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Amo venerando:
Os escribo estas líneas recién aposentado de nuevo en mi cuarto para tener el convencimiento plenipotenciario de no olvidar nada y en la confianza de que Lionardo no me jorobe otra vez pues no bien devo referiros algo interesante comparece para encargarme otra vez algo o para esplicarme cómo funciona una máquina nueva que se le ha metido en la testuz y yo le digo siempre maese Lionardo corregidla hazed así y asá porque de lo contrario va a ser un chasco y él dize maldita sea vas a tener razón y luego se encierra en su cuarto a pensar dos o tres horas más, y ya no güelve hasta la cena con la cara larga porque ha caído en la cuenta de que su idea era una caca y la mía de vuestro servidor Salaì que soy inorante pero tengo la cabeza en su sitio como la gente normal seguro que es más válida que la idea dél que es un genio, eso es al menos lo que dizen pero vaya uno a saber.
Las cosas en resumiendo prosiguieron de la siguiente guisa. Dado que a todas luces tras lo del latrocinio del que me yba a despanzurrar exétera habríale hecho mil inquisiciones, maese Lionardo procedió al punto a hazérselas él solito y a respondérselas para sí propio cosa que para mí es muy de los genios, que te arrancan siempre la palabra de la boca para que naide pueda dezirles oye pues fíjate que para mí tú a vezes dizes papiroladas como cualquier hijo de vecino, porque en verdad que cuando Lionardo dábame lecciones de lectura y escritura y historia y política y mathemáticas exétera si por un casual yo le demandaba algo que no me sabía responder me hucheaba Salaì ¿qué coño me preguntas?, porque resulta que asimismo él es un inorantón como son todos los de Vinci el pueblo suyo y lo digo a sabiendas porque en Florencia todos se coñean dellos.
Del parlamento de Lionardo vuecencia he conjeturado la impresión de que ha sido escelentísima la idea de vuesa merced de vigilar lo que él haze y dize acá en Roma, pues maese Lionardo se ha entrometido en una facienda peligrosa asaz que podría acarretar muchas gravedades para nuestra Florencia que Dios la bendiga siempre. Amén.
Porque hete aquí que maese Lionardo me ha confesado que no hállase en Roma para estudiar lo antiguo y la arquitectura de los monumentos romanos sino que eso es una trola para los zampabodigos porque en verdad él se encuentra aquí cumplimentando una misión para personas los cuyos nombres me comunicará en plazo breve, y que son muy próximas a Su Beatitud el Papa.
Luego me asió del brazo y allegó la oreja mía a la boca suya y me dixo que alguien —ignórase quién— está haziendo correr atroces acusaciones contra el Pontífice para enturbiar Su fama de home güeno y sancto. El fin de la intriga, dixo Lionardo, no es otro que el de malograr las proposiciones del Papa Borgia, que con sancta razón quiere dar unos quantos bastonazos a los pequeños estados italianos que devieran llevarse bien pero que se pasan la vida zurrándose y hasta se rebelan contra el Papa que con constancia sempiterna les dize que se unan para defender a Italia de los franchotes y de los tudescos y exétera mas hete aquí que los vecinos les parescen a ellos más bacalarios que el estrangero. Yo de política entiendo poco señor amo pero he entendido que en conclusión este Papa Borgia que es español al fin y al cabo es más italiano que los milaneses, que los florentinos, que los seneses, que los romanos y exétera, osea que a los italianos todos porque sí, que Italia nos da tres pitos y lo único que nos place es tocar las pelotas al vecino de casa y si me paro a pensarlo pues no voy a refutar que a mí florentino como soy los seneses me dan por culo y que Dios los maldiga una y mil vezes, no así los franchotes ni los tudescos que no entiendo ni siquiera lo que dizen.
Maese Lionardo me dixo que para convencer a los estados itaIianos de que le hagan caso se vale de las acciones militares de César Borgia llamado Valentino que es su sobrino y general soberbio. Mas resulta que la guerra es complicada pues como vos asimismo sabéis señor amo Italia de suyo es un embrollo, y el guirigay ya habiente acrecentóse haze siete años cuando Ludovico el Moro, el señor de Milán, hizo venir a los franchotes a Italia como aliados suyos para reclamar los derechos sobre el reino de Nápoles.
