Colofón

COLOFÓN

Debido al ser natural de las Artes Gráficas, generalmente poco amigas del trabajo, quizá por la vejez de sus artificios y el olor de procedimientos nuevos, sin contar las múltiples ocupaciones de don Joaquín Mortiz, este libro sale con un retraso ligeramente mayor que el normal.

No lo lamento por él ni por mí sino porque le hubiese gustado leerlo u oírlo a mi suegra, a quien va dedicado:

—Debieras cambiar la dedicatoria.

—¿Qué culpa tuvo aquella gran mujer de vuestros retrasos? A ella se lo dediqué, hace cerca de dos años. El que haya fallecido ni pone ni quita rey ni coma. Sin contar los que desaparecieron durante la fabricación (de algunos di cuenta al corregir las pruebas). Otros hay. Lo bueno es que habrá más.

¿Quién queda vivo?