Parte V

101. Depresión y lágrimas

Cuando vemos a una persona llorar, una de las primeras cosas que suponemos es que lo aquejan la tristeza o la depresión. Por lo general, se cree que los individuos que padecen con frecuencia profundas depresiones suelen hundirse en verdaderos mares de lágrimas.

Sin embargo, estudios recientes han encontrado que esta creencia común parece no tener fundamento, ya que ante situaciones de tristeza las personas depresivas no lloran con más frecuencia que la población normal. Más aún, si la depresión perdura por lo menos seis meses, la probabilidad de llanto disminuye en grado sustancial.

Los investigadores han encontrado también que en la depresión profunda el llanto no posee una conexión con otras respuestas típicas suscitadas ante estados de infelicidad. En realidad, las personas depresivas muestran pocas de las respuestas físicas que habitualmente acompañan al llanto, como las actitudes de tristeza o las manifestaciones faciales del sentimiento.

Al observar que el llanto disminuye cuando la depresión se prolonga, los científicos creen que ello se debe quizá a que los periodos extensos de dicho estado llevan a un abandono social y a una inhibición de las emociones.

Un dato más que identificaron durante los estudios fue que las mujeres, tanto si eran depresivas como si no, lloraban con más frecuencia que sus contrapartes masculinos.

102. Verduras amargas

Cuando se trata de comer ciertas verduras, las opiniones generalmente están divididas. Hay quienes disfrutan el sabor del brócoli, la coliflor, la col de Bruselas, los rábanos y los nabos. Otras personas, en cambio, los detestan y prefieren evitarlos.

Unos investigadores han encontrado una explicación genética a esto mediante el siguiente experimento.

A un grupo de voluntarios se le dio a degustar diferentes verduras de este tipo. Encontraron que a algunos de ellos les parecían demasiado amargas e incomibles. Otros, en cambio, no las percibían así e incluso eran de su agrado.

Al hacerles un estudio genético reconocieron que los individuos especialmente sensibles al sabor amargo tenían activados dos genes específicos, encargados de la producción de ciertos receptores que se encuentran en la lengua.

Éstos, al unirse con una sustancia llamada «glucosinolato», abundante en estas verduras, generan la sensación de amargor. En cambio, en las personas que gustaron de comerlas, estos genes no se hallaban activados.

Los investigadores creen que el número de dichos receptores es mayor en la niñez y que disminuye con la edad. Lo anterior explicaría el gran disgusto que muestra la mayoría de los pequeños hacia esas verduras.

103. Pitonisas

Antes de partir hacia la guerra o tomar una importante decisión, generales, reyes y gobernantes de la antigua Grecia acudían al oráculo de Delfos, situado debajo del templo de Apolo, para solicitar las profecías y consejos de las pitonisas.

Éstas eran las sacerdotisas que mantenían el fuego del templo. El oráculo se hallaba en un lugar subterráneo, en donde había un abismo en cuyo fondo corría el agua de un manantial. La pitonisa se colocaba en un trípode, encima de la falla, y aspiraba el pneuma, un gas de olor dulzón. Entraba en trance y respondía en forma alterada y ambigua a las preguntas que le hacían. Un sacerdote interpretaba después las respuestas. Algunas veces, las pitonisas experimentaban episodios de gritos y estertores y se asegura, según la tradición, que algunas murieron.

Hasta ahora los arqueólogos han buscado, sin éxito, el abismo, el manantial y los gases de olor dulce. Sin embargo, hace poco tiempo un equipo de investigadores realizó un estudio alrededor del templo de Apolo, en el monte Parnaso, que confirmó la presencia de fallas geológicas que atravesaban el oráculo; no obstante, el abismo se había tapado con incrustaciones calizas, que estaban impregnadas de una sustancia similar al betún, parecida al petróleo.

Los movimientos tectónicos provocaban fricción entre las rocas y el calentamiento generaba la evaporación de metano, etano y etileno, por lo que el análisis del agua detectó allí la presencia de estos gases.

Los científicos llegaron a la conclusión de que el trance de las pitonisas correspondía a una intoxicación con etileno, puesto que los síntomas son similares a los que padecen los adictos a la inhalación de «cemento».

Sin duda, algunos sucesos considerados mágicos o sobrenaturales han encontrado su explicación a través de la ciencia.

104. Bastón sonar para ciegos

¿Sabe qué tienen en común un murciélago y una persona ciega? Además de que la oscuridad es su hábitat, resulta que utilizan un sistema similar para desplazarse y localizar las cosas.

Un nuevo estudio revela que un bastón sonar inspirado en los ecos del murciélago podría ayudar a las personas con discapacidad visual a percibir sus alrededores.

