Bibendum y sus cinco atributos
Bibendum y sus cinco atributos
Su masa suave y blanca flota en nuestras carreteras. Es el ángel de la guarda de los automovilistas. Su virtud se expresa mediante cinco atributos esenciales.
Gordura
A fin de cuentas, los gordos gozan de una reputación positiva. En el colegio, cada clase tiene su gordo. Todos le quieren. Los golpes que reciben son sólo empujones cariñosos. Se le usa como a un punching-ball viviente, cálido y de una paciencia inagotable. Se le tolera que sea perezoso, goloso y poco valiente, unos defectos eminentemente simpáticos. Pero se le considera simpático, generoso e incapaz de rencor. Su función consiste en emitir una sensación de felicidad.
Política
Un político debe dar el peso. Su corpulencia le otorga lentitud y majestad. Gracias a ella, cumple con su deber principal: tranquilizar e inspirar confianza.
La palabra francesa embonpoint[30] también es reveladora en este aspecto. Su contrario —«enmauvaispoint»— no existe, pero a todos nos viene el concepto a la cabeza cuando vemos a algún político esmirriado y anguloso. Este tipo de hombre no tiene ninguna posibilidad de acceder a los cargos supremos. En el extremo opuesto, no cabe duda de que el canciller Helmut Kohl debe su formidable longevidad política al esplendor de sus 160 kilos.
Erótica
Después de medio siglo de aberración, es decir, de culto a la delgadez y a la consunción clorótica, por fin vemos cómo los hombres recuperan el gusto por las mujeres llenitas, que con tanto lirismo ilustraron Rubens, Rembrandt y Renoir. El encanto de las roscas y las cartucheras lo ha sabido expresar muy bien Fernando Botero, profeta de los tiempos futuros. El siglo XXI será rollizo o no será.
Blancura
Hemos hablado de peso y de redondeces. Ahora debemos corregir, pues Bibendum alía las formas opulentas con una sorprendente ligereza.
Tiene la muelle y blanca majestuosidad de las nubes más bellas. Fácilmente lo imaginamos deslizándose lentamente por el cielo azul, como un globo inmenso e inmarcesible brillando al sol. Hay algo de dios en ese personaje aéreo y tutelar. Él nos protege.
Y ¿acaso no fue él quien inspiró el invento del air-bag, ese cojín providencial que surge de la nada en el momento del choque?
Le dirigimos una plegaria: ¡Oh genio suave y bondadoso, en caso de desgracia, tómame en tus brazos, apriétame contra tu pecho amplio, y estaré salvado!
Espíritu
La palabra griega pneuma, como la latina spiritus, significa ante todo «aire». El espíritu es neumático.
Pero esta corriente de aire podría pasar de largo y perderse, si no hubiese un cuerpo hospitalario para acogerlo. Bibendum está repleto de espíritu. Además, es evidente su ironía y su sonriente simpatía[31] en el balanceo de su silueta rellenita y espontánea.
El neumático se bebe el obstáculo, tal como el espíritu desmonta el miedo y el odio.
Bibendum es la encarnación moderna y automóvil de Buda. Su sonrisa tierna y melancólica flota per encima de las carreteras, donde la locura y la brutalidad de los hombres causan miles de muertos.