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Dormuth,
Marik
Mancomunidad de
Marik
Liga de Mundos
Libres
14 de Noviembre del
3064
Haciendo un gesto
a Dehaver para que esperara fuera, Katrina precedió a Gavin Dow al
interior de una de las muchas pequeñas salas de conferencias
localizadas en el interior del Palacio Marik. Un muro
de ferrocristal se abrió en el corredor, y el espacio pareció
frió y estéril, como si la habitación no hubiera visto mucha
utilidad. Dow tomó sitio en una silla de respaldo bajo en el
extremo de una mesa de madera de secuoya. Katrina
permaneció de pie.
– Si estáis aquí
para bloquear la admisión en la Liga Estelar de Palabra de Blake,
Capiscol Dow, esto es una perdida de nuestro tiempo. Theodore
y Thomas han expresado ambos su intención de permitirlo, y
yo no tengo ninguna buena razón para oponerme a ellos. E
incluso si la tuviera, no quiero ningún problema con Thomas
Marik tan cerca de la elección del nuevo Primer Señor
–.
Dow asintió
lentamente, sus ojos amarillo verdosos se entrecerraron y no
parpadearon, como los gatos.
– Aprecio vuestra
sinceridad, Arcontesa, pero sé que la votación es inevitable. En
realidad estoy aquí para ayudaros –.
Katrina guardó
silencio durante un momento, intentando averiguar que era lo que
tenia en mente. – Eso descansa en una gran presunción.
Capiscol. La de que yo necesito vuestra ayuda–. Ella devolvió
la mirada hacia Dehaver, quien estaba observando a través de
la ventana. Los dos habían trabajado duramente para obtener
una estrategia para la elección muy cuidadosa.
– Con cinco
miembros votantes, necesito solo tres para convertirme en Primer
Señor. Tengo seguridades de apoyo por parte de un miembro, y
fuertes lazos con un segundo, lo cual hace que el oponerse a mí
sea muy difícil. ¿Qué es lo que posiblemente podríais
ofrecerme? –.
Dow sonrió. –
Rasalhage, – dijo.
Katrina se quedo
atónita. – Está diciendo que puede,...–.
– Ponerle en
bandeja de plata el voto de Christian Månsdotter, – finalizo Dow
por ella. – La agresión del ultimo año del Clan de los Osos
Fantasmales le ha hecho pensar, con toda la razón, sobre
la independencia de su Republica. El está de lo mas interesado
en mantener la buena voluntad de la ComGuardia –.
Katrina miro de
nuevo hacia Dehaver, deseando súbitamente haberle invitado a la
habitación. Viéndola observarle atentamente, hizo un casi
imperceptible gesto de asentimiento acompañado por una sonrisa
sin humor. Le llevo un segundo darse cuenta de que él sabia de
que estaban hablando Dow y ella. No podía imaginarse como, a
menos que él supiera leer los labios. Escondió su sorpresa
avanzando y tomando asiento al final de la mesa, cerca de
Dow.
– Con Månsdotter
respaldándoos, – Continuo Dow, – podéis perder uno cualquiera de
vuestros otros apoyos y ser elegida todavía Primer Señor. Y si
conseguís mantener los tres, existirá una posibilidad muy real de
que Theodore Kurita también os dé su voto para salvar la cara. Eso
os elegiría por decisión unánime –.
Lo cual le
vendría muy bien tres años antes de hacer su movimiento para
asegurarse el puesto de Primer Señor a perpetuidad. Después de
todo, Gavin Dow si tenia algo que le interesaba.
– ¿Qué queréis a
cambio, Gavin? – preguntó.
– Desearía que
propusierais una resolución para hacer a ComStar miembro votante
del Consejo–. El lanzo una mirada hacia Dehaver. – ¿Deseáis
consultar de nuevo con vuestro asesor de Inteligencia?
–
Dando a Dow su
propia e imperturbable versión de la mirada de un gato, no le quito
los ojos de encima.
– ¿Qué sugerís
Gavin? –.