El aparato, de peso ligero, emite ondas sonoras muy agudas, de forma que el oído humano no puede detectarlas y recoge los reflejos de estas ondas para trazar un mapa en tercera dimensión de los obstáculos situados aun a tres metros de distancia. Botones en el mango del bastón vibran son suavidad para advertir al usuario que esquive techos bajos y objetos que obstaculicen su camino.

Los investigadores que diseñaron este aditamento concibieron la idea al observar el modo en que los murciélagos buscan comida. Estos animales localizan los objetos mediante la proyección de ecos, como los sonares de los submarinos; es decir, emiten silbidos ultrasónicos que rebotan en su presa y calculan la distancia que hay hasta su alimento al fijar el tiempo de regreso del eco; un retraso grande significa que el bocado está lejos.

A partir de estos hallazgos, los investigadores idearon un sistema lo suficientemente pequeño para montarlo en un bastón, que envía 60 mil pulsaciones de sonido por segundo y recibe los ecos. Cuatro bloques de vibraciones en el mango del bastón le permiten al usuario sentir la fuerza de los reflejos ultrasónicos; unas señales rápidas y fuertes le advierten que el obstáculo está cerca.

Hasta ahora, el bastón se ha probado en 25 discapacitados visuales en diferentes ciudades del mundo. Durante los experimentos, los participantes recibieron 30 minutos de entrenamiento y, según los investigadores, su reacción fue muy positiva.

105. Resistencia al cáncer

Con el fin de estudiar el mecanismo de crecimiento de los tumores cancerosos, unos investigadores inyectaron células de este tipo a un lote de ratones sanos.

En todos, excepto en uno, se desarrollaron tumores que crecían con rapidez.

Al considerar que tal vez habían cometido un error, inyectaron de nueva cuenta al ratón, que tampoco desarrolló cáncer la segunda vez.

Después de varias aplicaciones se convencieron de que el roedor tenía una inmunidad contra esta enfermedad. Se lo cruzó con diferentes hembras y el 40 por ciento de sus crías mostró la misma propiedad.

Los científicos observaron que, en estos animales, alrededor de las células cancerosas inyectadas se congregaban glóbulos blancos, llamados neutrófilos y macrófagos, que englobaban y destruían a las células cancerosas.

Extrajeron sangre de dichos ratones y aislaron los glóbulos blancos. Cuando estos glóbulos se inyectaron en ratones normales, los roedores adquirieron inmunidad al cáncer. Más aún, reconocieron un efecto retroactivo, ya que al administrar los glóbulos a ratones que ya habían desarrollado tumores cancerosos en piel, éstos desaparecieron después de algunas semanas.

Los investigadores se encuentran desconcertados por este descubrimiento accidental, toda vez que desconocen su mecanismo de acción. Sin embargo, se abre el camino para investigar qué gen o genes se encargan de esta resistencia al cáncer.

También desconocen si este tipo de inmunidad se pueda encontrar en el hombre y si pudiera ser la explicación de ciertos casos aislados de personas que han tenido tumores cancerosos que han desaparecido de modo espontáneo.

106. Bebés prematuros

Todos conocemos la importancia de que un niño nazca en el periodo normal de gestación. De acuerdo con un nuevo estudio, los bebes prematuros son más propensos a desarrollar resistencia a la insulina, lo cual representa un signo de alerta de diabetes.

Una persona con esta característica tiene células que responden de manera ineficiente a la insulina, la hormona que regula el metabolismo del azúcar en todo el cuerpo. Al resistirse a los efectos de la hormona, las células requieren que el páncreas trabaje más, lo que resulta en una diabetes tipo 2, que aparece sólo en los adultos.

En un estudio se analizaron los datos de 50 niños de cuatro a diez años de edad que nacieron prematuramente, pero que gozaban de buena salud. Se estudió también a un grupo que nació con peso y tiempo de gestación normales y a otro de pequeños que se gestaron en tiempo regular pero que registraron un peso menor.

Las muestras de sangre de los prematuros mostraban una resistencia mayor a la insulina, por lo que producían 50 por ciento más de esta hormona que los niños normales. Los pequeños nacidos en tiempo regular, pero con peso menor, evidenciaron una resistencia a la insulina similar a la de los nacidos de forma prematura.

El último trimestre de gestación tiene un papel dominante en la sensibilidad a la insulina. Muchos estudios han relacionado el bajo peso al nacer y la condición prematura con enfermedades que se desarrollan con posterioridad. La resistencia a la insulina podría ser el mecanismo clave que fundamente esa relación, dado que la afección también se vincula con presión alta y enfermedades cardiacas.

107. Transgénicos

Una planta genéticamente modificada, o transgénica, es un organismo cuyo adn celular se ha sometido a la inserción de genes de otra especie. La ingeniería genética realiza esta manipulación en un laboratorio con el fin de que la planta adquiera nuevas propiedades. Algunas veces, estos genes añadidos les confieren resistencia contra algunas enfermedades; otras, las hacen resistentes a sustancias tóxicas específicas, como los herbicidas. La finalidad es obtener un mayor rendimiento en las cosechas.

