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Bonísimo y muy honorable amo mío:

Como me temía aconteció que la sirvienta hízome perder tiempo en demasía pues cuando salí a la calle, en la que antes no había un alma viviente y uno caminaba a sus anchas como en domingo, había un gentío tan inconmensurable que lo dexaba a uno casi imposibilitado de andadura.

Algo así como un cortejo avanzaba hacia Campo di Fiore y toda la gente que había allá se llegaba al home que capitaneaba y parescía cuasi un cardenal, seguido por secretarios, o auditores como dize maese Lionardo que ansí suena más istru instruido, y detrás por dos guardias y un montón de gente dispareja y mixta. En ese istante bajó también la sirvienta y no bien vio el cortejo púsose ella asimismo a seguir al home que se dexaba reverenciar y besar el anillo por todos los de la chusma, y ella se inclinó delante mas los del cortejo ni la vieron siquiera, y como la marcha siguió pues que muy poquito faltó para que la pobre sirvienta finiquitara pisoteada por los guardias. Entonces, justo cuando yo yba en su pos cogióla del brazo y levantóla uno de los secretarios y pude verle la cara: era un home asaz joven pero con la piel de la cara tiesa y arrugada de los que tienen la envidia guardada y los carcome siempre por dentro.

Yo ayudé asimismo a la guapa sirvienta a levantarse y preguntéle quién era el home o cardenal que todos reverenciaban y para mi estupefaxión, pues bien podía él despreciarme como a todo el gentío que hazía esas reverencias, respondióme el secretario: la persona por la que demandas es Su Excelencia Juan Burcardo, pero yo quiero saber quién es esta moza tan linda.

Lo primero que pensé fue fíjate tú resulta que éste tiene también acento tudesco. Lo segundo no se dezir cómo me prorrumpió de la boca, señor amo, puede que porque ese secretario tudesco tenía una mirada que no me gustaba pero le respondí tal y según lo escribo: esta muger dentro de un tiempo será mi esposa. La sirvienta quedóse tan boquiabierta que enmudeció, quizaes por pavura de que el secretario se sintiese burlado. Pero hete aquí que él dixo en cambio que hazía votos para que tuviéramos mucha dicha y felicidad, que a mí al menos con seguridad no ha de faltarme, añadió mirando fijamente a la guapa sirvienta del pecho abajo como si do tiene los ojos tuviera los dedos.

Seguimos el cortejo un rato más, en el qual intervalo inquiríle a la sirvienta quién era el Burcardo ese, y ella me dixo que era el Maestro de Ceremonias de Su Santidad y que es de Germania.

Ya estáis al corriente por otra de las mías que yo ya sabía que el mandamás del Ceremonial del Papa vive en los aledanos de la fonda de la Fontana. Aora bien, sólo hoy he sabido por la sirvienta que Burcardo también es tudesco, no menos que su secretario.

La sirvienta me dixo que el secretario está a las órdenes del Maestro de Ceremonias desde haze muchos años y que se llama Miguel Sander, y maguer no es italiano tiene en alta estimación las virtudes de las doncellas de Roma, dixo ella por añadidura como diziendo a ver si nos entendemos.

El cortejo llegó ansí al palacio de Burcardo y al alzar yo los ojos quedéme pietrificado porque no paresce normal y es distinto de todas las otras casas que he visto en Roma y también en Milán y en Venecia y en Florencia. Ay una torre con almenas como las de una cárcel altísima y mayestática que tiene a su merced todos los tejados aledanos y es como si dixese huiche romanos que sois todos una caquita. La fachada no paresce hecha en Italia pues su estilo es raro, señor amo yo no os lo sé esplicar devido a mi inorancia pero para mí tengo que es un palacio de otro país do haze frío porque las ventanas son menudas y están hechas de una manera que no se vee en Italia. La sirvienta me dixo justo que Burcardo para construir trujo arquitectos y maestros albañiles tudescos. Total que este palacio de Burcardo paresce más un pedazo de Germania metido a pulso en las entretelas de Roma y paresce casi una burla que Burcardo ha querido hazer a los romanos.

La sirvienta me dixo que durante la construcción Burcardo tuvo una gresca con el Cardenal Cesarini, que posee la propiedad adyacente, y intervino el Papa personalmente pero agora ya está todo arreglado y Burcardo Maestro de Ceremonias tiene otras cosas en la chola pues ay que reconstruir de cimiento la iglesia de los tudescos, que es Sancta María de las Almas, y Burcardo que es el jefe de la Congregación de las Almas se encarga de encontrar los dineros.

Yo yba a dezirle oye pero por qué no me has dicho antes nada desto que a mí me interesa muy de veras, mas luego me dixe entre mí mejor así porque el servizio que Lionardo presta a Valentino ha de quedar en secreto y también el latrocinio y la agresión que sufrimos en la fonda.

El cortejo incursionó después en el palacio de Burcardo y el portal se cerró con un fragor tremebundo y el gentío seguía pidiendo limosna y la bendición del Maestro de Ceremonias. Cuando nos marchábamos desplegué los ojos hacia la torre de Burcardo y por cima, bajo las almenas, vi una inscripción en grandes letras de oro:

A  R  G  E  N  T  I  N  A

Diríase señor amo que Burcardo tiene algo que ver con la plata pero la sirvienta no tenía ni idea, y tras esto escusadme he de soltar la pluma porque me suenan las tripas y tengo que yr a yantar porque si no la sopa se enfría.

Vuestro fiel

SALAÌ