Parte VIII
176. Fósil femenino
Los restos de un cráneo con varios dientes, seis vértebras, dos costillas izquierdas, los huesos de un antebrazo y la pelvis izquierda de una mujer que vivió en el Mesolítico, hace unos 260 mil años, se encontraron hace 22 años en la región noroeste de China. Sin embargo, sólo en fecha reciente se han estudiado a fondo.
Por la forma de la pelvis, los antropólogos han llegado a la conclusión de que los huesos pertenecieron a una mujer. La era en que vivió se determinó tras analizar el material radiactivo que se encontraba junto al esqueleto. Hasta la fecha, es el ejemplar femenino del género Homo más grande que se conoce, ya que se calcula que su estatura fue de 1.66 metros y tenía un peso aproximado de 74 kilogramos.
Los paleontólogos también determinaron que sus brazos y piernas eran cortos en relación con el tamaño del tronco, que más bien era ancho.
De igual manera, concluyeron que esas características se explicaban como una adaptación para vivir en regiones frías, tal y como se observa en los cuerpos de hombres y mujeres que habitan hoy día cerca del círculo polar. Lo anterior lleva suponer que en aquella época la región en que se encontraron los restos era más fría de lo que es en la actualidad.
La mujer presenta un cráneo de mayor tamaño que el de los restos más viejos del género Homo, lo que apoya la teoría existente de que hacia el periodo medio de la edad de piedra (llamada así debido a que en ella el hombre empezó a fabricar herramientas con dicho material), los miembros del género llegaron a una cúspide de medidas craneales.
El estudio antropológico de estos fósiles es una pieza más del rompecabezas que un día permitirá comprender más claramente la evolución del hombre sobre la Tierra, paso a paso.
177. Hambre y memoria
Tal vez parezca obvio decir que sentimos hambre cuando el estómago está vacío.
Sin embargo, la explicación fisiológica es que, en esa situación, la capa que recubre internamente al órgano produce una hormona llamada ghrelina, que llega por vía sanguínea al cerebro. Allí, en el hipotálamo, existen unos receptores que, al unirse con ésta, generan la sensación de hambre.
Sin embargo, a un grupo de neurólogos les extrañó encontrar receptores de la hormona en otras zonas del cerebro, como el hipocampo, región encargada del aprendizaje y la memoria.
Para investigar la función que éstos tenían en un área tan ajena al apetito, los científicos inyectaron una dosis adicional de ghrelina a unos ratones.
Al practicar la disección de sus cerebros, encontraron que las neuronas del hipocampo habían desarrollado un mayor número de dendritas, que son las terminaciones nerviosas que establecen las conexiones con otras neuronas. Estas uniones se vinculan con el proceso de aprendizaje.
A los ratones de otro grupo se les desactivó el gen que produce la ghrelina y en su cerebro hallaron una disminución significativa de dendritas en las neuronas del hipocampo.
Cuando a los ratones que recibieron una dosis adicional de ghrelina se los sometió a pruebas, como aprender y memorizar en un laberinto el camino más corto para encontrar comida, mostraron un mejor desempeño que los ratones normales, mientras que aquellos que no producían ghrelina no lo aprendían y tardaban mucho en encontrar el alimento.
En un principio, parecería que la memoria y el hambre no tendrían por qué estar vinculadas; sin embargo, desde el punto de vista evolutivo, es lógico que un animal hambriento tenga que estimular la memoria para aprender y memorizar los sitios donde hay comida.
178. Herpes zóster
La varicela es una enfermedad de la cual casi ningún niño se libra. Aunque no deja de ser molesta, no es mortal ni de graves consecuencias. Por lo general, después de unos diez días de evolución, salvo por unas pequeñas cicatrices que dejan en la piel algunas vesículas, el niño se olvida de que tuvo este mal. Sin embargo, el virus que provocó esta enfermedad no abandona el organismo; permanece latente dentro del sistema nervioso, como si estuviera dormido, sin infligir daño por tiempo indefinido.
Por causas aún desconocidas, algunas veces el virus vuelve a activarse. Esto puede suceder 50 o 60 años después de la infección inicial; empero, esta vez su nombre y manifestación son diferentes. Se le llama Herpes zóster.
Se caracteriza por la aparición de una erupción en la piel localizada en ciertas zonas, como la cara o la espalda, acompañada de entumecimiento de la zona, comezón y dolor intenso, conocido como neuralgia posherpética, y puede durar varios meses. Aunque puede aparecer a cualquier edad, es más común ver esta afección en personas mayores de 60 años.
Los inmunólogos han obtenido una nueva vacuna contra el Herpes zóster que se aplica ahora en adultos con muy buenos resultados y que reduce hasta 50 por ciento la frecuencia de la aparición de la afección. En los casos en que a pesar de la vacuna se presenta la neuralgia o el dolor, éstos son más leves y duran menos tiempo.
Se recomienda que todos los adultos mayores que en su infancia padecieron varicela se vacunen contra el Herpes zóster.