A pesar de los beneficios que pueden conseguirse con los transgénicos, existe una enorme controversia entre los que realizan ingeniería genética y los ambientalistas, preocupados por la biodiversidad.

Por ejemplo, en Inglaterra se sembró colza transgénica, bautizada como canola, de cuyas semillas se extrae el aceite comestible del mismo nombre.

El rendimiento de la colza disminuía mucho porque ciertas hierbas impedían su crecimiento y, si se aplicaba un herbicida, éste destruía no sólo las hierbas sino también la colza. La variedad transgénica es resistente al herbicida y su rendimiento, sin las hierbas, es mayor.

Sin embargo, los ambientalistas aseguran haber comprobado que la desaparición de las hierbas ha hecho que decrezca a la mitad el número de mariposas, al igual que dos tercios de las abejas. La desaparición de estos insectos, además de desequilibrar toda la cadena alimenticia, afectará la polinización de la región, que en buena medida realizan esos animales. El hambre del mundo se encuentra en un extremo de la balanza y en el otro la biodiversidad del planeta. Se requieren mayores estudios para solucionar ambos problemas con bases objetivas.

108. Anticorrosivo

Barcos, trenes, aviones, automóviles y construcciones metálicas tienen un enemigo común: la corrosión, ya que tarde o temprano ataca a los metales de la estructura.

Se trata de una reacción entre los metales y las sustancias químicas presentes en el ambiente, en especial oxidantes y sales, que se ve favorecida por el calor, la humedad, la radiación o la electricidad.

La manera convencional de evitar esta situación consiste en colocar sobre la superficie metálica, antes de que se dañe, un polímero sintético impermeable al agua o una capa de zinc metálico, proceso conocido como galvanización. Sin embargo, la más ligera rotura de este baño protector desencadena la corrosión.

En fecha reciente se fabricó un anticorrosivo que no sólo protege a la superficie del deterioro, sino que, una vez que ésta inicia, contraataca a la reacción y restaura el material.

El anticorrosivo está compuesto por un gel de óxido de zirconio que contiene pequeñísimas esferas de sílice cubiertas por unos polímeros y el inhibidor de la corrosión, llamado benzotriazol. El gel se aplica sobre las superficies metálicas y el más mínimo daño corrosivo libera las moléculas del benzotriazol, que actúan como si fueran un cicatrizante en la superficie atacada.

Esta sustancia se ha probado con éxito sobre aleaciones de aluminio expuestas a oxidantes y agua de mar.

Una pequeña modificación de la fórmula hará que también prevenga el deterioro que ocasiona la corrosión en el hierro y el acero, y su aplicación será de gran utilidad para proteger aviones, barcos, automóviles y estructuras metálicas expuestas a la intemperie.

109. Ecociudades

Las ciudades representan sólo el dos por ciento de la superficie del planeta; no obstante, consumen tres cuartas partes de los recursos que produce la Tierra para su subsistencia. Los desechos se transforman diariamente en toneladas de residuos (en forma de gases tóxicos productores del efecto invernadero) y basura sólida que contamina el suelo o fluye hacia los ríos.

Estos datos pueden presagiar un colapso, si no se toman medidas para evitarlo. Revertir la migración del campo a las urbes es poco probable; en consecuencia, se requiere más bien un cambio drástico en el modo de vida de las ciudades para adoptar procesos de manutención razonables.

Para lograr esto, urbanistas y ecologistas están de acuerdo en que es necesario instituir algunas reglas, por ejemplo reciclar todo lo reciclable. Esto reducirá la cantidad de basura y lo que implica su transporte.

La ecociudad ideal deberá ser autosuficiente casi en su totalidad. Si logra producir la mayor parte de sus insumos agrícolas, los contaminantes emitidos por los transportes experimentarán una notable reducción.

Para ello es preciso establecer zonas agrícolas suburbanas con tecnología moderna, como la hidroponía, y el empleo de composta obtenida del reciclamiento de los desechos orgánicos de la ciudad.

Asimismo, el agua de consumo urbano deberá provenir de la recolección del agua de lluvia. Una prioridad es la de lograr la máxima eficiencia en la producción y utilización de todo tipo de energía, en particular las energías limpias, como la solar o la eólica.

El tamaño de la ciudad deberá regularse y el transporte público optimizarse de tal manera que se acorten el número de automóviles particulares y las distancias para desplazarse.

La ciencia y la tecnología serán los instrumentos básicos para lograr las —todavía hoy— utópicas ecociudades.

110. Fractura de cadera

Es común en personas de la tercera edad que una discreta caída ocasione fractura de los huesos de la cadera. Esto se debe a que, en la gente mayor, la absorción del calcio es deficiente y esto produce la osteoporosis que, como su nombre lo sugiere, torna al hueso poroso y frágil, a raíz de la pérdida del mineral.

