Por primera vez en lo que va de liga, ¡los Sobresalientes van por delante y tienen posibilidades de ganar un partido!
—¡Esto sí que es un equipo que da espectáculo! Teníamos que haber venido a ver también el primer tiempo, en lugar de aburrirnos con los Cebozetas —comenta Armando.
—Qué gracioso… —replica Tomi.
Tino toma notas. En el próximo número del MatuTino contará los grandes progresos del equipo de João, pero también revelará los tres puntos débiles con los que todavía tiene que trabajar el míster Fontana.
Primero: Lara y Marta ya se entienden a la perfección. Dani es decisivo con los balones altos, pero el número 2, Gerardo, es demasiado lento y a menudo entra tarde en acción.
Segundo: Aquiles necesita un complemento potente como Ángel o Bruno. Es el único centrocampista grande y fuerte: los números 6 y 14 hacen gala de una buena técnica y un gran entusiasmo, pero tienen un par de años menos que sus compañeros y unas piernecitas como las de Nico.
Tercero: falta en la delantera una torre capaz de sacar partido a los pases de Julio y João. Mario tiene un disparo que da miedo, pero no se le da igual de bien cabecear.
Si hubieran tenido en el equipo a alguien como Rafa, los Sobresalientes probablemente habrían marcado el tercer gol y cerrado el partido, porque João, enchufado al contraataque, ha mandado al área al menos cinco pases medidos, que la defensa mostoleña ha controlado sin problemas.
En cambio, en plena fase de ataque de los Sobresalientes llega el empate a contrapié.
Aquiles, que está solo, no puede impedir que el centro de campo del Dínamo resulte cada vez más peligroso. El número 11 de los amarillo-azules dribla nuevamente al pobre Gerardo, que trata de corregir su error persiguiendo a su adversario y sujetándolo por la camiseta, sin darse cuenta de que ha entrado en el área. ¡Penalti!
Patricio descoloca a Edu y firma el 2-2 definitivo.
A pesar de que han visto esfumarse su victoria, los Sobresalientes saludan a sus hinchas, que aplauden, y salen del campo satisfechos, intercambiando abrazos y manotazos en el hombro. Han conquistado su primer punto en la liga en un campo difícil, pero, sobre todo, se han dado cuenta de que pueden competir en un torneo tan prestigioso sin tener que hacer el ridículo una y otra vez.
Tomi y sus amigos se dirigen a la zona de los vestuarios para felicitar a sus excompañeros.
—¡Fantástico, João! —salta Becan—. En el campo juegas casi tan bien como sobre las sillas del Pétalos.
—Por supuesto, ¿no lo sabías? —bromea el brasileño—. ¡Soy el mejor extremo de la liga y no veo la hora de demostrarlo cuando nos enfrentemos!
—De momento estáis seis puntos por debajo —precisa Pedro, carcajeándose.
—De momento, dices bien —rebate Aquiles—. Ya verás como pronto sentís nuestro aliento en el cogote. Siempre os he dicho que en el encuentro directo, el último día, ganaremos nosotros. ¡Y después del partidazo de hoy todavía estoy más seguro!
—Aquiles tiene razón —confirma Dani, descalzo, agitando sus medias—. ¡Oled, oled qué peste! ¡Pronto recuperaré mis superpoderes!
Los Cebozetas lo miran con guasa.
Sara felicita a Lara, Ígor a Pavel. Y Gaston Champignon choca la mano del señor Fontana.
—¡Querido Juan, tú también te mereces un sobresaliente!
—Este punto es mérito tuyo, Gaston —contesta el entrenador de los de Villalba—. ¡El cambio de puesto de los trillizos ha sido un exitazo! Y tu cena también. Si después juegan siempre así de bien, haré que coman flores todas las semanas.
Tomi, Fidu y Nico intercambian comentarios con Marcos, Mario y Marta, los simpatiquísimos trillizos de Villalba.
—¿Habéis visto qué fenómenos somos los de la sílaba «ma»? —pregunta Marta.
—Os llamaremos ¡los Ma… Ma… Ma… Magníficos! —contesta Fidu, que siempre tiene ganas de bromear.
Sigue lloviendo: octubre parece inconsolable, llora sin parar.
Tomi, que es todo un caballero, se ha echado al hombro la bolsa de Eva y la protege con un paraguas. El capitán ha ido a recogerla a la escuela de baile y vuelven juntos a la parroquia de San Antonio de la Florida. La bailarina habla con entusiasmo de los ensayos que están haciendo.
—¡Será un ballet de lo más divertido, ya verás! —le cuenta—. ¡Saldremos todas vestidas de payasas!
—¡A mí ya me dais ganas de reír cuando salís con el tutú! —comenta Tomi con una sonrisa pícara.
—¿Quieres volver a casa solo? —estalla la bailarina, arrancándole el paraguas de las manos.