– Lo haréis
después de la admisión de Palabra de Blake en la Liga Estelar, pero
antes de la elección final del nuevo Primer Señor. Vuestro interés
estará en el equilibrio de poderes y la equidad entre
los miembros del Consejo. Yo me levantaré y aceptaré la
nominación, pero preguntaré si debemos ser colocados bajo
términos probatorios completos, para equipararnos al estatus de
Palabra de Blake –.
Ella asintió. –
Lo cual hace el juego a Thomas Marik, quien no pondrá objeción a un
tan justamente ideado plan. Theodore votara a vuestro favor,
esperando compensar la unión de Palabra de Blake y Marik en un
solo bloque de votos. Y ya tenéis a Månsdotter –.
Dow asintió
lentamente. – Y podemos despreocuparnos de lo que Sun-Tzu tenga que
decir. Es impredecible, y por eso siempre intento descontar su
apoyo a mis planes –.
¿Era esa una
advertencia sutil acerca de sus propias preocupaciones con el
Canciller de Capela? Como miembro de alto rango de ComStar,
Dow podría conocer algo que ella no supiera. O simplemente
podría estar intentando sembrar la duda para favorecer su
propia causa. – Habéis venido bien preparado–.
– Os dije en
cierta ocasión, Arcontesa, que llegaría el tiempo en que daríais la
bienvenida a mi apoyo. De la forma en que aquella conversación
transcurrió, admito que debí haber trabajado mas para atraer
vuestra atención en aquel momento–.
Katrina lo
recordaba bien. La conversación había tenido lugar vía GHP en
tiempo real, aunque ella había desconectado antes de terminar.
Katrina sabía que el afán de Dow por establecer una alianza
podría trabajar en su propia contra, al menos mientras Katrina
lo mantuviera fuera de juego. Ella alisó uno de las mangas de su
vestido largo, después cruzó las manos con seguridad por delante de
ella, en la fría y lisa superficie de la mesa.
– Bien, ahora
habéis atraído adecuadamente mi atención, Capiscol. Y vuestra
oferta de un seguro es,.... fascinante
–.
Gavin Dow se
sonrojó hasta la punta de sus cabellos plateados. Su apariencia era
verdaderamente llamativa, aunque Katrina pasaba de largo ante
tales atributos personales en busca de cualidades
mas importantes y peligrosas. – No estoy aquí para jugar una
partida, Katrina –. Mantuvo su tono conversacional pero no
había error es su mirada reprobatoria. – Os estoy ofreciendo todo
lo que necesitáis, y mas. Aceptad el trato–.
– ¿Y si no lo
hago? – preguntó.
El sacó un
pequeño lector electrónico de su bolsillo, y lo deslizo sobre la
superficie de la mesa que los separaba. – Entonces perdéis, - dijo.
– Puedo llevar mis asuntos a cualquier otra parte, y podréis
empezar a preocuparos acerca de quien entre vuestros iguales pueda
escucharme. Y simplemente borraré el informe que me llego esta
mañana y el cual pensaba presentaros como regalo –.
Si Dow estaba
poniéndolo sobre la mesa en este momento, literal y
figurativamente, entonces es que era su ultima, su definitiva,
oferta. Y verdaderamente él creía que el informe era valioso para
ella. Katrina intentó no parecer interesada mientras hacia un gesto
hacia la unidad electrónica. – ¿Qué es? –
– Algo que
encontrareis muy interesante. Viene desde el Condominio Draconis.
Creo que vuestros agentes han estado tratando de descubrir la
razón tras el reciente corte de comunicaciones del Condominio
¿No es asi? –.
– Quizás, – dijo
Katrina. El picor inundó sus manos instándole a coger el
dispositivo de mensajes y leer su contenido, pero las mantuvo
quietas y firmemente cruzadas delante de si. ¿Qué clase de
influencia podrían esas noticias tener sobre Theodore Kurita?
– ¿Estáis diciéndome que conocéis la respuesta? –
– Eso y mas,
Arcontesa. Eso y mas. Si acaso tenemos un trato –.