Las afecciones reumáticas, como artrosis y artritis, también comunes en este grupo de edad, requieren la administración de medicamentos antiinflamatorios, que dañan la mucosa gástrica e intestinal. Para protegerlos de esto es común que se prescriban fármacos que suprimen la producción y liberación gástrica de ácido clorhídrico. Uno de los más eficientes, hasta ahora, es el omeprazol.

Un estudio reciente ha mostrado que la incidencia de fractura de cadera es mayor entre aquellos que han consumido este medicamento por periodos prolongados.

Los investigadores suponen que esto se debe a que la falta de ácido en el estómago no permite que se disuelva el calcio presente en la dieta.

Dado que tanto los antiinflamatorios como el omeprazol reducen de manera favorable los síntomas de estos padecimientos, se ha sugerido que la persona que los consume incremente en su dieta productos lácteos que contienen calcio y que se determine de forma periódica en ellos la densidad ósea, todo con el fin de prevenir las temidas fracturas.

111. Psicología y tiros penales

Los aficionados al fútbol se preguntan por qué los mejores jugadores, sobre todo en partidos decisivos, fallan los tiros penales.

Un psicólogo que estudia el comportamiento y desempeño de los deportistas hizo una investigación que trata de resolver el enigma. Analizó los videos de 409 tiros penales efectuados en la Copa Mundial, el Campeonato Europeo y la Copa América, desde 1976 hasta 2004. Evaluó la posición habitual de cada jugador (defensas, medio o delanteros) y el grado de fatiga, sin perder de vista el tiempo que habían jugado antes de patear la pena máxima. Estos factores no resultaron muy significativos; empero, sí lo fue el orden en que les tocaba patear en las series de penales.

En el primer disparo, cuando la presión aún no era muy fuerte, el jugador tenía éxito el 87 por ciento de las veces; en cambio, después del cuarto tiro bajaba a 73.

Lo más dramático ocurría en las situaciones en que la presión del público en el estadio se exacerbaba. Cuando fallar representaba la derrota del equipo, sólo un 52 por ciento tenía éxito; por el contrario, si se trataba de meter el gol cuando la victoria ya estaba conseguida, el 93 por ciento de los tiros entraba.

Este psicólogo recomienda que los jugadores practiquen una rutina que pueda bloquear los pensamientos derrotistas, dado que no basta prepararse en el aspecto técnico, sino también en el psicológico.

112. Lazos sociales

Cuando al nacer un niño recibe, además de los cuidados habituales, el contacto fí-sico humano que lo abraza, acaricia y le habla suavemente, en su cerebro se inicia la formación de lazos sociales que regularán su vida emotiva.

Se ha observado que la ausencia del contacto físico y emocional en esa etapa de la vida tiene como resultado el desarrollo de individuos que tendrán dificultad para establecer relaciones sociales, comunicarse con la gente y establecer lazos de amistad.

Se sabe que dos sustancias que se producen en la glándula hipófisis, la oxitocina y la vasopresina, tienen una función importante en el desarrollo de dichos lazos.

Con el fin de conocer más sobre esta función, un grupo de psicólogos hicieron un estudio con niños que habían tenido cuidados y atención al nacer y otros que habían vivido la primera etapa de su vida en condiciones adversas, como crecer en un orfanato, aunque después se los adoptara e integrara a familias que les brindaron la atención y el cariño que no tuvieron al inicio de la vida.

Los niños que habían estado en el orfanato mostraron niveles de vasopresina más bajos que los otros menores.

Aunque los niveles de oxitocina eran iguales en todos los infantes, en aquellos que interactuaban con su madre biológica en un juego en el que había contacto físico los índices de esta sustancia se elevaron de forma considerable. En cambio, en los niños que interactuaban de la misma manera con su madre adoptiva no se observó la elevación de la oxitocina.

El estudio muestra que el contacto físico y emocional en los primeros meses de vida organiza la producción de estas dos sustancias, que regularán en el cerebro el desarrollo de lazos sociales.

113. Sincronía neuronal

¿En qué se diferencia el cerebro de una persona cuya mente está en reposo y el de otra que realiza actividades mentales de percepción y pensamiento?, ¿hay distinciones entre la actividad cerebral de una persona normal y otra con algún padecimiento mental, como la esquizofrenia? Investigaciones recientes de psiquiatras y neurólogos han empezado a esclarecer estos misterios.

Cuando las neuronas se hallan en actividad se producen descargas eléctricas que pueden registrarse en un electroencefalograma. Algunas actividades mentales, como la percepción y la memoria, suelen producir actividad colectiva y sincronizada de diversos grupos neuronales. Son de particular interés unas ondas llamadas «gamma» que se producen cuando los grupos de neuronas, al comunicarse entre sí por medio de sustancias llamadas neurotransmisores, emiten alrededor de 40 señales eléctricas por segundo.

