–– 24 ––

Ciudad Avalon, Nueva Avalon
Marca Crucis
Federación de Soles

27 de Enero del 3065

La Guarida del Zorro parecía mas pequeña de lo que Katrina recordaba de los días en que había sido la sala de guerra de su padre. Al principio ella pensó que se debía a las terminales extra que se habían añadido a lo largo de los años, o a las pantallas que habían crecido hasta cubrir tres de las paredes. Pero nada de eso era suficiente. Parecía como si las paredes parecieran físicamente mas cerradas, como si toda la sala hubiera caído en el desuso.

 

O quizás simplemente era que la presencia de Hanse Davion había desaparecido.

 

Su padre había sido la figura que completaba la habitación. No era agobiante ni dominante, aunque podía ser ambas cosas cuando le convenía, sino que era mas bien un catalizador. Ella lo recordaba con un cálido y excitado sentimiento. Él hacia que este lugar cobrara vida. La gente se sentía mas importante bajo su mirada y siempre estaba presente aquel sentimiento de grandes cosas en marcha.

 

Katrina empezó a lamentar su decisión de mantener una reunión aquí, aunque su entrada en la Guarida del Zorro había creado cierta agitación. En no pequeña media, sospechaba, debido a que tenia a su Mariscal de los Ejércitos y a su Campeón del Príncipe justo detrás.

 

Un par de tenientes charlando con el café en las manos descubrieron súbitamente que tenían una enorme cantidad de trabajo que hacer. Rápidamente se inclinaron sobre los hombros de varios analistas de inteligencia, interfiriendo con los esfuerzos que estaban haciendo en varias terminales de datos. El ritmo de trabajo pareció doblarse ante sus ojos, aunque la frenética marcha disminuyo cuando Dehaver llegó y envió fuera a un oficial y a un puñado de analistas.

 

– ¿Tienes algo que quieras mostrarme? – pregunto Katrina a Jackson Davion después de que el grupo se hubiera ido.

 

Davion rechazo el tanque holográfico e hizo una derivación de los datos desde la terminal para que fueran proyectados en la pantalla mural mas grande. El tramo de espacio que la Federación de Soles compartía con el Condominio Draconis cobro vida, con líneas de fuerza y de maniobra mostrando las rutas de ataque y retirada. Katrina no necesito ninguna explicación detallada para ver que las fuerzas pertenecientes a su Señor de la Marca Draconis habían sido forzadas a salir de otro de los mundos Kurita, y que el Condominio había vuelto a atacar mas allá de la frontera, dentro de su propio reino.

 

– Cassias, – dijo ella con voz baja llena de irritación hacia la guarnición planetaria de ese mundo. Jackson asintió. – Se dejo la defensa al 3º de Lanceros de Crucis después de que el 17º de Húsares lo abandonara. Los Lanceros se movieron entonces para apoyar a Tancred Sandoval, por lo que lo único que quedó era algo de milicia desentrenada y un regimiento de blindados dejados atrás por el 17º –. Simón Gallagher ajusto sus gafas cuadradas. – Así que ahora estamos luchando contra el Condominio por cuatro de nuestros propios mundos –. Sin ser nunca un genio estratégico, el mayor valor de ese hombre era el de ser leal hasta la saciedad. Aunque también estaba mal informado.

 

– Tres, – le corrigió Jackson. – El Condominio hizo pedazos al 8º de Urukhai en Addicks, y ahora lo controlan sin impedimentos.
– Theodore no puede estar pensando en mantener ese mundo, – dijo Katrina luchando por controlar la rabia que, durante los últimos meses, siempre había estado muy cerca de la superficie. Su derrota en Marik le devolvía la mirada desde el espejo cada mañana. Incluso sin los recientes fallos de Víctor, no podía evitar pensar cuanto mas fuerte podría haber sido su posición con la bandera de la Liga Estelar ondeando detrás suya. 
– No, – dijo Jackson. – El 24º de Regulares de Dieron persiguió a los Luchadores Urukhai hasta allí simplemente por rencor después de que cedieran Al Naír. Esta demasiado lejos de la frontera del Condominio para ser defendido adecuadamente, y los Guardias de Asalto de Davion han apartado la mitad de sus fuerzas de su lucha en Tigress para enfrentarse a ellos –. Hizo una pausa. – Pero Cassias, Breed o Kesai IV, esos, el Condominio, si puede mantener –.
– Solo cuando los tome, y si los toma, – dijo Simón Gallagher. – Y nosotros todavía tenemos Prosperina. O al menos el Duque Sandoval la tiene, y él proclama que podrá mantenerla indefinidamente –.
– Solo si cuenta con toda la fuerza de la Marca detrás suya, – contraatacó Jackson, – pero no la tiene. Su hijo le ha arrebatado la mayor parte del Área de Operaciones de WoodBine y el PDZ de LeBlanc.
También te recuerdo que el 10º de Guardias liranos finalmente ha decidido dejar Robinson, respondiendo a la llamada de Morgan Kell. Esta mañana ya había requisado suficientes transportes. Aunque esto suprime la amenaza de Víctor de remplazar a la fuerza a James Sandoval por Tancred, deja ahora a nuestra capital de la Marca extremadamente vulnerable si Theodore se da cuenta –. 
– Theodore Kurita no se atreverá a tocar Robinson, – interrumpió Dehaver. – Eso reconciliaría a Tancred con su padre, y cruzarían la frontera con todo lo que Tancred ha levantado en ayuda de Víctor –.