Gavin Dow la
observo detenidamente, con sus ojos desviándose tan solo una vez
para mirar la cara de Dehaver a través de la pared de
ferroglass. Katrina le observo a su vez con calma, asegurándose de
que Dow supiera que cualquier decisión venia solo de ella. Su
elección, su decisión.
Asintió
lentamente, y alargo la mano para alcanzar la misiva.
– Veamos que
tenéis, - dijo. – Entonces estaremos mejor preparados para la
votación –.
..........
– Por
consiguiente se aprueba la moción, – dijo Theodore Kurita, sumando
el ultimo voto. – Que los registros muestren que ComStar ha
sido confirmada como miembro de pleno derecho de la Liga
Estelar por decisión unánime. Tras de un periodo probatorio de
tres meses, se le garantizan privilegios de voto completos
–.
Los aplausos
hacia el nuevo estatus de ComStar sonaron fuerte y largamente por
encima del Consejo aceptando el ascenso, similar al de Palabra
de Blake. Unas pocas personas en la galería se pusieron en pie en
apoyo de la decisión, vitoreándola. Aunque era tanto su victoria
como la de Dow, Katrina recibió el aplauso con fría
indiferencia. Observó a Theodore retomar su asiento, maldiciéndole
por la despiadada eficiencia del Condominio en mantener tales
noticias en secreto. Si hubiera estado en posesión de
esta información un mes, una semana, ¡ un día! antes, que
podría haber obtenido aparte de su intensa satisfacción
personal.
Incluso eso tenia
que esperar. Atrapada por el inquisitivo Gavin Dow acerca de los
mas nimios detalles de ultimo minuto, seguido por la apresurada
discusión con Richard Dehaver, Katrina apenas había
dispuesto de tiempo suficiente para volver al salón de baile
de Palacio a tiempo para la sesión final del Consejo.
Viendo a Víctor
sentado ya en la galeria, hizo una pausa para hacer un gesto en su
dirección, y fue obsequiada con una mirada de confusión. Nondi
Steiner la miro igualmente descontenta de que ella se dignara
siquiera a reconocer a Víctor, pero Katrina ignoro sus miradas
acusadoras.
Gavin Dow se
levantó, haciendo acallar los aplausos. – En nombre de la Primus
Sharilar Mori, el Primer Circuito y todo ComStar, aceptamos
este benévolo gesto. Nuestro agradecimiento a la
Arcontesa-Princesa Katrina Steiner-Davion por dirigirse al
Consejo en nuestro nombre –.
– Si, si, – dijo
Sun-Tzu desde su asiento saltándose el protocolo. Este día
compartía la mesa solo con Naomi Centrella, y parecía como si
la ausencia de su tía hubiera removido parte de su formalidad. O
de educación. – Estoy seguro de que todos disfrutaremos
escuchando acerca de vuestra deuda con la Arcontesa-Princesa.
Quizás podáis enviarnos un informe acerca de ese asunto a todos
nosotros –.
Atrapado entre su
deber como orador y como representante de ComStar, Dow espero
inseguro frente a la temporal perdida de la palabra. Thomas
Marik se alzó en su defensa tras un gesto de Theodore.
– Canciller Liao,
sus comentarios están fuera de lugar y no son solicitados. Si
tenéis algún motivo de queja, deberíais haberlo expuesto antes
de la votación –.
Katrina se
levanto mientras Thomas se sentaba de nuevo, reprendiéndose
mentalmente a sí misma por
permitir que el
viejo estadista respondiera al impropio desafío de Sun-Tzu. Debería
haber saltado ella la primera, pero ahora era mejor dejarlo
correr.
– Antes de
proceder a la votación, Primer Señor Kurita, me gustaría ser
escuchada acerca de nuestro
último asunto de
hoy –.
