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Rockland,
Tikonov
Marca
Capelense
Federación de
Soles
16 de Febrero del
3065
Sentándose
apretujadamente en uno de los lados de la larga mesa de
conferencias, Rudolf Shakov balanceo su silla sobre sus patas
traseras, tratando de escapar del sentimiento claustrofóbico de
dieciséis hombres y mujeres metidos en una habitación pensada para
la mitad de ellos. En la pared trasera del Puesto Avanzado 23
un pequeño acondicionador de aire zumbaba y resollaba trabajando
contra demasiado calor corporal. Se las arreglaba para
mantener la habitación a temperatura soportable, pero eso no
ayudaba con el olor de tantos cuerpos apretados en tan poco
espacio, especialmente cuando algunas personas todavía
llevaban el sudado atuendo de mechwarrior.
– Todos ustedes
han leído los mismos informes que yo tengo, – dijo Morgan Kell
mientras ponía orden en la reunión estratégica. Las
conversaciones se apagaron hasta unos pocos murmullos finales
apenas audibles por encima del forcejeo de la unidad de aire
acondicionado. – Todos ustedes saben a que nos enfrentamos.
Ahora quiero oírlo de sus labios –. Él barrio con su férrea
mirada toda la mesa a lo largo y ancho. – ¿Podemos conservar
Tikonov? –.
Shakov realizo
rápidos cálculos mentales en el silencio que siguió. Al usual
círculo de comandantes del ejercito regular y sus ayudantes,
Morgan Kell y Jerrard Cranston habían añadido al Capitán Harsch,
el último oficial superior que le quedaba a la MMC de Valexa.
También presentes estaban dos comandantes de la Legión
Extranjera, con los que él había formado un par de batallones con
apoyo de armas combinadas.
Notablemente
ausente estaba el Príncipe Víctor, una perdida que todos parecían
sentir mientras lanzaban miradas de cuando en cuando hacia las
puertas cerradas de la estrecha habitación. Tiaret permanecía
de pie, un guardia impasible delante de las puertas, lo cual
parecía normal. Pero el hecho era que ella no estaba vigilando
personalmente a Víctor, y no lo había estado haciendo durante
muchas semanas, lo cual solo enfatizaba el sentimiento de
vacío que carcomía a la fuerza especial desde dentro.
El Capitán Harsch
se aclaró su garganta, esperando a ver si otro oficial mas
experimentado se levantaba antes que él, después empezó a
hablar cuando ningún otro se lo impidió. – Hemos estado
esperando refuerzos, – dijo. – ¿Hay alguna oportunidad de
verlos pronto? Podría ayudarnos saber cuanto tiempo tendremos
que aguantar –.
Como oficial
veterano de la ComGuardia que supervisaba todas las comunicaciones
el Capiscol Irelon aceptó la pregunta. – No hay respuesta
fácil, Capitán. La guerra civil mantiene a cierto numero
de mundos alzados en armas y luchando en sus propias batallas
según a quien apoyen. Las unidades de las que hemos estado
dependiendo son aquellas que sabemos que acudirán tarde o temprano
al lado de Víctor. El 10º de Guardias Liranos y cualquiera de
los regimientos de la Guardia de Davion. Pero los Espectros
siguen aislados en Kentares, y el 3º de Guardias se ha visto
atrapado intentando expulsar a las fuerzas del Condominio en
Cassias –. Hizo una breve pausa. – Esta información es nueva, –
dijo de paso en forma de disculpa, – pero parece ser que el 5º
ha sido destruido –.
Eso silenció la
habitación durante un considerable numero de dolorosos latidos.
Morgan hizo una señal para apaciguar la excitada explosión que
lo siguió, esperando una explicación. Irelon paso la pregunta
a Shakov, quien pudo reunir mas detalles sacados de su
memoria. Habían esperado poder dar a Morgan las noticias en
privado, después de la reunión. No había habido tiempo antes, ni
tampoco coraje para mantenerlas en secreto a los demás en esta
asamblea que se suponía discutía el futuro de
Tikonov.
– El 5º de
Guardias se deshizo ayer en Kathil, – dijo, – después de que el 8º
de Guardias de Donegal de Katherine y el 1º de Jinetes de
Chisholom se combinaran para empujarles hasta el Océano Olímpico.
Los lealistas están cazando ahora a los rezagados
–.
Eso hacia de ese
el segundo regimiento de los leales Guardias de Davion que caía en
la guerra civil. Los oficiales reunidos guardaron un momento
de silencio en su memoria.
Shakov espero a
que se terminara, continuando solo cuando muchos de los ojos se
volvieron hacia Morgan o hacia él mismo. – La Guardia Pesada
de Davion todavía está varada en Galax, aunque
Tancred Sandoval ha prometido proporcionarles transporte.
Eventualmente. Nuestra mejor esperanza ahora mismo es la
Guardia de Asalto. Ellos estaban ayudando a dejar que la unidad del
Condominio se retirara de Addicks con el fin de llegar hasta
nosotros, pero entonces Katherine les atacó a ellos en su lugar con
la Milicia de Achemar y el 5º de Guardias Liranos. Podría ser
suficiente para ocuparles indefinidamente –.
– Lo cual
demuestra cual es nuestro problema en última instancia, – dijo
Morgan recogiendo sus palabras. – No importa que podamos traer
a Tikonov ahora mismo, Katherine, actualmente, tiene acceso
a mas regimientos disponibles. Si no podemos hacerlo con lo
que tenemos, no podemos considerar siquiera el obtener una
victoria aquí –.
