52

Amable y nobilísimo amo:

Uf por fin puedo asir de nuevo la pluma para escrebiros y tened la bondad de perdonarme si lo que aquí caligrafío es más un garrapateo pero resulta que hállome aún estramuros de Roma en un carro por el motivo que aora mesmo os esplico. Así que el tipejo de las agallas aplastadas se fue de enfrente de la fonda salí a buscar a Lionardo y recorrí casi todo el barrio salvante el Pozo Bianco porque ahí podía estar el tipejo de las agallas aplastadas.

Después de dar güeltas sin cuento di al fin con Lionardo donde me imaginaba osea en el mercado de Plaza Navona porque ahí están los espendedores de cuajada osea ese quieso fresco riquísimo que a Lionardo gústale mucho.

Sólo que cuando lo vi estava platicando con un tipo desconoscido, y entonces señor amo recelé porque seamos francos, Lionardo en secreto se ha puesto al servicio de Valentino a despecho de Florencia nuestra, y quería ponerse en secreto al servicio de los thurcos a despecho de Valentino, en breve traiciona tan fácilmente como yo hago pipí y por ende determiné oír ocultamente qué coño dezíanse Lionardo y ese tipo, y escondíme en su cercanía detrás del carro de un espendedor de yerbas y verduras.

Oí así que el tipo dezía a Lionardo, Estimado señor estando vos comprando la cuajada he oído que tenéis un acento que no es de Roma, ¿no seréis por casualidad toscano? Sí soy toscano dixo Lionardo. Ajá muy bien, ¿y no seréis por casualidad ese tal Lionardo que es de Florencia? Mi padrino seguramente harto felice habrá pensado caray hasta sin barba hanme reconoscido y agora me darán unos parabienes por mis obras. El dicho tipo llamó al punto a un amigo suyo que parescía un campesino y estava ahí junto, Ven ven oye que quizaes emos dado con esa persona de Florencia que con tanto afán buscabas. El campesino se llegó y preguntó a Lionardo ¿no seréis por casualidad el Lionardo que urde esas máquinas raras? Sí claro, dixo Lionardo pensando vaya qué famoso soy, acá hasta los campesinos conoscen mis máquinas no embargante a naide se las he enseñado en Roma. Entonces el campesino dixo qué bien, ¿así que sois el padrino de Salaì no es cierto? Sí el mesmo que viste y calza ¿y? y aquí la voz de mi padrino revelóme que se le habían hinchado las pelotas porque al final de todo el parlamento fue más que sobremanera claro que al campesino le importaba un pitoche que Lionardo fuese el grande maestro y genio y pinctor y arquitecto y ingeniero y patatín patatán sino sólo que fuera el padrino del inorante de Salaì. Ay qué coño dezía ah sí, total que ese campesino como sin dubda ya sabéis también vos, señor amo, era un home que mora por los pagos de Dorothea, y le esplicó a Lionardo que nos había buscado con tanto afán porque devía darme un mensaje de parte de una muger tudesca, mas la dicha muger no sabía en qué fonda nos hospedábamos Lionardo y yo en Roma sino sólo que éramos de Florencia y que Lionardo es mi padrino y urde máquinas que se desploman del cielo, y aquí a Lionardo seguramente se le hincharon de nuevo las pelotas porque a todas luces yo le había dicho a esa muger que las máquinas para volar de Lionardo no valen porque demás de Lionardo el único que lo sabe soy yo.

En fin el mensaje que ese campesino tenía para mí es que Dorothea quiere hablarme con prhemur primu prom quiere hablarme ya mesmo mas no puede venir a Roma y me espera en su casa y me pide que vaya a verla lo antes posible y yo me dixe entre mí pobre chica lo sabía estraña mucho mi pija y me emocioné una enormidad. Aora dispendadme un istante que Lionardo vase a despertar, ah no felicemente sigue roncando, sólo hase mudado de lado dormido quizaes porque le he hecho cosquillas en la cadera al robarle los cuartos de la faltriquera, mas por ventura el carro en el que viajamos se mece trac trac y adormece y además antes de partir Lionardo se ha zampado toda la cuajada que era del tamaño de una teta de vaca.

Como venía diziendo, en esa sazón señor amo hurtéme de detrás del carro de yerbas y verduras y di media güelta a la plaza y me allegué a Lionardo por otro lado fingiendo que parecía ahí por azar. No bien él vióme yo asimismo lo miré con los ojos muy abiertos como si me llevase una sorpresa de quitar el hipo, y dixe padrino mío por fin qué bien no he dexado de buscaros porque sentía mucho que nos hubiéramos mandado a tomar por culo y quería pediros perdón y hazer las paces con vos y fui hacia él con los brazos abiertos, así Lionardo aunque recelara un poco de mí no pudo apartarme. Al momento me presenté al campesino que estava con él diziendo Hola yo me llamo Salaì y aquél dixo Oh ésta sí que es una gran ventura, y esplicóme desde el principio toda la cuistión de Dorothea que como yo ya conoscía hube de fingir sorpresa aunque para mí tengo que como de ordinario Lionardo picó como un pasmarote.

El caso es que oyendo por segunda vez que Dorothea quería verme apoderóse de mí un deseo tremebundo de bolver a su lado porque además todas las mugeres que he conoscido en Roma ya no están por ninguna parte y si me las quisiese jodar sería dificultoso, ansí que díxele a Lionardo, padre mío yo voy aora mesmo donde Dorothea ¿queréis venir conmigo? Porque allí además (bien que esto se lo dixe sin que me oyeran los campesinos, que yo no soy memo eh) está la cabaña con los libros de los tudescos de suerte que podéis venir también vos señor padre que sois mucho más inteligente que yo (Lionardo se cree todo lo que le digo), a lo mejor descubrimos alguna prueva muy güena y importante para mostrársela a Grassi osea a Valentino que demuestre que los culpables de todo son los estratoburgueses. Y es que vuesa merced resulta que si Lionardo y yo nos quedamos otra vez estramuros de Roma un tiempo va a ser mejor porque acá con toda la gente que nos reclama dineros el aire se ha güelto un poco pesado.

Como suponía Lionardo dixo en seguida Sí sí está bien voy contigo, porque seguramente no le gusta la idea de quedarse solo en Roma. Durante el viaje le conté cómo colgaron al caco y también la desaparición de las mugeres osea de Rosa y de la sirvienta, y Lionardo se puso blanco como un trapo y no es para menos porque no es de buen gusto que las mugeres que te has tirado desaparezcan porque quizaes las haigan matado, en efeto señor amo yo os paresceré de esos que se preocupan en demasía pero resulta que a Poggio español lo desnucaron a hachazo limpio y puede que para vos que sois un grande home esto sea una tontería más para mí no. Eso sí a Lionardo no le he mentado que el caco era el que quiso occisionarme en mi cuarto y no le he relacionado todas las dubdas que la facienda me han sucitado osea que tal vez los estratoburgueses no tienen que ver un carajo, porque si le miento esto me mata a palos diziendo mentecato justo agora que tenía que hallar las pruevas contra los de Estratoburgo me sales con esas dubdas tuyas de mierda. Emos viajado en el carruaje del dicho campesino, osea que en verdad se trata del carro suyo ansí que no es muy cómodo y hoy haze además un calor horrísono y avanzamos asaz morosamente, mas tras casi una jornada y media de viaje ya casi emos arribado digo más me paresce que ya reconosco en lontananza el tejado de la casa de Dorothea, bien que ay algo estraño que empero no acierto a aquilatar.

Vuestro ardiente servidor

SALAÌ