Sun-Tzu también
se levantó. Vestía una túnica roja de pesados brocados con dragones
dorados persiguiéndose unos a otros por delante y la rueda del
zodiaco chino a lo largo de la espalda. Con sus ojos verdes y
despiadada boca, parecía de lo mas capelense. – ¿ Que tenéis otra
proposición? – se mofó.
– Quizás
deberíamos alargar el Consejo otro día más–.
– Me refería a
nuestros asuntos finales acerca de la elección del nuevo Primer
Señor, – dijo Katrina secamente, cogida a medio camino del
podio del orador. – Si podéis contener vuestra impaciencia,
Sun-Tzu, no os retendremos mas de lo necesario –.
– Excepto que ya
nos hemos retrasado mas de lo necesario, y ningún asunto mas de los
que se traten aquí hoy puede afectarme a mí o a lo mío. Así
que, excusadme Katrina, pero me gustaría encargarme de
mis propios asuntos y volver a mi propio reino –. Sun-Tzu
empujó su silla hacia atrás, se giro y ofreció su brazo a
Naomi Centrella.
– Canciller Liao,
nuestros asuntos oficiales no han concluido, – rompió Theodore
Kurita, invocando sus privilegios como Primer Señor. – Se
requiere vuestra presencia en todas las votaciones
públicas–.
Naomi Centrella
descansó una mano sobre el brazo de Sun-Tzu. No se sabia si
intentaba devolverle a su asiento o estaba preparándose para
levantarse con el, Katrina no estaba segura.
– Se requiere mi
presencia solo para votar del modo acostumbrado, - dijo Sun-Tzu. –
Así que, lo haré mas simple para todos. En el asunto de la
elección del Primer Señor, a pesar de nominaciones y solicitudes,
–dejo que su inescrutable mirada viajase lentamente a través de las
otras ocho mesas, – la Confederación de Capela, absolutamente
y sin reservas, .... se abstiene –.
En el silencio
que siguió, hizo una reverencia, corta y burlona, hacia Theodore
Kurita. – Creo que con esto concluyen los intereses capelenses
en el Consejo de este año –.
¡Traicionera
víbora, apuñalándome por la espalda ! Katrina quería gritar, pero
meramente se mantuvo andando, pasando de largo por la mesa de
la Confederación y la de ComStar, imaginándose lo que
podría hacerle a Sun-Tzu cuando sus fuerzas lo arrancaran de
Sian. Entonces, al alcanzar el podio de orador, se dio cuenta
de que él se había ceñido, exactamente, a la letra de su promesa.
No se había opuesto a ella en forma alguna, y al abstenerse, había
proclamado su independencia.
Se agarró al
podio con las manos temblando, observando mientras Naomi Centrella
aceptaba el brazo de Sun-Tzu y los dos justos salían
pavoneándose fuera del salón de baile. La pequeña delegación
del Concordato de Tauro permaneció en su mesa, aunque Grover
Shraplen mantuvo furtivas miradas entre la pareja que se
retiraba y Theodore, intentando obviamente decidir si seguir o no a
sus aliados. Eligio quedarse, esperando a ver como se
respondía a la retirada de Sun-Tzu.
Tenia que ser
ella. Y en ese mismo momento Katrina también se dio cuenta de que
la acción de Sun-Tzu no significaba nada en el gran esquema.
De hecho, solo había asegurado el puesto de Primer Señor
para ella. Al abstenerse, dejaba al Consejo dividido en cuatro
miembros votantes. Todavía se necesitaban tres votos para
salir elegido, pero ahora, en el peor caso, seria un asunto de dos
contra dos. En caso de empate, Gavin Dow todavía mantenía el voto
decisivo. Y Dow se lo debía.
– Primer Señor
Kurita, – dijo, y él accedió su petición con un gesto cortes. – Si
el Canciller no ve beneficio para su pueblo en participar en
nuestro grandioso deber y privilegio de votar a vuestro sucesor,
seguramente no podemos obligarle. Tan solo podemos seguir adelante,
y es con esos pensamientos en mente por lo que me dirijo al
Consejo –.