179. Autofertilización
Las plantas leguminosas, como el frijol, tienen la ventaja de producir su propio fertilizante. En los nódulos que se forman en sus raíces se alojan unas bacterias llamadas rhizobium que toman el nitrógeno del aire y lo convierten en sales de amonio o nitratos, que la planta aprovecha. En otros cultivos es necesario agregar fertilizante con sales de nitrógeno para nutrir a la planta.
Agrónomos genetistas encontraron que al inducir la mutación de un gen en otras plantas, como el tabaco o el jitomate, las raíces de la planta formaban nódulos que, aunque al principio estaban vacíos, luego sufrían la invasión de bacterias que se encuentran en la tierra y que son capaces de convertir el nitrógeno atmosférico en sales aprovechables por la planta.
Si este procedimiento resulta aplicable al maíz, trigo, arroz o cebada, el ahorro de fertilizante sería enorme.
Esto traería beneficios al ecosistema, ya que la energía empleada para fabricarlos desprende gran cantidad de gases invernadero y el exceso de fertilizante arrastrado al mar es un contaminante que desequilibra los ecosistemas acuáticos.
180. Adultos con dislexia
¿Tiene usted problemas al leer? De acuerdo con un novedoso protocolo, los adultos con dislexia mostraron una actividad cerebral distinta que, al parecer, luego de realizar ejercicios con fonemas, refleja un mejor desempeño en las pruebas de lectura.
La dislexia se manifiesta como una gran dificultad para leer, sobre todo en personas con una inteligencia promedio. Las técnicas con fonemas, que sincronizan los sonidos apropiados con las letras escritas, han mejorado las capacidades de lectura en los niños con este problema, pero no se habían estudiado con anterioridad en adultos disléxicos.
En dicha investigación se reunió a 19 adultos con buenas habilidades de lectura y a otros tantos con dislexia. Un escáner de resonancia magnética proporcionó imágenes que medían el flujo de la sangre en los cerebros de los participantes mientras escuchaban palabras y trataban de repetir cada una de ellas eliminando el fonema inicial. Por ejemplo, la respuesta correcta después de escuchar «gato” era decir “ato». Una región situada en el lado izquierdo del cerebro, encargada de decodificar las letras del alfabeto, mostró un flujo en particular bajo de sangre en las personas con dislexia, lo cual sugería una actividad neuronal reducida.
Diez de los adultos con esta dificultad completaron un entrenamiento especial de ocho semanas basado en técnicas con fonemas. Al realizar el mismo ejercicio, registraron más actividad en la parte izquierda del cerebro en relación con la lectura y también activaron varias áreas del lado cerebral derecho que pueden contribuir al mejor desempeño de la lectura.
181. Entrenamiento cerebral
Después de los 30 años de edad comienza a observarse una serie de cambios quí-micos en las interconexiones neuronales del cerebro, lo cual provoca una disminución de las capacidades de conocimiento. A medida que el promedio de vida se ha incrementado, las manifestaciones de dicho fenómeno han empezado a ser una preocupación.
Aunque el declive es inevitable, neurólogos y psiquiatras buscan la forma de frenarlo antes de que desemboque en sus consecuencias más graves, como la enfermedad de Alzheimer.
En fecha reciente, un neurólogo diseñó un software que incluye diversos ejercicios mentales de diferente tipo y lo aplicó a un grupo de adultos de edades diversas. Conforme resolvían las tareas, los participantes se sometían a una «tomografía de coherencia óptica» con el fin de identificar cambios en el flujo sanguíneo cerebral. Algunas actividades, como la resolución rápida de problemas aritméticos y la lectura en voz alta, ocasionaban un mayor flujo hacia el área de la corteza prefrontal del cerebro.
Según este investigador, dichas actividades aplicadas todos los días en adultos mayores mejoran en grado considerable sus habilidades cognoscitivas.
Después de que los pacientes con Alzheimer efectuaran estas acciones por algún tiempo, se tornaron más comunicativos e independientes.
Otros científicos, en cambio, creen que estimular el flujo sanguíneo hacia la corteza prefrontal no significa en todos los casos aumentar las aptitudes para realizar las tareas cotidianas normales y que la mejoría en el desempeño con los problemas presentados por el programa puede ser tan sólo resultado del entrenamiento y la práctica específicos.
Sin duda, sería muy benéfico que, conforme se prolongan los años de vida, los adultos mayores pudieran detener el deterioro de sus capacidades intelectuales e incluso incrementarlas.
182. Aprendiendo de los insectos
¿Alguna vez ha pensado por qué una pulga puede brincar una altura que corresponde a 200 veces la longitud de su cuerpo? o ¿cómo es posible que el mosquito, que tanta molestia da en la noche, pueda agitar sus alas miles de veces y tan intensamente sin dañar su cuerpo? La respuesta se encuentra en una proteína llamada resilina que, hasta ahora, es la sustancia más elástica que se conoce. Estos insectos tienen dicha molécula en la zona donde se articulan sus patas o sus alas con el resto del cuerpo.