Lionardo me esplicó que el Papa Borgia merced solamente a la escelencia militar de Valentino que como militar en verdad los tiene bien puestos está pasito a pasito adueñándose del centro de Italia y acallando a Florencia y a Venecia y a los restantes estados más diminutos como Imola y Forlí y Paenza y Cesena y Rímini y Piombino, que han sido aplastados como hormigas o lo serán presto. Dixo eso y en ese mesmo istante Lionardo clavóme los ojos en los míos como el que está en pecado porque está muy a sabiendas que podríanlo acusar de traicionar a nuestra Florencia por servir al Papa en tanto y también en quanto los de Florencia nos hallamos en tiempos duros y el que no está con nos está contra nos; y sin dubda no prexiso reiteraros señor amo que apenas ha tres años justo por voluntad deste Papa fue escomulgado y ajusticiado fray Jerónimo llamado Savonarola que había conducido la República florentina, y que el precedente Papa Sixto IV hizo la guerra contra el linaje nuestro glorioso de los Médicis, que apoyó a los conjurados que acogotaron a sire Julián de Médicis y que escomulgó al hermano suyo Lorenzo llamado el Magnífico, y que cesó de hazer daño a Florencia únicamente cuando arribó a Calabria el exército turcho que a cada quisque que a la sazón eran los italianos y el Papa y los franchotes hízolos ciscarse de miedo y firmar entre ellos la paz. Entonces Lionardo se justificó diziendo que todo güen christiano tiene el cometido y el dever asimismo de defender al Sancto Padre de amenazas y acusaciones esternas, y que hazer eso no equivale a ponerse al servicio Suyo.
Lionardo había previsto mis objeciones: vos mesmo ya sabéis, señor amo, que los estudios de Lionardo sobre la naturaleza, sobre el cielo y sobre el movimiento de los astros, lo han desviado de la recta vía. Proliferan sus estravagancias en grado sumo, philosofa de las cosas naturales, quiere conoscer las propiedades de las yerbas, está siempre observando los motivos del cielo, el curso de la luna y la andadura del sol. Por lo qual se ha fraguado en su alma un conceto tan ereje, que no se arrima a religión alguna, apreciando al cabo asaz más ser philósofo que christiano.
Acto siguiente me esplicó en qué consisten las injurias y las maledizencias que algunos hazen correr contra el Pontífice, y ya mesmo me escuso señor amo porque con seguridad vos estas cosas las conoscéis ya.
Cuentan primero que Rodrigo Borgia en el gobierno de la Iglesia ayuda y favorece a los parientes suyos de una manera espeluznante y desollada, osea que ha hecho a tres parientes suyos capitanes de la guardia de palacio; a otro, vicecastellano de Tívoli; otrosí ha nombrado cardenales a otros cinco parientes, y a un sexto lo ha hecho administrador de sus bienes. Por no mentar los infinitos favores que ha hecho a sus sobrinos Lucrecia y César, a los que ha dado cargos de gobierno y de mando, amén de onores y dineros y tierras y castillos. Según las maledizencias asimismo a los otros cardenales habríales hecho regalos escandalosos verbigratia a Ascanio Sforza le habría dexado el palacio de la Chancillería que es justo ese grande y prexíosísimo que está cerca de nuestra fonda.
Pero padre mío, le dixe a Lionardo, yo creía que ese palacio era para el vicechanciller y por eso vive ahí el Sforza, no porque es suyo propio. Y yo qué sé, me replicó Lionardo, yo pensaba lo mesmo pero con tantas maledizencias aquí ya no se entiende ni zorra, fíjate que las malas lenguas ahirman incluso que César Borgia no es sobrino del Papa sino su hijo bastardo, y por consiguiente que Lucrecia, hermana de César, también ha nacido de los amores del Pontífice.
En verdad, comentó Lionardo, que César llamado Valentino y Lucrecia fueran hijos bastardos del Papa no sería siquiera lo peor dado que verbigratia un Papa anterior que fue Inocencio VIII antes de tomarlas órdenes sagradas hubo dos vástagos suyos de verdad. Mas por ahí dizen cosas aún peores y más cochinas como que el Papa de agora no es sólo el padre de Lucrecia, sino que inclusive en la compañía della haze cochinadas y fornicaciones, y lo mesmo dizen de César y Lucrecia, ansí que el hijo del Papa vendría a ser amante de su hermana, figuraos señor amo qué cosa tan asquerosa. Más malas lenguas dizen aun que el Papa se lleva a sus aposentos hasta veinte y cinco mugeres para meterles la espiga con otros amigos suyos y hazer otras marranadas y cosas indignas de un Papa.