Los científicos han encontrado lo siguiente: cuando las personas normales e individuos que padecen esquizofrenia realizan tareas mentales similares, el electroencefalograma de estos últimos muestra que las señales emitidas por sus neuronas son de una frecuencia significantemente menor en comparación con las de las ondas gamma de los sujetos comunes.

El mismo experimento se realizó en individuos habituados a las prácticas budistas de meditación profunda por un periodo de 15 a 40 años.

Las personas con más adiestramiento y experiencia mostraron la mayor sincronía neuronal e intensidad de las ondas gamma.

Aunque su significado es difícil de interpretar y no se ha podido ligarlas a procesos mentales particulares, el estudio de esta sincronía y de las ondas gamma podría ser el umbral para dilucidar aspectos generales de la actividad mental.

114. Del Sahara al Amazonas

A menudo se habla de la economía global cuando la situación de un país se ve reflejada en los parámetros económicos de otro, o incluso en continentes distintos.

En forma similar, estudios realizados a partir de imágenes captadas por satélites muestran que fenómenos naturales que ocurren en una zona geográfica tienen repercusión directa en lugares distantes.

Durante el invierno, en la depresión del Bodélé, una zona desértica situada al sur del Sahara, se forman intensas tormentas de arena. Los científicos calculan que se trata del desplazamiento de 40 millones de toneladas de estas partículas al año.

Gracias a las imágenes satelitales que permiten seguir su trayectoria, hoy se sabe que atraviesan el Atlántico y se descargan en la cuenca del Amazonas, en América del Sur.

La arena africana es rica en hierro y fósforo y los científicos aseguran que dichos componentes son el fertilizante que nutre a la selva amazónica, y que sin ellos no existiría como tal.

Dichas investigaciones muestran que somos responsables no sólo de la ecología de la región que habitamos, sino de la «aldea global», que es nuestro planeta.

115. Números pequeños y grandes

¿Qué tan bueno es usted para las matemáticas? Sin duda no todas las personas tienen las mismas habilidades cuando se trata de contar números, aunque ello también depende de qué tan chica o grande sea la cantidad con la que se trabaja.

En fecha reciente, en una prueba de matemáticas se encontró que las voluntarias femeninas reconocieron las cantidades de uno a cuatro puntos con mayor rapidez que los varones; en cambio, ambos sexos lo hicieron igualmente bien al contar números mayores de puntos.

Estos hallazgos aumentan la evidencia de que el cerebro trata de forma diferente las cifras pequeñas y grandes. Según los científicos, los individuos parecen tener una noción innata cuando se trata de contar dos o tres cosas, pero deben contar una por una para distinguir, digamos, doce o trece. El tiempo requerido para distinguir entre dos y tres objetos es mucho más pequeño que el necesario para diferenciar doce y trece o 22 y 23.

El equipo de investigación instaló una prueba de computadora en un museo de ciencia, que midió los tiempos de reacción de 18 mil personas de cinco a 65 años de edad. Los visitantes tenían que tocar botones en una pantalla para indicar si un número de puntos expuestos correspondía a una figura mostrada a un lado. De acuerdo con los especialistas, sumar unos pocos puntos toma alrededor de medio segundo. Los resultados del experimento mostraron que las mujeres vencieron a los hombres por 50 milésimas de segundo, en promedio; pero la ventaja desapareció cuando tenían que contar cinco puntos o más.

Además, revelaron que los participantes contaron números grandes con mayor facilidad con su ojo izquierdo; esto implica que el lado derecho del cerebro, que gobierna al ojo del lado contrario, interviene en el proceso de contar. Así que, según los expertos, el hemisferio derecho es importante para calcular números pequeños, en una forma no verbal.

Se espera que entender los mecanismos del cerebro para hacer cuentas ayude a ese cinco por ciento de los niños que tiene gran dificultad para aprender matemáticas.

116. Pompeya

En el año 79 antes de nuestra era, la erupción del Vesubio sepultó a las ciudades de Pompeya y Herculano. Excavaciones arqueológicas iniciadas en 1988 mostraron que en las villas había pinturas de gran valor artístico e histórico. El color predominante era un rojo oscuro, que se conseguía con un mineral llamado cinabrio, compuesto por sulfuro de mercurio, que se aplicaba sobre una argamasa de calcita.

Dos años después de exponer estas pinturas a la luz y la atmósfera, este pigmento empezó a ennegrecerse, sin que hubiera una razón plausible.

Un equipo de químicos analíticos ha estudiado, por medio de microfluorescencia y espectroscopía de absorción de rayos X, las zonas que se han oscurecido.

La investigación ha encontrado que el sulfuro de mercurio, que es rojo, reacciona con cloruro de sodio, probablemente proveniente del mar, y forma cloruro de mercurio, que es negro.