Unos investigadores tomaron de un cromosoma de la mosca de la fruta el gen que la produce y lo insertaron en el adn de una bacteria llamada Escherichia coli. De esta manera, el microbio «aprendió» a elaborar la resilina. Un cultivo de estos microorganismos produjo varios gramos del antecesor de la proteína, la denominada proresilina, y con ayuda de un catalizador convirtieron esta sustancia en resilina.
La elasticidad de la sustancia, que le permite estirarse y regresar a su forma original sin romperse ni deformarse, la convierte en un material que puede ser de gran utilidad para el hombre.
Por lo pronto, se cree que con ella pueden fabricarse discos intervertebrales sintéticos, que podrían implantarse en pacientes cuyos discos se han desgastado por traumatismos o degeneración.
Se presume que, si un mosquito mueve sus alas estirando la resilina cerca de 500 millones de veces en su vida, es muy probable que el implante de un disco de esta sustancia entre las vértebras de una persona pueda restituirle la flexibilidad normal de la espalda.
Analizar el funcionamiento de los seres vivos en la naturaleza, explotarlo y aprovecharlo para el beneficio del hombre, es algo en lo cual se enfocan los cientí-ficos constantemente.
183. La Luna y la contaminación
Nadar en el mar con su pareja en una noche de luna llena podría ser muy romántico, a no ser que conozca los resultados que se obtuvieron en cierta investigación.
Si en el agua de una playa hay bacterias llamadas enterococos, eso significa que está contaminada con aguas negras, y cuando su densidad excede cierto valor, las autoridades deben prohibir que la gente nade allí.
Durante varios años, microbiólogos ambientalistas realizaron diariamente un análisis bacteriológico del agua de 60 de las playas más visitadas por turistas.
Analizaron el tipo y la cantidad de bacterias presentes en cada centímetro cúbico de agua. Encontraron que las cifras más altas de contaminación coincidían con la luna llena o la nueva.
La fuerza gravitacional que ejerce la luna sobre los océanos provoca que suba el nivel de agua en las zonas situadas frente a ella. Las mareas suben y bajan dos veces al día, por lo que el máximo nivel ocurre cuando hay luna llena o luna nueva; es lo que se conoce como «marea viva».
Cuando la marea desciende y las aguas se retiran, penetran en el mar aguas subterráneas, que pueden estar muy contaminadas y, debido al movimiento de las olas, se remueve el suelo marítimo. A esto se debe la gran concentración bacteriana.
Cada playa tiene su patrón propio de mareas y las condiciones geográficas y climáticas pueden modificar la cantidad de contaminantes en ellas. Por lo tanto, es importante que las autoridades ambientales ejerzan un control constante de los residuos presentes en cada playa, para la protección de la gente que acude a sus aguas.
184. La química
Mientras que la física y la biología cada día son más admiradas por sus logros, la química, el tercer pilar de las ciencias básicas, tiene del público una opinión cada vez peor.
Se la considera la causa de la contaminación industrial, sin mencionar claro que el adjetivo «sintético” aplicado a algún material ha adquirido una connotación negativa, toda vez que por no ser “natural» la publicidad lo ha condenado.
En consecuencia, la palabra «químico» acarrea un sentido peyorativo y a las sustancias que son corrosivas se las toma como causantes de cáncer o perjudiciales para la salud.
Si bien esos juicios podrían tener cierta base de verdad, esta apreciación negativa se debe en particular a la ignorancia y a una deficiente enseñanza de esa asignatura desde la escuela secundaria.
Cabe recordar que la química ha aportado las herramientas y los conceptos para buscar las respuestas que las ciencias de la vida y la tierra se habían planteado con anterioridad.
Su mayor fortaleza radica en que se trata de una ciencia con capacidades creativas únicas, dado que es capaz de producir nuevas sustancias que nunca habían existido.
Un entendimiento pleno de los procesos biológicos sólo se puede dar a través de la química y es ella la que permite conocer y predecir la relación entre la estructura molecular de una sustancia y su función.
Sin duda, la ciencia de la materia y sus transformaciones merece ser reivindicada.
185. Extraño sentido del tiburón
¿Vio la película Tiburón? Ciertamente, la imagen de este animal no resulta nada amistosa y, menos aún, tierna o sensible. Sin embargo, aunque no lo parezca, tiene una sensibilidad muy peculiar.
Estos animales poseen una extraña habilidad para rastrear a sus presas. Estudios recientes sugieren que un gel transparente debajo de su piel los mantiene informados sobre diminutos cambios en la temperatura del agua marina, que quizá les sirvan como indicadores para alcanzar su alimento.
Lo que caracteriza a este gel es la infusión salina de glucoproteínas, que contiene miles de canales electrosensoriales, llamados ampollas, que conectan los poros de la piel con células nerviosas subyacentes.
En los estudios, los investigadores tomaron muestras del gel de tiburones de punta negra de arrecife y tiburones blancos que habían muerto recientemente en acuarios; después calentaron los tubos con las muestras.