Pero suena más todavía el rumor de que el Papa Rodrigo Borgía tiene una amante secreta y muy joven y formosa que sería una tal Julia de la noble familia Farnese, siendo la voz tan pertinaz que en Roma a esta Julia la llaman la novia de Cristo.
Dizen asimismo que el Papa Borgia es un grande traidor de la Pe Cathólica y que tiene pactos secretos y infames con el sultán thurco Baiazet (rumor que tiempo atrás vos también habréis oído circular en Florencia) para engañar al resto de los Estados Christianos a favor suyo y de César.
Dizen por último que César Borgia amén de ser hijo del Papa es autor de un crimen nefando y que es a saber el homicidio de su hermano Juan, Duque de Gandía, asesinado no se sabe bien por quién acá en Roma ha cuatro años mas de todos modos, por lo que dizen las malas lenguas, con la infame licencia del Papa mesmísimo, y peor todavía las mesmísimas malas lenguas ahirman que toda Roma está al corriente de eso osea de que César mató al Duque de Gandía. Y por último se sospecha también que César hizo matar a su cuñado que era el marido de Lucrecia, Alfonso Duque de Bisceglie.
En resumiendo cuentas señor amo, si todo esto fuese verídico a uno con santa razón se le podría pasar por el chapitel hazerse thurco y rezarle a Mahoma porque al menos por allá puedes tener seis o siete mugeres y ellas deven estarse calladitas y obedescerte porque el que manda es el home, no como en Florencia do ciertas mugeres no te ofrecen el majuelo si no les hablas primero durante dos o tres medias horas y así a cualquiera se le quitan las ganas.
Por otra parte pensé en la rica sirvienta de la fonda que dize que este Papa es francamente sancto, inclusive que según ella todo el mundo lo sabe, y en seguida me asaltó una dubda: ¿cómo se esplica que haiga gente que dize que este Papa es sancto y que haiga otra que dize que es un monstruo, o que sea tan asno que en quanto dexa con barriga a una muger lo sepan todos en Roma? Pero maguer fuese ansí, osea que el Papa fuese un marrano y muy zote, pues a mí me resulta señor amo harto raro que alguien tan cabrón pueda llegar a ser Papa, que si fuese por eso yo podría ser emperador pues me he pasado por la piedra ya a dos cientas o tres cientas mugeres sin que sus maridos me haigan pillado ni una sola vez. Eso de que el Papa tiene hijos acá y acullá es según Lionardo un enfundio que naide se puede creer porque el Papa cuando aún era cardenal era muy honesto tanto que fue vicechanciller o lo que es lo mesmo el cardenal más importante después del Papa durante treinta y cinco años y bajo cinco Pontífices, y trabajaba como una mula y era admirado por todos los colegas suyos del Sacro Colegio y a naide se le pasaba por las mientes que por muchas ganas que tuviera de montar mugeres fuese a cometer el yierro de dexar preñada a alguna, pues para eso ay que ser un acemilón señor amo si no fijaos en mí que no embargante a tantas haiga metido el rejón nunca he metido así la pata, amén de que si las dexo preñadas luego los padres suyos a mí me dexan sin criadillas.
Dios bendito señor amo qué poquito faltaba para que me marease por la desmesura de sucedidos que había oído acerca del Papa, tan innúmeros ellos que se me hazía imposible que todos fuesen falaces. Aun así sin dubda uno me resultó más clarísimo que los otros, que fue que si el Papa Borgia en suponiendo que hubiera tenido hijos también los habría habido de una muger ansí que le demandé a maese Lionardo quién era aquesta muger que el Sancto Padre preñara siendo él joven y en su consecuencia nacieron César Borgia y Lucrecia y él me contestó: la conosce todo el mundo, se llama Vanozza Cattanei.
Oyéndola nombrar por terzera vez tuve un sobresalto como si me hubiesen dicho Oye Salaì que en todas las salchichas que te has zampado en tu vida sin hazer caso omiso de la desta mañana han metido a escondidas tu mierda, y me dixe entre mí pero entonces no es casualidad que la fonda en la que nos hallamos sea de la muger que según las calumnias ha habido los hijos con el Papa. ¿Pero la ha elegido Lionardo? ¿Y por qué?