—Vamos, era una broma —se justifica Tomi, que se ha puesto de repente de lo más serio.
—Es un baile moderno, acrobático, con música de discoteca y pasos de danza clásica —sigue Eva—. La señora Sofía ha inventado un espectáculo excepcional, una verdadera obra de arte. Y yo seré la primera bailarina. Estoy segura de que te gustará.
—O sea, que crees que debería ir a verte ensayar…
Eva arranca de nuevo el paraguas de las manos del capitán.
—¡Era una broma! —exclama Tomi, antes de acelerar el paso para alcanzar a la bailarina.
Antes de llegar a la parroquia, se pelean en broma al menos tres veces más.
Es martes, el día en que Tino expone los resultados y la última edición del MatuTino.
Como sabes, Tomi se suele mantener a distancia del tablón de anuncios, por miedo a ser objeto de las iras de Eva por culpa de las notas de Adriana, pero esta vez está tranquilo porque el domingo la hermana de Pedro no asistió a ningún encuentro. En realidad, no sabe lo que le espera.
Adriana está leyendo un artículo del diario de Tino con los brazos en jarras y la mirada de enfado que suele tener Eva cuando lee las notas.
—Quería agradecerte las cosas tan amables que has escrito sobre mí —salta la hermana de Rafa.
—No hace falta que me des las gracias, me he limitado a cumplir con mi deber —contesta la bailarina.
—¿De qué habláis? —inquiere Tomi.
—Eva fue ayer a seguir mi concurso de tiro al arco y ha escrito un artículo en el MatuTino —responde Adriana.
—No veo nada malo en ello —comenta la bailarina—. Tú pones muchas notas y escribes comentarios sobre los Cebozetas.
—¡Sí, pero no me río de nadie! —rebate la hermana de Rafa.
—Ni yo —asegura Eva, con la expresión más inocente del mundo—. Lo único que he hecho ha sido describir tu concurso.
—Ah, ¿sí? ¿O sea que no te has burlado de mí? —pregunta Adriana—. Tomi, escucha y luego me dices si no se está riendo de mí.
La italiana se acerca al tablón y se pone a leer un pasaje del artículo titulado «Adriana… mejor mañana»: «Con mucha suerte, Adriana superó dos turnos en el torneo de tiro al arco, pero luego fue eliminada con toda justicia en cuartos de final por una adversaria mucho mejor que ella. La segunda flecha no alcanzó siquiera la diana, sino que se clavó en un árbol. A lo mejor la italianita tendría que pedirle a Nico sus gafas». ¿Es esto una crítica seria?
—No, esto simplemente es una crónica —se justifica Eva—. ¿O es mentira que erraste la diana?
—Sí, pero ¿qué tienen que ver las gafas de Nico? —rebate Adriana, furiosa como una hidra—. ¡Yo veo estupendamente! Fue un simple error, me resbaló el dedo sobre la cuerda del arco… ¡Además, me llamo Adriana, y no «la italianita»!
—He sido algo fantasiosa, como tú cuando le pones un 11 a tu querido Tomi —se defiende la bailarina—. De hecho, a Tino le ha gustado mucho mi artículo.
—Pero ¿estás oyendo lo que dice, Tomi? —pregunta Adriana—. ¿Tengo o no razón de estar enfadada?
Las dos chicas miran a su alrededor, en busca del capitán, que ha aprovechado la trifulca para alejarse y refugiarse en el bar de la parroquia.
En cambio, algunos Cebozetas están estudiando los resultados de la tercera jornada de la liga autonómica.
—También han empatado los Águilas de Torrejón, así que seguimos en cabeza de la clasificación —observa César, satisfecho.
—El domingo jugamos contra ellos en casa y veremos quién es mejor —comenta Tamara.
—Tendréis que jugar a tope para derrotarlos —advierte João—. Nunca he luchado contra un equipo tan bueno como los Águilas. En la primera jornada nos aplastaron.
—En ataque tienen a un tipo con cresta que recuerda a Cristiano Ronaldo —explica Lara—. Es alto y fuerte. Si coge velocidad es casi imposible frenarlo. Se llama Fabio.
—¿Os habéis fijado en que el domingo no ganó nadie, que todos empatamos? —interviene Nico.
—Es verdad. Los Guantes Blancos de Aranjuez también lograron su primer punto, así que los Sobresalientes seguimos los últimos… —comenta Dani.
La tercera jornada, con empates solamente, confirma que se trata de una liga muy equilibrada. Cinco equipos solo están separados por un margen de cinco puntos. Pero la siguiente jornada podrían cambiar muchas cosas, porque se enfrentan las dos formaciones que lideran la tabla, los Cebozetas y los Águilas de Torrejón. El que gane se destacará en la clasificación.
¿Estás listo para el primer partido de la liga que puede ser decisivo?