 

Katrina no tenía mente militar, pero sabia lo que era una oportunidad en cuanto la veía. – ¿Podemos arreglar eso? – pregunto sin rodeos.

 

– Nunca arriesgaría tan a la ligera la seguridad de la Marca Draconis, – dijo Jackson, tratando de no parecer horrorizado, acercándose tanto como se atrevía a dar una reprimenda a Katrina.

 

Por supuesto él no lo haría. Pero Katrina podría siempre hacerlo posible a través de Simón, su ‘campeón’, si llegaba ser necesario. – ¿Qué estas sugiriendo entonces, Jackson?–.

 

Se inclino sobre una terminal y rápidamente introdujo algunos datos. En la gran pantalla, el mundo de Prosperina, en el Condómino, parpadeó con doble brillo. – Quizás es momento de llevar este asunto ante la Liga Estelar. Podemos intercambiar Prosperina por una retirada completa por parte del Condominio. Si tenemos a Månsdotter respaldándonos, Theodore tendrá que claudicar –.

 

Recordarle la elección de Christian Månsdotter no era forma de ganar puntos en este debate, pero tampoco lo era el que Katrina quisiera esconder la cabeza bajo la arena en un intento de negar la amarga realidad de la situación. – ¿Estamos verdaderamente seguros de que no hay otras opciones? – preguntó ella.
Su Mariscal se irrito, lo cual era todo lo que ella necesitaba. – Entonces esperaremos. Theodore y yo hemos trabajado cuidadosamente para mantener esto fuera de las manos de la Liga Estelar. Si tarde o temprano vamos a llegar hasta allí, será mejor, pienso, forzar a Theodore a que solicite él primero la paz–. Eso dejaba también abierto el Gambito de Robinson, por si ella pudiera necesitarlo eventualmente.

 

– ¿Tenéis algo mas para mi? – pregunto.

Jackson intercambio miradas con Simón Gallagher, después se encogió de hombros. – Las batallas de Kathil y Wernke han girado bastante a nuestro favor. Tikonov, en mi opinión, es solo cuestión de tiempo. 
Víctor tiene una fuerza ligeramente mayor en le planeta, pero actualmente controlamos todas las industrias manufactureras menos una, Industrias Harcourt, y hemos cerrado el Corredor de Terra por ahora. Sin un sólido apoyo logístico no podrá aguantar–.

 

– Todavía esta el 10º de Guardias Liranos, – le recordó a sus dos oficiales. – Los Espectros son la unidad personal de mi hermano, y hemos sido afortunados de que el Duque Sandoval les haya tenido distraídos en Robinson tanto tiempo. Si logran llegar a Tikonov...–.
– No pueden, – agregó Dehaver.

 

Sus palabras les cogieron a todos con la guardia baja, aunque Katrina pensó que estaba empezando a acostumbrarse a las pequeñas sorpresas de Dehaver. – Si tienes información para nosotros, Richard, suéltala ahora –.

 

– La Nave de Salto que transporta al 10º de Guardias Liranos se ha vuelto inoperable al llegar al sistema Kentares. La integridad de los sellos de uno de los tanques de helio se ha visto comprometida. – Habló sin emoción, como si estuviera recitando algún informe de inteligencia. – Se espera que las reparaciones
duren muchas semanas en la estación de recarga local. No hay ningún otro transporte disponible en las cercanías, debido a las severas carestías que han plagado tan recientemente la Marca Draconis –.

