IX
Me entero de que la mujer del embajador de la España roja se ha presentado en el Colegio de España para indicar al director de que me tiene que echar a la calle.
—No sé por qué será. Yo no me he ocupado ni del embajador ni de su mujer. Quizá sea por eso.
—Tiene usted avitaminosis —me dice un amigo médico.
—Eso no me choca. Es más fácil para un viejo que vive pobremente tener cosas malas que buenas. ¿Avitaminosis? Es muy probable. ¿Artritismo? También. ¿Hiperclorhidria? Con seguridad.
A perro flaco todo se le vuelven pulgas.
Me indican unos señores que me quieren pagar un traje.
—No. Yo no soy un mendigo. No tengo ninguna casa elegante adonde ir. Continuaré con el traje viejo. Me es igual.