Otra del analista de Bagé
Cuentan que los métodos pocos ortodoxos del analista de Bagé (por más que él diga que es "más ortodoxo que caja de maizena") ha llevado a enormes cantidades de pacientes a buscarlo. Se vio obligado a hacer un entrenamiento previo a su clientela. Instruyó a su recepcionista Lindaura ("una chinita9 a la que estaba criando, pero se me pasó del punto") a cortar los complejos menores, incluyendo todos los de inferioridad y los "Edipos de ambulatorio". Solo acepta los casos difíciles pues, como dice, "caballo manso es para ir a misa". Como fue el caso de aquel hacendado rico que ya entró diciendo:
—Mi caso es de equizofrenia, doctor.
—¡Oigalé! Veo que el indio viejo es de los que lee bula. Esa palabra yo la aprendí a decir dos días antes de la graduación. Pero recuéstese nomás.
El hacendado se recostó en el diván cubierto con un pelego. El analista comenzó a limpiarse las uñas de los pies con un facón2. Dijo:
—Quiere decir que el amigo aquí está con equizofrenia.
—Así es.
—¿De la brava?
—De la brava.
—¿Cómo se manifiesta la bicha?
—Personalidad doble, doctor. Un día soy uno, el otro soy otro.
—Veo.
—Un día soy alegre, bonachón, mano abierta. El otro soy hosco, peleón y no abro la mano ni para espantar una mosca.
—Qué cosa, ¿no?
—¿Tengo cura, doctor?
—Bueno. Va a ser un tratamiento más largo que bombacha de gringo.
—No importa.
—Más caro que argentina nueva en la zona.
—No me preocupa.
—Veo que el amigo está en sus ideas de corderito.
—Así es...
—;Lindaura!
—¿Señor?
—Prepare la cuenta que el indio viejo aquí va a pagar por adelantado.
El hacendado comenzó a levantarse para protestar, pero el analista de Bagé lo mandó de vuelta al pelego de un cabezazo. Y le advirtió:
—Si se lo cuentas al otro te capo.