A continuación midieron cualquier voltaje producido por la diferencia de temperatura en toda la longitud del gel y, para sorpresa suya, encontraron que una variación tan pequeña como un grado centígrado producía un voltaje tan grande como 300 microvoltios. A partir de estos datos concluyeron que un cambio en el agua marina de menos de un milésimo de grado Celsius activaría un voltaje en el gel y la ampolla se llenaría lo suficiente para que el tiburón reconozca el cambio.
Sin duda, percibir las variaciones de temperatura del océano es una invaluable herramienta de estos animales para encontrar comida.
186. Autotrasplante de médula ósea
Las personas que sobreviven a un infarto del miocardio tardan mucho tiempo en recuperarse; esto es así porque la capacidad de bombeo de su corazón se reduce a 45 por ciento de la eficiencia normal, en virtud de la inflamación del tejido cardiaco.
Un grupo de cardiólogos realizó, por medio de un catéter, un trasplante de médula ósea del mismo paciente directamente en la zona afectada del corazón. Con el «autotrasplante», el corazón recuperó su capacidad de bombeo en menos tiempo respecto de los otros pacientes, a quienes sólo se les administró un placebo.
La médula ósea, situada en la parte interna central de los huesos, es el punto donde se generan los glóbulos blancos y rojos de la sangre. Las células de la médula se llaman juveniles, ya que son inmaduras y aún no se han convertido en glóbulos sanguíneos.
Bajo ciertas condiciones, las células de la médula ósea tienen la capacidad de convertirse en otro tipo de células.
Sin embargo, aún se desconoce el mecanismo por el cual las células de médula trasplantadas promueven la recuperación del músculo cardiaco; empero, es posible al parecer que se transformen en células cardiacas que estimulan el crecimiento de otras nuevas o bien que se conviertan en células que formen nuevos vasos sanguíneos, lo cual puede favorecer la irrigación del tejido que lesionó el infarto.
El autotrasplante tiene la ventaja de que las células pertenecen al mismo paciente y, por lo tanto, no existe el peligro de experimentar un rechazo, como sucede cuando se trasplantan las de otra persona.
187. Dieta y proteínas
Si usted busca una dieta para bajar de peso, no basta contar las calorías que se ingieren.
Dos grupos de personas obesas se sometieron a dietas de 1700 calorías diarias. En uno de los grupos la dieta constaba de 55 por ciento de carbohidratos, 30 por ciento de grasas y 15 por ciento de proteínas.
La alimentación del otro conjunto contenía 40 por ciento de carbohidratos, 30 por ciento de grasa y 30 por ciento de proteínas.
Aunque los dos grupos ingirieron el mismo número de calorías, al cabo de cuatro meses de régimen el que consumió más proteínas que carbohidratos tuvo una pérdida de peso significantemente mayor respecto del que comió menos proteínas.
Las proteínas de la carne, leche y huevos contienen un aminoácido llamado leucina, que el cuerpo no elabora, razón por la cual debe tomarse de los alimentos y es clave para la formación de la masa muscular.
Los científicos que realizaron este estudio creen que la leucina, además de ser parte constitutiva de las proteínas, tiene la función de regular la formación de la masa muscular y la manera en que el organismo emplea la glucosa sanguínea.
Incrementar la masa muscular es importante porque, a diferencia de la grasa, consume energía aun cuando el cuerpo esté en reposo. Cuanto mayor sea su proporción, más grande será el número de calorías perdidas.
La dieta rica en proteínas tuvo mayores beneficios para aquellos que estuvieron activos y menos para los sedentarios.
Los que siguieron la ingestión con muchos carbohidratos perdieron menos grasa corporal, incluso si realizaban actividad física.
Una alimentación abundante en proteínas combinada con ejercicio es lo más efectivo para los que buscan reducir tallas.
188. Grasas «blanca” y “café»
Mientras que la grasa que se acumula en los tejidos de un bebé de peso normal le confiere un aspecto de «niño sano», en un adulto la obesidad es, a simple vista, un indicador negativo del estado de salud.
Casi todas las células del tejido graso de una persona desarrollada contienen en su interior grasa «blanca”, que es difícil de consumir y sólo se almacena, mientras que las de un bebé contienen grasa “café», que es un combustible metabólicamente más sencillo de consumir.
Es probable que esta función ayude a conservar la temperatura del recién nacido, puesto que después de la infancia los depósitos de dicha grasa desaparecen de forma gradual.
En las células que contienen grasa «café” se ha encontrado una proteína que no se halla en las de la grasa “blanca» y que facilita que los lípidos se quemen y no se acumulen.
En fecha reciente se ha localizado el gen cuya función es producir esa proteí-na en el plano celular. Al activar ese gen por medio de ingeniería genética, la grasa «blanca” se convierte en «café» y, en consecuencia, se metaboliza con facilidad. Los genetistas creen que si un paciente obeso se somete a una liposucción y se activa ese gen en las células del tejido graso extraído, al reintroducirlo su grasa «blanca» se transformará en “café» y ésta se consumirá fácilmente.