En esta reacción se forma óxido de azufre que, al mezclarse con la calcita, da lugar a un yeso de color oscuro. Es probable que la degradación bacteriana y los contaminantes atmosféricos también favorezcan este fenómeno.

Si se conocen las causas químicas, es posible para los restauradores buscar la forma de frenar el deterioro, para conservar esos tesoros de la Antigüedad.

117. Bosques y dióxido de carbono

Es innegable que el aumento del dióxido de carbono en la atmósfera, proveniente de la quema de combustibles fósiles, es uno de los principales causantes del calentamiento global y éste, a su vez, de los drásticos cambios de clima que estamos viviendo.

A pesar de esto, un grupo de científicos ha sugerido con optimismo que el aumento de co podría ser benéfico para el planeta. Dado que este gas es la materia prima con la cual las plantas realizan la fotosíntesis, al incrementarse su cantidad éstas lo aprovecharían más y habría un aumento de todo tipo de áreas verdes con mayor capacidad para absorber y reciclar este gas.

Para comprobar esta propuesta, los especialistas agrónomos realizaron un experimento en un bosque en Suiza. En la época de crecimiento de los árboles, todos los días durante seis meses rociaron un área de 500 m2 con dos toneladas de dióxido de carbono.

De ese modo se simuló una atmósfera que contenía 1.5 veces más dióxido de carbono del que hay en la actualidad. La operación se repitió durante cuatro años, al cabo de los cuales no se observó un aumento de la biomasa del bosque ni un mayor crecimiento de los árboles.

Sin embargo, los resultados no son concluyentes, ya que sólo se ha realizado el experimento en un solo tipo de bosque y quizá los datos puedan ser diferentes en bosques boreales, de coníferas o en selvas húmedas.

Por lo pronto, el estudio rompe la ilusión de pensar que el planeta, por sí solo, es capaz de reciclar el exceso de dióxido de carbono que se produce en la actualidad.

Esto también es un llamado de atención para los países que no reducen sus emisiones de este gas por temor a una desaceleración de su economía.

118. Gravedad

Cuando los astronautas vuelven a la Tierra luego de permanecer en el espacio por periodos largos y estar en lugares en donde desaparece la fuerza de gravedad, muestran ciertas dificulta para ponerse de pie y caminar. Los músculos se encogen y pierden hasta el 50 por ciento de su fuerza. Lo mismo le pasa al músculo cardiaco, que no ha tenido que bombear con tanto esfuerzo para vencer la gravedad terrestre; además, los huesos se descalcifican y los niveles de glucosa en sangre se alteran.

Ahora que existe el proyecto de enviar viajes tripulados a Marte con 30 meses de duración, se realizan estudios para encontrar la forma de contrarrestar los efectos de la falta de gravedad prolongada.

En un centro de medicina espacial en Francia, doce mujeres voluntarias con excelente condición física han permanecido por dos meses en cama sin levantarse ni sentarse, con la cabeza un poco más baja que los pies.

Esta posición prolongada reproduce muchos de los síntomas provocados por la falta de gravedad. Por ejemplo, el flujo sanguíneo es mayor en cabeza y tórax, lo que provoca hinchazón y dolor en ella y el cuerpo tarda varios días en adaptarse a tal situación. La falta de estimulación en los sensores del equilibrio en el oído y la planta de los pies induce mareo y náusea.

En este proyecto se han probado diversos aparatos para ejercitar músculos y huesos e impedir su deterioro, así como la administración de una dieta rica en proteínas y un aminoácido llamado leucina, dado que esto puede evitar al parecer la pérdida de masa muscular.

Las voluntarias no han estado muy cómodas, pero todo se olvidará cuando reciban los 15 mil euros que se les pagará por participar en el estudio.

119. Comida y longevidad

Investigaciones realizadas en algunos animales, como moscas, gusanos y ratones, han mostrado que la disminución de calorías en la dieta es un factor que alarga la vida. Sin embargo, no se habían realizado con anterioridad estudios en mamíferos superiores.

Un equipo de científicos realizó un experimento con un grupo de 50 perros de una misma raza que vivieron en condiciones similares. El protocolo se realizó a lo largo de toda su vida y se les alimentó con la misma dieta. La diferencia introducida fue que a la mitad del lote se les redujo el alimento un 25 por ciento. Durante toda la investigación se analizaron los metabolitos que excretaban en la orina.

Los animales con la dieta reducida vivieron en promedio casi dos años más en comparación con los que recibieron alimentación completa y las enfermedades propias de su vejez, como osteoartritis y diabetes, también tardaron más en presentarse.

Según estos investigadores, el análisis de las sustancias excretadas en la orina muestra que la dieta reducida produjo un cambio en las bacterias de la flora intestinal. Como dichos microorganismos juegan un papel importante en el metabolismo de los alimentos, la alteración propició una mayor longevidad con mejor calidad de vida.

