Prólogo

En la crítica que hace de una de mis obras más recientes, el Sr. Cyril Connolly señala que durante los últimos diez años, he estado tratando de escribir el mismo libro con éxito diverso.

Tiene razón, pues casi cada palabra que he escrito desde la publicación de Diagnosis of Man (Diagnóstico del hombre) en 1942, ha reflejado distintos aspectos de la enseñanza de Gurdjieff, enseñanza que forma un todo completo, sólido e integral. Y ahora, todos estos esfuerzos anteriores culminan en la tentativa de proporcionar una exposición más completa del sistema psicofilosófico que ha impartido a mis libros, la similitud en la que se funda la queja del señor Connolly. Considero por lo tanto a la presente obra como de mucha mayor importancia que cualquiera de las que la precedieron, sea cual sea el destino que le espere, y por desfavorable que sean las criticas que provoque.

Es sumamente probable que algunos de mis críticos la traten en forma muy dura, pues ninguno de ellos ha tratado jamás con indiferencia la enseñanza de Gurdjieff. O bien han advertido en ella algo muy grande, o bien han reaccionado en forma muy violenta, pues, igual que otros maestros de religiones —considero a Gurdjieff como tal— ha logrado escandalizar a sus oyentes, más que aplacarlos.

La exposición que se hace de la enseñanza de Gurdjieff en esta obra está muy lejos de ser completa. No fue mi intención dar un informe completo sobre ella, sino hacer comentarios sobre aquellas partes de su sistema de conocimiento que hayan provocado en mí una impresión muy profunda, o que me hayan convencido de que tienen una importancia especial.

Tengo que expresar mi agradecimiento a muchas personas, y no hay nadie con quien me sienta más profundamente obligado que con el principal intérprete de Gurdjieff, P. D. Ouspensky. De no haber sido por su clara exposición —tanto en sus enseñanzas verbales como en su obra póstuma, In Search of the Miraculous (En Búsqueda de lo Milagroso)— este pequeño libro sobre la enseñanza de Gurdjieff no podría haber sido escrito nunca. Quiero también agradecer la ayuda que he recibido de las obras de mi amigo de toda la vida, el Dr. Maurice Nicoll, Commentaries on the Teaching of Gurdjieff and Ouspensky (Comentarios sobre la Enseñanza de Gurdjieff y Ouspensky), The New Man (El Hombre Nuevo) y The Mark[1]. Casi no necesito decir que he obtenido también información valiosa del libro del que es autor Gurdjieff mismo, All and Everything (Todo y Todas las Cosas). Puede encontrarse la totalidad de su enseñanza en esta gran obra suya. Siempre que uno actúe con la diligencia, el conocimiento y a la comprensión necesarios para descubrirla. Si este pequeño libro mío pudiera ser el medio que sirva para que el lector se provea del conocimiento requerido para esa tarea, habrá cumplido uno de los propósitos que motivaron su publicación. En la comparación de la enseñanza de Gurdjieff con otras doctrinas orientales, y más particularmente con las del Vedanta, he recibido una gran ayuda de las importantes obras de Sri Aurobindo, The Life Divine (La Vida Divina) y The Synthesis of Yoga (La síntesis del Yoga).

Para terminar, he reservado mi agradecimiento más cálido para los miembros del Grupo Gurdjieff de París, que tanto han hecho por ayudarme en el estudio de sus métodos, tanto en Inglaterra como en Norteamérica. Este libro lo dedico a ellos.

K. W.