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Ciudad Avalon, Nueva
Avalon
Marca
Crucis
Federación de
Soles
27 de Enero
del 3065
La Guarida
del Zorro parecía mas pequeña de lo que Katrina recordaba de los
días en que había sido la sala de guerra de su padre. Al
principio ella pensó que se debía a las terminales extra que se
habían añadido a lo largo de los años, o a las pantallas que
habían crecido hasta cubrir tres de las paredes. Pero nada de eso
era suficiente. Parecía como si las paredes parecieran físicamente
mas cerradas, como si toda la sala hubiera caído en el
desuso.
O quizás
simplemente era que la presencia de Hanse Davion había
desaparecido.
Su padre
había sido la figura que completaba la habitación. No era agobiante
ni dominante, aunque podía ser ambas cosas cuando le convenía,
sino que era mas bien un catalizador. Ella lo recordaba con un
cálido y excitado sentimiento. Él hacia que este lugar cobrara
vida. La gente se sentía mas importante bajo su mirada y
siempre estaba presente aquel sentimiento de grandes cosas en
marcha.
Katrina
empezó a lamentar su decisión de mantener una reunión aquí, aunque
su entrada en la Guarida del Zorro había creado cierta
agitación. En no pequeña media, sospechaba, debido a que tenia a su
Mariscal de los Ejércitos y a su Campeón del Príncipe justo
detrás.
Un par de
tenientes charlando con el café en las manos descubrieron
súbitamente que tenían una enorme cantidad de trabajo que
hacer. Rápidamente se inclinaron sobre los hombros de varios
analistas de inteligencia, interfiriendo con los esfuerzos que
estaban haciendo en varias terminales de datos. El ritmo de trabajo
pareció doblarse ante sus ojos, aunque la frenética marcha
disminuyo cuando Dehaver llegó y envió fuera a un oficial y a
un puñado de analistas.
– ¿Tienes
algo que quieras mostrarme? – pregunto Katrina a Jackson Davion
después de que el grupo se hubiera ido.
Davion
rechazo el tanque holográfico e hizo una derivación de los datos
desde la terminal para que fueran proyectados en la pantalla mural
mas grande. El tramo de espacio que la Federación de Soles
compartía con el Condominio Draconis cobro vida, con líneas de
fuerza y de maniobra mostrando las rutas de ataque y retirada.
Katrina no necesito ninguna explicación detallada para ver que las
fuerzas pertenecientes a su Señor de la Marca Draconis habían
sido forzadas a salir de otro de los mundos Kurita, y que el
Condominio había vuelto a atacar mas allá de la frontera, dentro de
su propio reino.
– Cassias,
– dijo ella con voz baja llena de irritación hacia la guarnición
planetaria de ese mundo. Jackson asintió. – Se dejo la defensa
al 3º de Lanceros de Crucis después de que el 17º de Húsares
lo abandonara. Los Lanceros se movieron entonces para apoyar a
Tancred Sandoval, por lo que lo único que quedó era algo de
milicia desentrenada y un regimiento de blindados dejados atrás por
el 17º –. Simón Gallagher ajusto sus gafas cuadradas. – Así
que ahora estamos luchando contra el Condominio por cuatro de
nuestros propios mundos –. Sin ser nunca un genio estratégico, el
mayor valor de ese hombre era el de ser leal hasta la
saciedad. Aunque también estaba mal informado.
– Tres, –
le corrigió Jackson. – El Condominio hizo pedazos al 8º de Urukhai
en Addicks, y ahora lo controlan sin impedimentos.
– Theodore
no puede estar pensando en mantener ese mundo, – dijo Katrina
luchando por controlar la rabia que, durante los últimos
meses, siempre había estado muy cerca de la superficie. Su derrota
en Marik le devolvía la mirada desde el espejo cada mañana.
Incluso sin los recientes fallos de Víctor, no podía evitar
pensar cuanto mas fuerte podría haber sido su posición con la
bandera de la Liga Estelar ondeando detrás suya.
– No, –
dijo Jackson. – El 24º de Regulares de Dieron persiguió a los
Luchadores Urukhai hasta allí simplemente por rencor después
de que cedieran Al Naír. Esta demasiado lejos de la frontera
del Condominio para ser defendido adecuadamente, y los
Guardias de Asalto de Davion han apartado la mitad de sus
fuerzas de su lucha en Tigress para enfrentarse a ellos –. Hizo una
pausa. – Pero Cassias, Breed o Kesai IV, esos, el Condominio,
si puede mantener –.