189. Cristales en Chihuahua
Al sureste de la ciudad de Chihuahua se encuentra una maravilla natural, única en el mundo, que podría estar en riesgo de desaparecer. Es la «Cueva de los Cristales» que se halla a 290 metros de profundidad.
En fecha reciente, unos geólogos descendieron a ese lugar, en donde sólo pueden permanecer por unos minutos, dada la temperatura, que es de casi 60°C, y la humedad relativa, que es del 100 por ciento.
Allí se observan, en enormes bóvedas, unas monumentales vigas cristalinas y blancas de hasta 11 metros de longitud, que se entrecruzan, de techo a piso y de pared a pared.
Estas minas son ricas en sulfuros, como la pirita, compuesta por azufre y hierro, y la galena, que es azufre y plomo. La oxidación del azufre en estos minerales liberó ácido sulfúrico. Esta sustancia reaccionó con la piedra caliza y formó sulfato de calcio, que conocemos como yeso.
A esa temperatura, el yeso se disolvió en agua y ésta, al evaporarse, posibilitó que las moléculas de estos dos compuestos se depositaran una sobre otra. El resultado fue un empacamiento molecular tan ordenado que dio lugar a cristales con formas geométricas y características idénticas.
A esta formación de yeso hidratado se la conoce como «selenita» y se sabe que la temperatura y humedad son críticas para que el fenómeno de cristalización se mantenga.
La cueva se localiza dentro de una mina, una de las más ricas del mundo en plomo y plata, y es controlada por una de las compañías mineras más importantes de México. Sin embargo, se corre el riesgo de que, cuando el mineral se agote, se suspenda el bombeo para extraer el agua, la cueva se inunde y se colapse la bóveda, lo que ocasionaría la fractura y nueva disolución de los cristales.
Valdría la pena, aun después de que se agote el mineral, conservar las mismas condiciones, para que las futuras generaciones puedan admirar esta maravilla.
190. Adhesivos bacterianos
Los adhesivos que poseen la mayor capacidad de pegarse a una superficie son de origen natural. Algunos de ellos son los que permiten que los moluscos, como los mejillones y los percebes, se fijen con tanta fuerza a una roca que el oleaje más violento no puede despegarlos.
En las últimas fechas se ha encontrado un pegamento aún más potente que elabora una bacteria no dañina, la llamada Caulobacter crescentus. Es muy común en superficies húmedas, como los cascos de buques, tuberías de agua y catéteres médicos.
Esta bacteria se adhiere a las superficies mediante un flagelo, que es un «hilo» con una terminación en forma de gancho, y utiliza una sustancia adhesiva formada por cadenas muy largas de azúcares.
Al someter a prueba la capacidad de esta goma se encontró que para desprenderla se requería una fuerza de 7.14 kg por cada milímetro cuadrado de superficie.
En cambio, el pegamento comercial de mayor adherencia necesita una fuerza de 2.5 kg por milímetro cuadrado, razón por la cual los químicos buscan ahora sintetizar una molécula semejante. Como su capacidad adhesiva es mayor sobre superficies húmedas, se cree que podría ser un excelente pegamento quirúrgico.
191. Colesterol
Como medida preventiva contra la arteriosclerosis y los ataques cardiacos se ha recomendado eliminar el huevo de la dieta, ya que contiene una elevada proporción de colesterol en la yema.
El colesterol navega en la sangre encapsulado en moléculas de una grasa llamada lipoproteína; ésta tiene dos formas: de «baja” y “alta» densidad. El tipo más peligroso es el que se halla envuelto en las lipoproteínas de baja densidad, ya que se infiltra con facilidad en la pared de las arterias, lo que da lugar a la formación de placas de grasa que pueden obstruirlas.
El colesterol que circula en las lipoproteínas de alta densidad no representa tanto riesgo y ayuda en realidad a eliminar el colesterol sanguíneo.
Investigaciones recientes mostraron que el huevo quizá no es el villano que se creía y que, más aún, podría prevenir esta enfermedad.
A un grupo de personas que no presentaban trastornos cardiovasculares se les administró una dieta regular, por varias semanas, en la que se incluyó el colesterol equivalente de tres huevos diarios.
La ingestión contribuyó a que este nivel se elevara en grado considerable en el 35 por ciento de los individuos, mientras que en el resto apenas se observó un aumento insignificante.
Sin embargo, en aquellos en los que se registraron cifras elevadas de colesterol, su organismo resolvió el problema al envolver a éste en moléculas de lipoproteínas de baja densidad pero de gran tamaño, lo cual impidió que se infiltrara y formara placas en las arterias.
Los investigadores sugieren que, además de tomar en cuenta la densidad de la lipoproteína unida al colesterol, se conceda atención a la dimensión de la molécula, con el fin de conocer mejor el riesgo de sufrir un padecimiento cardiovascular.
Éste sólo es un estudio preliminar y los especialistas no recomiendan, por ahora, el consumo de huevo para regular el colesterol sanguíneo.