 

Simón Gallagher sonrió. - ¿Cuándo ha ocurrido eso? –.
– Mañana–. Dehaver comprobó su cronómetro, el cual mostraba la hora militar, con un reloj en la esquina de la sala. – Dentro de once horas, para ser mas preciso –.

 

Jackson Davion tampoco pudo evitar una sonrisa. – Entonces estamos mejor posicionados de lo que pensaba. Por lo que la pregunta es ahora mía, Alteza. ¿Qué mas necesitáis de mi? -.

 

Ella hizo una pausa, considerando el tiempo. – Debemos empezar las preparaciones para un asalto sobre Nueva Syrtis, – dijo. – Para comenzar dentro de seis meses –.

 

– ¿Seis meses?– Jackson no ocultó su sorpresa. – Alteza, no importa lo que el Duque Hasek os dijera en Marik, él no ha hecho movimiento directo alguno para apoyar a vuestro hermano –.
– Te diré lo que me dijo George Hasek me dijo en Marik, Jackson. Dijo que nunca apoyaría mi derecho a gobernar la Federación de Soles. Me lo escupió a la cara en publico. Obviamente lo hizo como desafió –. 
– ¿Por qué debería advertiros de esa forma? – pregunto Gallagher. – Si va a unirse a Víctor no pensáis que debería hacerlo cuando nosotros no miremos –. Él agitó su cabeza y recorrió con sus dedos lo que quedaba de sus cabellos grises. – No tiene sentido –.
– Si lo tienes si entiendes a George Hasek, – dijo Katrina. – Al igual que mi hermano, él tiene la creencia fundamental de que el honor todavía juega algún papel en los conflictos bélicos. Darme esa advertencia es su desacertado intento de ser caballeroso –. Viendo el fruncir de cejas de Jackson, lamento inmediatamente el haber hablado tan a la ligera delante de su Mariscal de los Ejércitos.

Jackson Davion también creía en la guerra caballerosa, mientras que Katrina consideraba el arte de la guerra como una herramienta de Estado, para ser empleada con despiadada eficacia, pero solo como último recurso.

 

– Esperaré a ver que puede hacer Víctor, pero va a quedarse en sus trece en Tikonov. Es tiempo de empezar a mirar al futuro, y en el futuro no hay sitio para George Hasek –.
– Así que queréis un plan de contingencia, en caso de que Hasek os ataque, – dijo Jackson, aunque no sonaba muy convencido, – puedo proporcionaros eso –.

 

Katrina asintió. Ella podía hacer pasar el plan a Simón Gallagher, cuando viera la necesidad de lanzar un ataque preventivo. – Por lo que he visto en vuestros informes, todo se reduce a esto. Solo Tancred
Sandoval esta preparado para apoyar a Víctor, si él logra salir de Tikonov y seguir adelante. – Fue respondida por tres asentimientos. – Excelente. Entonces estamos verdaderamente ante el principio del fin–.

– ¿Pero y si lo consigue? – preguntó Simón. – ¿Qué pasa si la gente de Víctor consigue asegurar Tikonov? –. 
– En ese improbable caso, nos enfrentaremos con Sandoval primero, y con Víctor después. Recordad, todo lo que tenemos que hacer es quedar en punto muerto con mi hermano hasta que la Alianza Lirana este segura a sus espaldas. Casi lo hemos logrado, eso pienso. Víctor parece haber perdido la perspectiva después de la Conferencia de la Liga Estelar. Como forma de luchar contra su dolor, va a obsesionarse con Tikonov, y al hacerlo, sus planes empezaran a deshacerse en ambas naciones. Ahora debéis concentraros en encontrar todas las amenazas sueltas de manera que podamos empujarles un poco mas –.

 

Katrina no necesitaba ninguna discusión mas, confiada de que al fin tenia la mano ganadora sobre Víctor.

        El destino había finalmente intervenido. El destino y un asesino. Incluso si Víctor escapaba a sus fuerzas, ella dudaba de que él tuviera la voluntad personal de ver la guerra hasta su final. Intercambiando una despedida con sus oficiales, les dejo la Guarida del Zorro para ellos. Víctor había perdido, se decía a si misma de nuevo. Él no lo sabia todavía. Volviendo la mirada desde la puerta, la sala de guerra perecía un poquito mas grande.