– Solo
cuando los tome, y si los toma, – dijo Simón Gallagher. – Y
nosotros todavía tenemos Prosperina. O al menos el Duque
Sandoval la tiene, y él proclama que podrá mantenerla
indefinidamente –.
– Solo si
cuenta con toda la fuerza de la Marca detrás suya, – contraatacó
Jackson, – pero no la tiene. Su hijo le ha arrebatado la mayor
parte del Área de Operaciones de WoodBine y el PDZ de
LeBlanc.
También te
recuerdo que el 10º de Guardias liranos finalmente ha decidido
dejar Robinson, respondiendo a la llamada de Morgan Kell. Esta
mañana ya había requisado suficientes transportes. Aunque
esto suprime la amenaza de Víctor de remplazar a la fuerza a
James Sandoval por Tancred, deja ahora a nuestra capital de la
Marca extremadamente vulnerable si Theodore se da cuenta
–.
– Theodore
Kurita no se atreverá a tocar Robinson, – interrumpió Dehaver. –
Eso reconciliaría a Tancred con su padre, y cruzarían la
frontera con todo lo que Tancred ha levantado en ayuda de Víctor
–.
Katrina no
tenía mente militar, pero sabia lo que era una oportunidad en
cuanto la veía. – ¿Podemos arreglar eso? – pregunto sin
rodeos.
– Nunca
arriesgaría tan a la ligera la seguridad de la Marca Draconis, –
dijo Jackson, tratando de no parecer horrorizado, acercándose
tanto como se atrevía a dar una reprimenda a Katrina.
Por
supuesto él no lo haría. Pero Katrina podría siempre hacerlo
posible a través de Simón, su ‘campeón’, si llegaba ser necesario.
– ¿Qué estas sugiriendo entonces, Jackson?–.
Se inclino
sobre una terminal y rápidamente introdujo algunos datos. En la
gran pantalla, el mundo de Prosperina, en el Condómino,
parpadeó con doble brillo. – Quizás es momento de llevar este
asunto ante la Liga Estelar. Podemos intercambiar Prosperina
por una retirada completa por parte del Condominio. Si tenemos
a Månsdotter respaldándonos, Theodore tendrá que claudicar –.
Recordarle
la elección de Christian Månsdotter no era forma de ganar puntos en
este debate, pero tampoco lo era el que Katrina quisiera
esconder la cabeza bajo la arena en un intento de negar la
amarga realidad de la situación. – ¿Estamos verdaderamente
seguros de que no hay otras opciones? – preguntó ella.
Su Mariscal
se irrito, lo cual era todo lo que ella necesitaba. – Entonces
esperaremos. Theodore y yo hemos trabajado cuidadosamente para
mantener esto fuera de las manos de la Liga Estelar. Si tarde
o temprano vamos a llegar hasta allí, será mejor, pienso,
forzar a Theodore a que solicite él primero la paz–. Eso
dejaba también abierto el Gambito de Robinson, por si ella pudiera
necesitarlo eventualmente.
– ¿Tenéis
algo mas para mi? – pregunto.
Jackson
intercambio miradas con Simón Gallagher, después se encogió de
hombros. – Las batallas de Kathil y Wernke han girado bastante
a nuestro favor. Tikonov, en mi opinión, es solo cuestión de
tiempo.
Víctor
tiene una fuerza ligeramente mayor en le planeta, pero actualmente
controlamos todas las industrias manufactureras menos una,
Industrias Harcourt, y hemos cerrado el Corredor de Terra
por ahora. Sin un sólido apoyo logístico no podrá
aguantar–.
– Todavía
esta el 10º de Guardias Liranos, – le recordó a sus dos oficiales.
– Los Espectros son la unidad personal de mi hermano, y hemos sido
afortunados de que el Duque Sandoval les haya tenido
distraídos en Robinson tanto tiempo. Si logran llegar a
Tikonov...–.
– No
pueden, – agregó Dehaver.
Sus
palabras les cogieron a todos con la guardia baja, aunque Katrina
pensó que estaba empezando a acostumbrarse a las pequeñas
sorpresas de Dehaver. – Si tienes información para nosotros,
Richard, suéltala ahora –.
– La Nave
de Salto que transporta al 10º de Guardias Liranos se ha vuelto
inoperable al llegar al sistema Kentares. La integridad de los
sellos de uno de los tanques de helio se ha visto comprometida. –
Habló sin emoción, como si estuviera recitando algún informe de
inteligencia. – Se espera que las reparaciones
duren
muchas semanas en la estación de recarga local. No hay ningún otro
transporte disponible en las cercanías, debido a las severas
carestías que han plagado tan recientemente la Marca Draconis
–.