192. Placebos y cerebro
Se conoce como placebo una sustancia que puede producir algún efecto curativo en el enfermo pese a que carece por sí misma de acción terapéutica. Para esto es necesario que la persona que lo recibe esté convencida de que esa sustancia posee en realidad tal acción.
Los placebos se conocen desde hace mucho tiempo. Se emplean en la investigación clínica de los medicamentos para comparar la acción terapéutica de éstos contra el «efecto placebo”, que podría considerarse como un “falso positivo».
Por mucho tiempo se consideró a los efectos terapéuticos de los placebos como producto de una simple sugestión y no se contaba con una explicación fisiológica para el fenómeno.
En busca de una explicación, unos neurólogos inyectaron en la mandíbula a un grupo de voluntarios una sustancia que producía un espasmo muscular. Esto ocasionaba un dolor moderado durante 20 minutos.
A la mitad del grupo se le aplicó una inyección intravenosa de un placebo, que no era otra cosa que solución salina (sin medicamento alguno), pero se les aseguró que contenía un analgésico. A la otra no se le suministró ningún placebo.
Durante el experimento, todos los voluntarios se sometieron a una tomografía para registrar la actividad cerebral. En aquellos que recibieron el placebo se observó gran actividad en las neuronas receptoras de unas sustancias conocidas como endorfinas y que poseen una acción analgésica, según se ha demostrado desde hace tiempo. La mayor actividad se registró en las personas que dijeron haber sentido mayor alivio con el placebo. En los individuos a los que no les fue aplicado no se observó ninguna actividad en esta zona cerebral.
Es necesario conocer mejor el mecanismo de acción de los placebos para aprovechar su efecto y quizá reforzarlo.
193. Secretos de la memoria
¿Es usted de los que tiene «memoria de teflón”? No se preocupe, dejar atrás la penosa frase “se me olvidó» no depende de poseer una capacidad cerebral privilegiada. La clave está en la estrategia.
Algunas personas tienen una memoria capaz de recordar un conjunto impresionante de cosas; es como si todo se les pegara. Esto no significa que sean más listas que el resto de la gente; lo que sucede es que tienen cierta habilidad en el uso de una táctica de aprendizaje que emplea áreas cerebrales importantes para la memoria espacial.
Según un reciente informe científico, este método que promueve la memoria consiste en visualizar un camino a lo largo del cual los artículos que deben recordarse se sitúan en diferentes puntos. Para recordar los objetos, lo que la persona hace es volver a trazar la ruta mentalmente.
Un equipo de investigadores estudió a 20 adultos: la mitad tenía memoria excepcional y la otra una capacidad promedio. Ambos grupos tuvieron un éxito comparable en exámenes de inteligencia verbal y razonamiento no verbal. Sin embargo, en las pruebas de memoria fue distinto.
Para esta tarea, cada voluntario debía observar tres secuencias, cada una con seis objetos que eran presentados brevemente, uno a la vez, y el objetivo era tratar de recordar el orden. Durante las pruebas, un escáner de resonancia magnética funcional midió la circulación sanguínea en los cerebros de las personas.
En este caso, los memorizadores excepcionales resultaron tener una superioridad previsible y registraron una mayor actividad en tres áreas cerebrales ligadas a la memoria espacial y la navegación. En nueve de diez casos, los individuos aseguraron que dependieron de la estrategia de visualización de la ruta para recordar los objetos en orden.
194. Dieta y corazón
¿Cuántas veces ha escuchado la frase «somos los que comemos»? En una investigación reciente se ha demostrado que este dicho tiene mucho de razón. Por décadas, unas sustancias llamadas policlorinados bifenilos se han relacionado con el cáncer y enfermedades cardiovasculares.
Un nuevo estudio muestra que el aceite de maíz puede aumentar el daño producido por estas sustancias en las células de las paredes arteriales.
La investigación se realizó con cuatro grupos de ratones genéticamente modificados para desarrollar bloqueos en las arterias, un factor precursor de las enfermedades cardiacas. El primer conjunto de ratones se alimentó con una dieta rica en aceite de maíz. El segundo con aceite de olivo. A ambos se les inyectó una dosis de policlorinados bifenilos, que dañan el tejido vascular.
El tercer y cuarto grupos tuvieron los dos tipos de alimentación, pero no se les aplicó la inyección con los contaminantes.
La sección que había comido con aceite de maíz y recibía los contaminantes presentó la mayor cantidad de grasa y daño celular en las arterias. Las paredes arteriales tenían grandes cantidades de moléculas acumuladas, que contribuyen al desarrollo de tejido fibroso y grasa en placas.
De acuerdo con estudios anteriores, el aceite de maíz tiene una alta concentración de ácido linoleico, que daña a las arterias. Por su parte, el aceite de olivo lo contiene en poca cantidad y posee altas concentraciones de ácido oleico, que es benéfico para el corazón.