No era
exactamente el preludio que quería para su elección, pero al final
serviría igual de bien. Siempre la conciliadora, Katrina se
elevaría ahora por encima de la mezquindad de Sun-Tzu y devolvería
a la Liga Estelar hacia los mejores intereses para si misma y
para sus dos reinos.
– Tenia
esperanzas de que este año nuestro Consejo no se vería plagado de
tales dificultades, del mismo modo que tenia esperanzas de
venir aquí con mis pensamientos directamente centrados
exclusivamente en el beneficio de toda la Esfera Interior.
Debido a las armas que mi hermano ha alzado en contra mía,
esa esperanza se ha vuelto irrealizable.
Aun así, hay algo
que puede ayudarme a dirigirme a todos ustedes, los beneficios que
la paz significó para todos nosotros, como bien recordamos de
aquellos pocos años después del fin de la invasión de
los Clanes. Una paz que llegó a un súbito y trágico fin cuando
mi hermano, Arthur, fue asesinado. Víctor me ha acusado de
muchas cosas desde entonces, pero en verdad esos falsos cargos no
han sido mas que un intento de impedirme avanzar hacia la
paz–. Hizo un fuerte gesto como si estuviera tragando saliva,
o como si la muerte de Arthur todavía le
doliera.
– Mi hermano es
un guerrero, lo cual no es una cosa terrible. Necesitamos guerreros
cuando los enemigos nos amenazan. Sin embargo, crearse un
enemigo donde no existe no es simplemente una locura,
es peligroso para todos nosotros. Esto es lo que hemos visto
con la anexión del Pulgar de Lyons por parte del Condominio y
en la enfermiza expedición del Duque de Robinson contra la Casa
Kurita–. Ella hizo un gesto respetuoso hacia Theodore Kurita,
reconociendo el error y haciendo mas difícil para él el usar
el incidente contra ella mas tarde. Lo que ni siquiera debería
intentar, dada la distribución de los votos restantes y la
futilidad de ponerse a ella ahora.
– Por ello les
pido ayuda, – dijo, – aunque no en forma de soldados o materiales.
Preferiría que no se arriesgaran mas vidas. Les pido que
consideren la forma en que queremos que la Esfera Interior,
la Periferia, y si, incluso los Clanes, vean nuestra nueva
Liga Estelar. Les pido que me nombren Primer Señor. No para
obtener la fortaleza militar a la que mi hermano renunció una vez,
por lo que le considero admirable, aunque en definitiva
desacertado. Les pido un mandato político, el cual tengo esperanzas
de usar para llevar a Víctor a la mesa de negociación y poner
fina nuestras discrepancias de una manera justa que nos
devuelva la paz y la prosperidad a todos–.
Ella dejo escapar
un suspiro regular y extendió sus manos sobre el podio mientras
bajaba la mirada en un signo de modestia. – Les pido a todos
que recuerden que lo que siempre he buscado es lo mejor
para
todos nosotros,
la Paz –.
El silencio
siguió a su discurso, y ella esperó al menos lo suficiente como
para que el Príncipe-Regente de la Republica Libre de Rasalhage se
levantara. Christian Månsdotter la saludo con un puño
apretado contra su pecho.
– Secundo a
Katrina Steiner-Davion y solicito que propongamos su nombre para
una votación formal, – dijo.
Víctor. Katrina
giro sus ojos hacia Theodore, viendo la mirada de derrota
agitándose en su rostro.
Escucho también
el rumor de voces en la galeria, y se preguntó como se tomaría su
hermano el giro de la opinión publica en contra de él. La
única cosa que no había considerado era que la galeria no estaba
con ella, sino con él.
– Moción de
orden, – grito Víctor.
El brillo
autosatisfecho de sus ojos se apago mientras miraba mas allá de las
mesas hacia la galeria.
Observó a su
hermano salir a la luz con cortos y determinados pasos. Es
demasiado tarde, se aseguró a sí misma. La votación ya ha sido
solicitada.
No había nada que Víctor pudiera hacer. No en esta ocasión.