Estos estudios permitirán entender mejor el proceso de envejecimiento en los seres humanos, así como los padecimientos inherentes a él.

120. Sabor y depresión

Los estados de ansiedad y depresión pueden deberse a niveles bajos en sangre de serotonina, noradrenalina, o ambas.

Para disipar los síntomas existen medicamentos antidepresivos, cuya acción consiste en elevar de modo específico alguna de estas sustancias. Sin embargo, aunque los síntomas de la deficiencia de cada una son diferentes, algunas veces se confunden y el neuropsiquiatra se ve obligado a prescribir el medicamento con base en «ensayo y error», lo que puede ocasionar retrasos en el tratamiento del paciente.

Una investigadora parece haber encontrado la manera de diferenciar el neurotransmisor cuyo nivel se halla por debajo de lo normal. Al interrogar a los enfermos, encontró que muchas veces los individuos comentaban la pérdida de la sensibilidad a los sabores, sea amargo, dulce, salado o ácido.

Al profundizar en el estudio, llegó a la conclusión de que los fármacos que elevan los niveles de serotonina confieren una mayor sensibilidad a lo dulce y lo amargo, mientras que los que incrementan la noradrenalina acentúan la percepción de los sabores ácidos.

Si se logra medir la intensidad de la percepción de estos sabores, el neuropsiquiatra tendrá un valioso instrumento para completar su diagnóstico.

121. Dislexia

Un problema que enfrentan con frecuencia los maestros de primaria es la dificultad de algunos niños para leer de forma correcta, pese a que sus capacidades intelectuales son normales. A esta discapacidad se la conoce como dislexia y aparece en un 17 por ciento de la población.

El problema de lectura de estos menores consiste en que acusan la tendencia a invertir el orden de las letras en una palabra, lo que puede manifestarse también al hablar o escribir.

Aunque se sospechaba que la dislexia tenía un origen genético, ya que suele presentarse en miembros de una misma familia, se desconocía dónde residía el problema.

En un estudio realizado por genetistas en 536 personas disléxicas se encontró que más de la tercera parte presentaba una diferencia muy sutil en una sola molécula del gen llamado dcd2.

Ninguna persona sin síntomas de dislexia tenía esta diferencia.

En un experimento con ratas en etapa fetal se les «apagó» el gen dcd2 y se observó que las neuronas recién formadas no migraban al sitio correcto en la corteza cerebral. Esto sugiere que la falla en este gen produce errores en la etapa de desarrollo fetal en la conexión de los circuitos neuronales que hacen posible leer con propiedad.

El gen dcd2 no es la única causa de dislexia, puesto que otros investigadores habían detectado antes, en los cromosomas de personas con esta afección, una diferencia morfológica en otro gen, conocido como robo1, que también influye en la formación de conexiones neuronales entre los dos hemisferios cerebrales durante el desarrollo fetal.

Se cree que si se logra establecer una detección temprana de estas diferencias genéticas es posible ayudar al niño disléxico con terapias que le permitan superar esta anomalía.

122. Grasa necesaria

Cuando una persona quiere bajar de peso, lo primero que tiende a eliminar de su dieta son las grasas. Sin embargo, estudios realizados en la actualidad por unos científicos muestran que eliminarlas por completo no es bueno.

En un experimento se suprimieron del todo las grasas del alimento en ratas y, además, sometidas a manipulación de sus genes, se eliminó al gen encargado de fabricar la enzima que es capaz de transformar azúcares en estas sustancias.

Los resultados fueron desconcertantes: los niveles de azúcar en sangre bajaron en grado notorio y, en forma irónica, se encontraron depósitos de grasa en los hígados de los animales. Esto se revirtió cuando se reasumió la dieta normal.

Estudios posteriores han revelado que la grasa en la dieta es necesaria para activar ciertos genes que regulan el metabolismo de la glucosa, las grasas y el colesterol.

Aunque este tipo de grasa y la almacenada en el cuerpo son similares desde el punto de vista químico, sólo la que está presente en la comida tiene este efecto benéfico, si bien todavía se desconoce su funcionamiento.

Este estudio muestra que los regímenes «extremos» pueden acarrear efectos indeseables; por ello, el mejor es aquel en el que todos sus elementos están bien balanceados.

123. «Dislexia» matemática

¿Qué tanto trabajo le cuestan las matemáticas? Es casi seguro que la escasa destreza que algunas personas muestran en esta materia tiene un origen que va allá del simple disgusto por los números y sus operaciones. En fecha reciente, un equipo de científicos se ha enfocado en una región del cerebro que deja a algunos individuos inermes ante las matemáticas. Según estos científicos, dichos sujetos sufren de «acalculia», el equivalente matemático de la dislexia, y presentan pulsos anormales de actividad en una zona del cerebro llamada surco intraparietal derecho, el cual ayuda a la mente a conformar imágenes espaciales.