Este estudio arroja indicadores que permiten inferir que la combinación de contaminantes y la dieta son determinantes en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
195. Hormonas y obesidad
Con toda seguridad ha visto en algunos restaurantes esas promociones de «coma todo lo que quiera…» Rechazar este tipo de ofertas, sobre todo para los amantes de la comida, se convierte en una dura prueba de autocontrol.
En estudios recientes, un grupo de científicos notificó el hallazgo de una hormona de «saciedad» natural que puede hacer más fácil la resistencia a comer demasiado, lo que podría ayudar a combatir la obesidad: se trata de la hormona ppy336.
Los científicos inyectaron esta hormona a algunos voluntarios y encontraron que sus niveles se elevaban cuando las personas estaban satisfechas, ya que ciertas células del intestino la producen cuando éste se llena de comida.
A partir de esto, descubrieron que una dosis de la hormona, liberada durante una comida abundante, puede suprimir el apetito aproximadamente por doce horas. Lo que presuponen es que este producto glandular viaja al hipotálamo en el cerebro e inhibe la actividad que activa la necesidad de comer.
Por otro lado, los alimentos que contienen fibra, como los vegetales, se desplazan más abajo en el intestino antes de ser digeridos, por lo que estimulan la liberación de más hormona, en comparación con la comida rápida, dado que ésta se digiere sobre todo en el estómago.
Por consiguiente, comer cierto tipo de alimentos puede contribuir también a indicarle al cerebro que uno está satisfecho.
196. Sensores bacterianos
La biotecnología es el aprovechamiento de las propiedades biológicas de los seres vivos, como las bacterias, para aplicarlas a procesos médicos o industriales que sean de utilidad para el hombre.
A partir de las pruebas biotecnológicas se ha empleado un grupo especial de microbios para producir sensores de humedad tan sensibles como nunca se había logrado conseguir por otros medios.
En un chip de silicio se introducen dos electrodos de oro, que es el mejor conductor de electricidad conocido. Entre ellos se coloca una capa de bacterias del género Bacillus cereus, muy unidas entre sí, de tal manera que forman un puente entre los dos electrodos. Con posterioridad se le da un baño al chip con nanopartículas de oro y se agrega un péptido que ayuda a que esa capa se adhiera bien a las bacterias.
La película forma un puente entre los dos electrodos y permite el paso de la corriente eléctrica. Si en el ambiente se registra un aumento de la humedad, las bacterias se hinchan un poco. Cuando esto sucede, se incrementa la distancia entre una bacteria y otra.
Esta pequeñísima separación dificulta el paso de electrones entre los electrodos y se registra una menor intensidad de corriente. De ese modo, el aparato se convierte en un indicador de la humedad existente.
La sensibilidad del chip es tal que una variación de cero a 20 por ciento de la humedad hace aumentar o disminuir la intensidad de la corriente 40 veces, mientras que en un dispositivo puramente electrónico sólo lo hace en diez tantos.
No cabe duda de que la interacción de los seres vivos con la electrónica promete grandes avances biotecnológicos.
197. El Niño
De forma normal, la elevación de la temperatura del mar en el Pacífico ecuatorial lleva el agua evaporada a grandes alturas. En la parte más baja de la atmósfera se genera un vacío, que sustrae masas de aire del Pacífico occidental. Este intercambio transporta grandes cantidades de agua, que se precipitan en el sureste de Asia, al mismo tiempo que se genera una corriente de aire hacia las costas de América del Sur. Este sistema se conoce como la circulación de Walter.
Cuando el volumen de agua evaporada en una zona y el de la que se precipita como lluvia en otra son semejantes, se mantiene en equilibrio la circulación de los vientos a través del Pacífico entre los dos continentes.
De forma periódica, si la evaporación es mayor que la lluvia, surge lo que se conoce como el fenómeno de «El Niño», que produce trastornos graves, como sequías en Indonesia y Australia e inundaciones en Ecuador, Perú y Chile. El cambio de temperatura en el mar provoca también alteraciones en las corrientes que modifican los nutrientes de los peces, cuyos volúmenes decrecen, y esto repercute en la economía de estos países de América del Sur, tradicionalmente pesqueros.
El fenómeno de El Niño solía presentarse con intervalos de ocho a diez años.
Sin embargo, cada vez es más frecuente y se teme que podría convertirse en un trastorno permanente del océano y la atmósfera.
Con base en mediciones históricas de la intensidad de los vientos, se encontró que ésta ha disminuido un tres por ciento de 1850 a la fecha. Esto se debe a que, conforme se incrementa la temperatura del planeta, la evaporación es mayor que la lluvia. Con ello se produce una disminución de la diferencia entre las presiones atmosféricas de los dos continentes, lo que trae consigo el debilitamiento de los vientos.
Si no se logra frenar el calentamiento global, consecutivo a la emisión de gases invernadero, como el dióxido de carbono y el metano, es predecible que, a fin de siglo, la intensidad de estos vientos disminuya 10 por ciento, lo cual ocasionaría efectos muy adversos.
