evangélicos (CE). Dado que los cristianos evangélicos no alcanzan esa densidad ni siquiera en el Sur de EE.UU., estimamos que hay una probabilidad del 0,001 por ciento de que esta relación casi de 1 a 1 entre promotores del DI y de los CE ocurra de forma espontánea. Nuevamente, aceptando que lo que dice el DI de que es una ciencia y no religión, lo único que podemos inferir es que se trata de un hecho sobrenatural.
Los defensores del DI son extremadamente cuidadosos al establecer sus argumentos con una terminología secular, evitando muchos aclarar la identidad del diseñador. Cuando uno mira al DI es claro que un creador debe estar presente.
Aun así, los defensores del DI no sueltan prenda sobre quién puede ser ese creador. Si es el dios cristiano, ¿por qué no lo dicen? Podría uno pensar que esto debería ser lo bastante importante como para dejarlo claro. Esto nos lleva a deducir que el diseñador no es ese dios. Pero en tal caso, ¿quién está detrás de esta controversia?
Está claro que el que está detrás es el MEV. ¿Quién si no podría influir en tal grupo uniformemente religioso para suscribir la teoría no cristiana y no religiosa del DI? El MEV es conocido precisamente por este tipo de travesuras, y por tanto solo podemos concluir que el MEV está detrás del movimiento del DI, todo tiene sentido cuando uno lo piensa.
Prueba Irrefutable
Algunos de los mejores pensadores de todos los tiempos dedicaron su vida a probar la existencia de Dios. Tomás de Aquino lo hizo lo mejor que pudo, y sus escritos desde entonces llevan confundiendo a los recién llegados a la universidad. Kurt Gödel utilizaba una prueba que parecía utilizar jeroglíficos; por desgracia, ya nadie sabe leerlos, así que no sabemos si tuvo éxito. Basta con decir que nadie se las ha apañado para probar la existencia de Dios, y por tanto del DI parece que tampoco se podrá probar.
Y así es como está el patio. Ya que el DI no aporta sus propias hipótesis, lo que es un requisito de la ciencia, no se puede considerar una teoría científica a no ser que probemos la existencia de Dios.[31] Resulta entonces que la comunidad científica tiene una buena razón para ser escéptica sobre la teoría del Diseño Inteligente. Pero los defensores del DI destacan con toda justicia el error o conspiración por parte de los científicos. Ahí está el asunto: No hay conspiración… lo que hay es una consPiratación.

Prueba de Gödel sobre Dios: totalmente ilegible.
La verdad es que el MEV se esconde en todo a nuestro alrededor. Y Él nos ha dejado pistas como esos panecillos de estilo italiano que nos muestran el camino a Su Eterna Tallarinidad. Se encuentra a Él en el idioma, y cada vez que dices la palabra «tallarín» sin saberlo estás pidiéndole a Él su guía. Y allá donde cualquiera hable de «conspira(ta)ción», no hace sino invocar la traviesa naturaleza de Él y de Su Pueblo Elegido, los Piratas.
Pero solo con el idioma no tenemos pruebas innegables para esos científicos escépticos.[32] Necesitamos hechos puros y duros. Para empezar, miremos cómo los científicos evolucionistas intentan desacreditar el trabajo de los científicos del DI, hombres como Michael J. Behe, quien discute en su seminal y con frecuencia incoherente libro La Caja Negra de Darwin: El Desafío Bioquímico a la Evolución, el concepto de complejidad irreductible. En alguna parte del principio, Behe hace la siguiente y osada afirmación: «Por complejidad irreductible me refiero a un sistema sencillo compuesto de piezas bien ensambladas, partes interactivas que contribuyen a la función básica, en el que la eliminación de cualquiera de sus partes haría que el sistema efectivamente dejase de funcionar».[33] Pasa entonces a hablar de «mecanismos evolutivos» y de «la emergencia de algunos sistemas complejos bioquímicos», y otras cosas que, reconozcámoslo, suenan a las paparruchas de los legos y a los estudiantes de biología en secundaria.[34] Pero la cuestión es que esto es ciencia bien pensada, prueba casi irrefutable de que Behe sabe hablar como un científico. Aunque los evolucionistas respondieran con simulaciones por computadora que demostraran que es posible que la complejidad irreductible evolucione naturalmente, quiero recalcar que a mí también me sería posible usar mi computadora para dirigir un ejército entero de samuráis contra los grandes generales de su tiempo. Propongo que lo dejemos en empate.
Ambas facciones tienen su parte de razón, pero la Iglesia del Monstruo Volador de Espagueti propone una respuesta que es más probable, y mucho más fiable: que el Monstruo Volador de Espagueti está alterando nuestros datos científicos en un intento de despistarnos. No es culpa de los científicos, pues, ¿cómo iban ellos a saberlo? El MEV es invisible y pasa a través de la materia ordinaria con facilidad.
Aunque nuestra teoría puede sonar muy parecida al Diseño Inteligente, hay diferencias importantes entre el DI y el MEVismo, y la más importante es que ellos están equivocados y nosotros no. Pero tenemos varias cosas en común, y pienso que eso es en lo que tenemos que centrarnos.
Como el DI, utilizamos un método científico un tanto fuera de lo convencional, por el que primero definimos nuestra conclusión y luego recopilamos pruebas que la apoyen. Eso no solo nos permite hacer un estudio más congruente y fluido, sino que hay que decir que la investigación es más fácil cuando ya has llegado a una conclusión. A este respecto, a los defensores del DI se les debería dar la enhorabuena por su ingenio. Donde antes los científicos se veían abocados a pelearse con no se sabía cuántos meses de trabajos, o incluso años, ahora simplemente tienen que elegir una conclusión conveniente y encontrar pruebas que la apoyen. Y, para ser completamente honrados, a pesar de que nosotros también usemos esta nueva metodología científica, a la gente del DI se le debe conceder el mérito de que ellos la desarrollaron primero.
Quizá un día cercano la comunidad del DI también se verá tocada por Su Apéndice Tallarinesco, y unirá sus fuerzas con los Pastafaris. La ocasión nunca ha sido más propicia. Ciertamente, vivimos tiempos emocionantes, cuando a nuestras teorías sobrenaturales no convencionales por fin se les está dando el mismo reconocimiento que a las teorías naturales «no sesgadas, basadas en pruebas». Todos deberíamos sentirnos afortunados por vivir en unos tiempos con la mente tan abierta.
¡Y ahora, damas y caballeros, tenemos algunas demostraciones por hacer!