El estudio apoya la idea de que los individuos con acalculia tienen dificultad para concebir distribuciones de números, por ejemplo una línea extendida del uno al 100. Además, pueden encontrar problemas para sumar números pequeños.

En un experimento con 14 mujeres cuyos cerebros fueron estudiados por medio de imágenes de resonancia magnética funcional, los especialistas encontraron que el surco intraparietal derecho era inusualmente bajo y corto. Las pacientes sufrían una enfermedad genética llamada síndrome de Turner, que tiene un nexo notorio con la acalculia.

Por otra parte, los investigadores señalan que esta anomalía probablemente es parte de un espectro más amplio de dificultades de aprendizaje de las matemá-ticas. Algunas personas pueden tener problemas para seguir el orden de columnas de decenas y unidades, mientras que a otras se les dificultan las sumas aprendidas de memoria.

Muchos estudios han tratado de llegar a las raíces de la dislexia, pero la acalculia es una enfermedad aún no explorada. Además, el diagnóstico es complicado, toda vez que a mucha gente simplemente le disgustan las matemáticas e incluso algunos individuos experimentan franca «fobia» por ellas.

124. Corales

Hasta hace poco se desconocía que los corales comparten genes con los vertebrados, pero se ha encontrado que los antiguos arrecifes coralinos tienen más en común con los seres humanos de lo que cualquiera hubiera podido imaginar.

Los coloridos cnidarios poseen genes que también se encuentran en el hombre, pero no en las moscas de la fruta y los gusanos redondos; se conocen como intermediarios evolutivos.

Estos hallazgos descartan la presuposición de que los vertebrados han desarrollado genes únicos para manejar sistemas anatómicos más complejos tiempo después de la separación evolutiva con los invertebrados.

Debido a que docenas de genes de mamíferos no tienen contraparte en las moscas de la fruta ni en los gusanos, los científicos pensaron que estos códigos particulares de adn habían aparecido en los animales con columna vertebral.

Para su sorpresa, al contrastar algunos segmentos de adn del coral primordial Acropora millepora con los de seres humanos, moscas y gusanos, encontraron que esta especia comparte con el hombre el 11 por ciento de las mil 376 tiras de adn confrontadas, pero no con moscas ni gusanos. A la inversa, sólo el 1 por ciento de los genes coralinos es semejante al de esos dos animales.

En las personas, muchos de los genes compartidos con los corales intervienen en funciones complejas, como el desarrollo nervioso temprano; sin embargo, lo que el coral hace con estos genes es un misterio, ya que a pesar de que los cnidarios poseen colores vibrantes e intrincadas envolturas externas, estas criaturas están conformadas por sólo unas cuantas clases de tejido.

Los nuevos hallazgos sugieren que los genes que alguna vez se consideraron como exclusivos de los vertebrados no surgieron en ellos y que tal vez se dejaron de lado más tarde en el genoma de las moscas y los gusanos, cuando estos organismos enfrentaron presiones para mantener un genoma reducido.

En realidad, otros investigadores han encontrado que una conformación genética eficiente y versátil es una ventaja para los embriones de la mosca durante el desarrollo primario. Asimismo, los científicos deben recordar que las moscas y los gusanos, tan socorridos en los estudios de laboratorio, han cambiado con el tiempo y pueden, en ocasiones, resultar engañosos.

125. Deficiencia de oxígeno

Todos sabemos que el embarazo es un proceso que puede complicarse. Más del 80 por ciento de los niños que nacen de forma prematura desarrolla apnea del sueño, un trastorno en el que se deja de respirar por momentos mientras se duerme.

Un nuevo estudio relaciona esta anormalidad con el llamado trastorno de deficiencia de atención e hiperactividad, que ocasiona problemas de concentración y aprendizaje en niños y adultos.

Dos grupos de crías de ratas de siete a once días de edad se expusieron a lapsos pequeños de aire con escaso oxígeno. La edad de las crías equivalía a la de los bebes prematuros.

Al cumplir ocho semanas, las ratas presentaron síntomas parecidos a los del trastorno de deficiencia de atención e hiperactividad.

Estos roedores fueron hiperactivos, tuvieron menor calificación en pruebas de memoria y reaccionaron de forma diferente a situaciones nuevas en comparación con las ratas que recibieron aire normal.

Pruebas posteriores mostraron que los cerebros de los roedores expuestos al aire con menos oxígeno tenían niveles adecuados de dopamina, químico que regula el dolor, el placer y las respuestas emocionales. Sin embargo, también probaron que este neurotransmisor se mantenía dentro de las células, en lugar de liberarse, como ocurre en condiciones normales.

Aunque se sabe que el trastorno de deficiencia de atención e hiperactividad se vincula con factores genéticos y toxinas ambientales, entre otras causas, es necesario profundizar en la relación del nivel de dopamina y este padecimiento para idear futuros tratamientos.