Simón
Gallagher sonrió. - ¿Cuándo ha ocurrido eso? –.
– Mañana–.
Dehaver comprobó su cronómetro, el cual mostraba la hora militar,
con un reloj en la esquina de la sala. – Dentro de once horas,
para ser mas preciso –.
Jackson
Davion tampoco pudo evitar una sonrisa. – Entonces estamos mejor
posicionados de lo que pensaba. Por lo que la pregunta es
ahora mía, Alteza. ¿Qué mas necesitáis de mi? -.
Ella hizo
una pausa, considerando el tiempo. – Debemos empezar las
preparaciones para un asalto sobre Nueva Syrtis, – dijo. –
Para comenzar dentro de seis meses –.
– ¿Seis
meses?– Jackson no ocultó su sorpresa. – Alteza, no importa lo que
el Duque Hasek os dijera en Marik, él no ha hecho movimiento
directo alguno para apoyar a vuestro hermano –.
– Te diré
lo que me dijo George Hasek me dijo en Marik, Jackson. Dijo que
nunca apoyaría mi derecho a gobernar la Federación de Soles.
Me lo escupió a la cara en publico. Obviamente lo hizo como desafió
–.
– ¿Por qué
debería advertiros de esa forma? – pregunto Gallagher. – Si va a
unirse a Víctor no pensáis que debería hacerlo cuando nosotros
no miremos –. Él agitó su cabeza y recorrió con sus dedos lo
que quedaba de sus cabellos grises. – No tiene sentido
–.
– Si lo
tienes si entiendes a George Hasek, – dijo Katrina. – Al igual que
mi hermano, él tiene la creencia fundamental de que el honor
todavía juega algún papel en los conflictos bélicos. Darme esa
advertencia es su desacertado intento de ser caballeroso –. Viendo
el fruncir de cejas de Jackson, lamento inmediatamente el
haber hablado tan a la ligera delante de su Mariscal de los
Ejércitos.
Jackson
Davion también creía en la guerra caballerosa, mientras que Katrina
consideraba el arte de la guerra como una herramienta de
Estado, para ser empleada con despiadada eficacia, pero solo
como último recurso.
– Esperaré
a ver que puede hacer Víctor, pero va a quedarse en sus trece en
Tikonov. Es tiempo de empezar a mirar al futuro, y en el
futuro no hay sitio para George Hasek –.
– Así que
queréis un plan de contingencia, en caso de que Hasek os ataque, –
dijo Jackson, aunque no sonaba muy convencido, – puedo
proporcionaros eso –.
Katrina
asintió. Ella podía hacer pasar el plan a Simón Gallagher, cuando
viera la necesidad de lanzar un ataque preventivo. – Por lo que he
visto en vuestros informes, todo se reduce a esto. Solo
Tancred
Sandoval
esta preparado para apoyar a Víctor, si él logra salir de Tikonov y
seguir adelante. – Fue respondida por tres asentimientos. –
Excelente. Entonces estamos verdaderamente ante el principio
del fin–.
– ¿Pero y
si lo consigue? – preguntó Simón. – ¿Qué pasa si la gente de Víctor
consigue asegurar Tikonov? –.
– En ese
improbable caso, nos enfrentaremos con Sandoval primero, y con
Víctor después. Recordad, todo lo que tenemos que hacer es
quedar en punto muerto con mi hermano hasta que la Alianza
Lirana este segura a sus espaldas. Casi lo hemos logrado, eso
pienso. Víctor parece haber perdido la perspectiva después de la
Conferencia de la Liga Estelar. Como forma de luchar contra su
dolor, va a obsesionarse con Tikonov, y al hacerlo, sus planes
empezaran a deshacerse en ambas naciones. Ahora
debéis concentraros en encontrar todas las amenazas sueltas de
manera que podamos empujarles un poco mas –.
Katrina no
necesitaba ninguna discusión mas, confiada de que al fin tenia la
mano ganadora sobre Víctor.
El destino había finalmente intervenido. El destino y un asesino. Incluso si Víctor escapaba a sus fuerzas, ella dudaba de que él tuviera la voluntad personal de ver la guerra hasta su final. Intercambiando una despedida con sus oficiales, les dejo la Guarida del Zorro para ellos. Víctor había perdido, se decía a si misma de nuevo. Él no lo sabia todavía. Volviendo la mirada desde la puerta, la sala de guerra perecía un poquito mas grande.