Lola
Jueves, 12 de febrero, 20.57, The Horseshow House
Bridie, Barry, Treese y yo aguardando para conocer a Gwen, la nueva novia de Jem.
—¿Qué estamos haciendo en este maldito pub? —preguntó Bridie—. Está en el quinto pino y lleno de tipos con pinta de jugadores de rugby.
—Jem quería un lugar neutral para el «encuentro» —explicó Treese—. No quiere nada que recuerde a Claudia.
—¿Realmente dijo «el encuentro»? —pregunté.
—Sí.
—Jesús… ¿Cómo creéis que será esta Gwen? —pregunté.
—Que no piense que podrá tomarle el pelo a Jem como hacía Claudia —dijo Bridie con gravedad.
—Bien dicho —convino Barry—. No le quitaremos ojo.
—Chisss, por ahí vienen.
Jem se acercó con gran, gran, gran sonrisa. Y sudando. Y frotándose manos, como si estuviera lavándoselas. Estaba nervioso, sin duda.
Hizo pasar hacia delante a chica alta y morena.
—Os presento a Gwen.
A primera vista las lolas eran suyas.
—Hola, Gwen —exclamamos todos—. Nos alegramos mucho, mucho de conocerte. —Amplia, amplia, amplia sonrisa en nuestros labios, pero en los ojos puro acero.
—Lo mismo digo. —Tenía gotas de sudor en el nacimiento del pelo—. Sí, un gin-tonic —dijo a Jem. Luego, bajando voz—. Doble.
Punzada de lástima por Gwen. Pocas experiencias más sobrecogedoras en la vida que «concurso de belleza» con viejos amigos de novio nuevo. Preguntándote si serás aceptada en pandilla o arrojada a la oscuridad cósmica.
Así y todo, no podíamos ser demasiado blandos. A lo mejor era farsante con lolas falsas, como Claudia. Aunque no parecía una farsante. Parecía chica agradable.
Bebidas, conversación, anécdotas. Bajo disfraz de simpatía, Bridie, Barry, Treese y yo evaluábamos cada movimiento de Gwen. Mucho reír estridente y nervioso por su parte. Sentada en borde de banco, piernas cruzadas tres veces.
Jem, entretanto, observándonos detenidamente, suplicando con la mirada: Que os guste, por favor, que os guste.
Se fue de nuevo a la barra para inyectarnos más alcohol y durante su ausencia Gwen se vino inopinadamente abajo.
—Joder. —Se enjugó la frente—. Esto es peor que una entrevista de trabajo.
Arrebato de compasión por ella.
—Durante mucho tiempo fuisteis amigos de la anterior novia de Jem —dijo—. Sé que no os será fácil aceptarme, pero dadme tiempo.
Bridie, Barry y Treese también asaltados por compasión.
—En realidad la detestábamos —reconoció Bridie.
—La detestábamos —confirmó Treese.
—La detestábamos —dije yo.
De repente, los cinco desternillándonos de risa y grandes amigos. Sí, Gwen chica adecuada para Jem. En cierto modo, sus nombres rimaban.
Todos con pareja estable ahora. Excepto yo, claro. Sin resentimiento. Solo observación.