Shakov observo a
Morgan cuidadosamente, estudiándolo, viendo las virtudes que lo
habían convertido en un consumado comandante mercenario en su
tiempo. No importaba la diferencia de rango, posición
o nacionalidad, Morgan hacia que todo el mundo se sintiera
como si fuese parte de una gran estrategia y de jugar un papel
especial en lo que estaba por venir. Y mientras lo hacia Shakov
súbitamente se sintió seguro, Morgan Kell ya había decidido.
Ya lo sabia.
– Tikonov es el
mundo mas estratégicamente emplazado para el avance de Víctor hacia
Nueva Avalon –. Shakov se meso la perilla sabiendo que esta
necesitaba un buen arreglo. – Sabíamos eso cuando vinimos, y
ahora es dos veces mas cierto que antes –.
Al otro lado de
la mesa Jonathan Sánchez hizo un gesto de asentimiento. – No
podemos dejar que Katherine se establezca en Tikonov detrás
nuestra. Vamos a tener que ganar esta batalla ahora o
mas tarde, Morgan –.
Jerrard Cranston
se inclino hacia delante, – Y si la ganamos ahora, General, ¿Qué
pasa entonces? Sé que ha luchado duramente en este planeta,
pero ¿nos quedaremos simplemente sentados aquí mientras
el Príncipe se recupera? –.
– Víctor no está
en condiciones de liderarnos, – dijo Morgan, el tono de su voz no
daba pie al debate, ni siquiera para Nadine Killson, quien parecía
dispuesta a discutir –.
Shakov mantuvo
una sólida mascara por mantener las formas, pero si el estado de
Víctor ya dañaba su confianza, solo podía imaginar que haría
con los oficiales inferiores y la tropa. – ¿A que otro sitio podría
llevarle, Morgan? –
– De vuelta a la
Alianza. Al Cordón de Defensa de Arc Royal si es necesario. Ahora
que los Halcones de Jade han sido contenidos de nuevo, es el
lugar mas seguro que tenemos–. Morgan se enfrento a la
mirada de cada uno de los oficiales de la sala, uno por uno. –
Víctor necesita tiempo. Podemos esperar ahí fuera, pero cuanto mas
esperemos, mas importante se volverá este mundo y mayor será la
posibilidad de que toda esta guerra civil se termine
decidiendo en ultima instancia en Tikonov y no en Nueva Avalon
–.
Jonathan Sánchez
asintió. – Entonces Víctor debe irse. Pero el 1º Cuadro del ICNA se
queda en Tikonov.
Tenga por seguro
que haremos que las fuerzas de Katherine no se pongan muy cómodas
–. Él miró entorno a los reunidos alrededor de la mesa,
aceptando el gesto del Capitán Harsch como una promesa
del continuado apoyo de la MMC de Valexa, y después se volvió
hacia Morgan. – Mis cadetes y la milicia de Harsch son
veteranos experimentados en estos momentos. Podemos resistir. Deme
un segundo regimiento, Morgan, y podremos mantener una cabeza
de playa segura abierta hasta su regreso –.
El plan, aunque
desesperado, podía funcionar. Shakov consideró las fuerzas
lealistas sobre Tikonov.
Suponiendo que la
mitad de ellas sin duda perseguirían a Víctor de vuelta a la
Alianza, eso le permitiría a Sánchez la oportunidad de cumplir
su promesa. – Vale la pena intentarlo, – dijo él, y después dio
sus razones, con la probable reacción de la General Esteban y
de Linda McDonald.
Morgan asintió. –
No quiero ordenar a nadie que se quede, pero si hay algún
voluntario....– Patricia Vinemann se levantó inmediatamente,
justo por delante de la General Killson. – Mis Lanceros
de Tsamma esperaran a Víctor aquí. No le fallaran al Principe
–.
– Puedo intentar
encontrarles mas apoyos, – prometió Morgan. – Con el Movimiento
Tikonov Libre resurgiendo de nuevo, quizás pueda atraer hacia
nosotros a Treyhang Liao con su Capella Libre. No
lo sé–.
Se alisó su barba
gris con los dedos, y después pareció completar su idea. – Así es
como lo haremos. Nos marcharemos en una semana. Hasta
entonces, quiero que las fuerzas que se queden atrás obtengan tener
el mejor nivel de preparación y de material que podamos
ofrecer. También deberemos prepararnos contra la Nave de
Guerra de Linda Mcdonald, la cual se está moviendo desde el punto
de cenit. Y quizás podamos hacer sangrar la nariz de la
General para estar seguros de que nos persigue. General Sánchez, –
Morgan miró al oficial al mando del 1º Cuadro de Entrenamiento
del ICNA. – ¿Hay algo que necesite de nosotros?
–.
– Si, lo hay,
Morgan. – Sánchez sonó algo desilusionado pero tenia ya su
respuesta preparada.
– Deme Turwila y
las Industrias Harcourt–. Él sonrió con tono grave. – Después ponga
a Víctor a salvo, y vuelva a relevarnos –.
Shakov observó el
lento asentimiento de Morgan y supo que era mas que un simple
reconocimiento. Era una promesa privada. La palabra de Morgan
Kell.
– Será un placer, General, – dijo. – Para todos los presentes–.