Nota acerca de La Gallina Ciega

NOTA ACERCA DE LA GALLINA CIEGA

Excelentísimo Señor Ministro de Información y Turismo del Gobierno Español, sea quien sea.

MADRID

Fecha del matasellos

Excmo. Señor:

Le envío un ejemplar de mi libro, La gallina ciega, para que tenga a bien, según sus libérrimas facultades, dar las órdenes necesarias para que sea permitida su venta en España.

Puede usted, Excmo. Señor, figurarse que no ignoro que dejando este asunto en manos secundarias —no por eso ignaras— no tendría probabilidad de lograrlo.

Por eso recurro a su ilustrado criterio rogándole conceda unos minutos de su ocupadísima atención a los evidentes beneficios que la libre venta de estas oscuras páginas puede alcanzar:

a) demostrando la liberalidad y liberalización del régimen que, a ojos de muchos romos, está por probar;

b) lo absolutamente inocuo que resulta un librillo de índole subjetiva al lado de otros de teoría política —de la que éste carece— y que podría, en último término, justificar su prohibición;

c) que si pudiera —cosa que dudo sin dudas— servir a la oposición lo haría por donde menos puede molestar: ni por lo castrense, ni por lo eclesiástico, ni por derecho sino —a lo sumo— por lo moral, cosa que, como buen político, sabe usted mejor que nadie, Excmo. Señor, no ofrece cuidado alguno para el actual régimen.

En fin, que son tantos los tantos que abonan en favor del permiso que le ruego otorgar, que no dudo mereceré la gracia que humildemente le pide

EL AUTOR