La dubda devióseme plantificar en la cara porque mi padrino me preguntó al punto si conoscía el nombre de Vanozza y yo le dixe No maese Lionardo, sólo que resulta que me estava preguntando cómo se esplica eso de que el Papa no descubra y castigue a los culpables destas calumnias, osea que mentí lo mejor que pude mas por suerte Lionardo se cree casi todas mis trolas.
En verdad el Papa, respondió, cuando oye las mentiras que dizen dél a sus espaldas se chuflea y dichoso Él está seguro de que como son absurdas en desmesura no han de creerlas las gentes y las olvidarán. Mas el que no tolera las maledizencias es César, llamado Valentino porque ha dos años desposó a Carlota d’Albret hermana del Rey de Navarra y prima del Rey de Franzia, que por agora permanece en Franzia mas ha dado a César el título de Duque del Valentinois. Lionardo me esplicó (pero vos lo sabéis ya) que César fue nombrado cardenal con sólo diez y ocho años y que agora que tiene veinte y cinco ha hecho dexación del hábito de cardenal y ha vencido batallas a porrillo al mando del exército del Papa y es un tipo que si algo se le tuerce se pone hecho un basilisco y no ve la hora de colgar por los cojones a las malas lenguas porque, como dize Lionardo, el que no castiga el mal dexa que se haga de nuevo, y no ay cosa que haiga que temer más que una fama mala.
Mi padrino me ha confesado pues que todo ese montón de cartas que llegábanle a Florencia en los últimos tiempos de Roma eran de Valentino que le pedía ayuda por el hecho referenciado de las malas lenguas. ¿Perdonad maese Lionardo le dixe mas por qué Valentino os reclama prexisamente a vos? Y hete aquí que él contestóme que Valentino es sabedor de su güen nombre y inteligencia y asimismo Lionardo está en posesión de un pretesto asaz güeno para estar aquí en Roma el qual es que es pinctor y arquitecto y ha de estudiar los monumentos antiguos. Solamente que se prexisa suma discreción y por ende maguer el caco estuvo a pique de ensartarme como una salchicha es improcedente denunciar el latrocinio y el homicidio fallido a los corchetes porque pondríanse a hazer demandas y vosotros dos quiénes sois de do venis que hazéis en Roma exétera.
Salta a los ojos vuesa merced que Lionardo cree que soy un ciruelo y no me quiere contar toda la verdad, ansí que por agora no le he inquirido quáles son con prexisión el cometido y la recompensa que le ha asignado Valentino. De todas las maneras le he dicho perdonad maese Lionardo tened la bondad de dezirme la causa de vuestra inconmensurable preocupación por aquesa cajita forrada de terciopelo y qué coño son los palitos de su interior. Pues vos mesmo habéis visto con vuestros propios ojos que el caco forzóla para otearla.
Lionardo se quedó tieso como un pedrusco porque se columbra sin dubda plausible que se jiña de miedo de que alguien ignoto vea los palitos de madera y ya yba a responder, pero hete aquí que de güenas a primeras me mandó que fuese a preguntar quánto había que apoquinarle al barbero que ay al fondo de la calle por sus servicios y me dixo: te lo esplicaré si encuentro el último palito.
Toste bolvió a su cuarto a copiar sus códices griegos de Euclides y de Filón de Bisancio con todas esas otras máquinas complicadas que luego el muy listorro las haze pasar por embinciones suyos mayormente los aparatos para volar que empero sabe perfectísimamente que no vuelan siendo así que si a alguien le da por probar se desploma como una piedra y yo tengo que hazerme el tonto porque no más que le diga media palabra se pasa medio sancto día dándome la murga y me dize Mira Salaì desque estás conmigo no has hecho lo que se dize una mierda amén de comer y robar y contar paparruchas y ser un porfiado y agora cierra el pico y respétame, osea amo mío vos también lo conoscéis a Lionardo ay que aguatarlo si no se güelve como una tía vieja majadera. Digo más yo doy gracias al Cielo de que mi padrino, que está acá en Roma por secretismos del grado más elevado plausible, es home tan desvanecido que ha tenido a bien traerme consigo a mí que me ocupo de todas sus cosas y ansí os las refiero a vos.
Os diré de todas las maneras que yendo al barbero tuve la sensación que estaremos en peligro grandísimo todo el tiempo que nos quedemos en Roma, y que amén de Jesús he de rezar mucho asimismo a la Virgen y a los Sanctos todos para que nos protejan pues si no esto va a acabar en hieles.
Vuestro devotísimo
SALAÌ