198. Bostezos contagiosos
¿Alguna vez le han contagiado un bostezo? No se trata de ningún virus o enfermedad, pero la acción de bostezar se transmite fácilmente entre determinadas personas.
De acuerdo con un equipo de investigadores, las personas autoconscientes o empáticas tienen más probabilidad de contagiarse de los bostezos, lo cual objeta la idea de que es una mera coincidencia.
Estudios recientes han mostrado que entre 40 y 60 por ciento de las personas que ven videos o escuchan hablar sobre el bostezo, terminan también haciéndolo.
Pero los psicólogos se han cuestionado qué es lo que causa esta reacción refleja.
Para descubrir por qué la gente es susceptible o refractaria a contagiarse de los bostezos, un equipo de especialistas presentó a un grupo de personas los videos de individuos en el acto de bostezar, registró el número de bostezos de los participantes y estudió sus perfiles de empatía. La conclusión de los psicólogos fue la siguiente: la transmisión de los bostezos quizás se deba a que un individuo se identifica con el estado de la mente de otra persona mientras ésta bosteza, lo cual puede accionar una imitación inconsciente. Estos hallazgos explican quizá también por qué los esquizofrénicos, que tienen una dificultad particular para realizar este tipo de identificación, raras veces se contagian de esta actividad.
Para otros investigadores, que también han estudiado esta experiencia, el fenómeno tiene un sentido evolutivo. Según ellos, el bostezo contagioso pudo haber ayudado a nuestros ancestros a coordinar tiempos de actividad y descanso.
Por otro lado, estos mismos científicos creen que bostezar mantiene al cerebro despierto en situaciones en las que el sueño no es deseado. Esto explicaría que nuestros tiempos pico de bostezo son temprano por la mañana y cuando nos esforzamos por mantenernos despiertos en la noche, es decir, al desvelarnos.
199. Riesgos del ciclismo extremo
Y a usted… ¿cómo le gustan los deportes: moderados y de bajo impacto o arriesgados y extremos? Si su predilección es esta última, le convendría considerar ciertas cosas antes de practicar alguno de ellos.
En un nuevo estudio se ha encontrado que los hombres que desarrollan agotadores programas de bicicleta de montaña son más propensos a producir menos esperma y sufrir más anormalidades del escroto respecto de quienes no practican el deporte.
Un grupo de científicos utilizó varios tipos de mediciones a fin de comparar la salud de 40 ciclistas de montaña masculinos con la de otros 35 varones que no practicaban esa actividad. Los límites se extendían entre los 17 y los 44 años.
Exámenes de ultrasonido revelaron que 35 de los 40 ciclistas presentaban lesiones, casi todas delicadas, en el escroto y los testículos; en cambio, sólo nueve de los 35 no ciclistas mostraron tales problemas. En particular, 22 de los ciclistas y sólo seis de los otros tuvieron quistes en los testículos.
Por otro lado, un tercio de los deportistas presentó depósitos de calcio en los testículos, situación que se relaciona con un incremento del riesgo de cáncer en esa parte anatómica. La calcificación parece ser resultado de una repetida y crónica microtraumatización del escroto.
De manera adicional, las muestras de semen de los participantes revelaron que los ciclistas tenían como promedio 20 millones de espermatozoides por milí-metro de semen, a diferencia de los 47 millones de los individuos no practicantes del ciclismo. La alta temperatura que experimenta el escroto durante los extenuantes recorridos atenúa la producción de los espermatozoides. Se cree que tanto el calor como la microtraumatización pueden afectar la fecundidad.
En vista de todo ello, los ciclistas apasionados recomiendan comprar bicicletas con asientos acojinados que amortigüen los golpes.
200. Color y percepción
Dice el refrán: «todo es según el color del cristal con que se mira». Los nuevos estudios sobre la percepción del color indican que la capacidad de reconocer los colores en diferentes condiciones depende de la exposición anterior al espectro completo bajo la luz natural.
Si bien los colores se modifican de acuerdo con las condiciones de luz, las personas reconocen un tono aun si cambia la luz ambiente. Los científicos llaman a este crucial ajuste visual «constancia en el color».
Se realizó así un estudio con cuatro monos macacos que crecieron confinados en un cuarto iluminado bajo una luz con un espectro restringido de ondas luminosas, lo cual les impidió diferenciar un conjunto normal de colores. Más adelante se observó que los monos no podían identificar los colores cuando cambiaban las condiciones de luz, incluso si se los entrenaba para superar el problema. Otros cuatro monos, que crecieron con luz solar y fluorescente, reconocieron los colores en diversas condiciones de iluminación.
Los resultados indican que la experiencia visual temprana es indispensable para la percepción normal de color. Si bien esta visión afecta a las células «cono» de la retina, ahora se sabe que el cerebro asume la función sustancial, al realizar las discriminaciones de color bajo condiciones de luz cambiantes.
Será necesario realizar estudios de imágenes cerebrales de los monos que carecen de consistencia en el color para determinar las partes que se afectaron en su sistema visual y así poder conocer con más detalles el funcionamiento de estos procesos.