Veinte años y cuarenta días no es solo la narrativa de un hombre (maestro y poeta) que entró a la cárcel con 31 años y salió de ella con 51; sino, además, una valiosa luz sobre uno de los puntos más oscuros de la sociedad cubana contemporánea. Muchas de las prácticas más controvertidas del gobierno de Fidel Castro se reflejan en las experiencias de Valls, incluso, desde el propio juicio, llevado a cabo bajo los auspicios del ejército, a puerta cerrada, y al que ni siquiera se le permitió la entrada al abogado defensor y tampoco, a los testigos de su defensa. En 1964, Valls fue condenado a veinte años de cárcel «por actividades contra los poderes del Estado y por dirigir organizaciones antigubernamentales». He aquí el relato de estos años. En palabras del escritor Jesús Díaz, este libro es «nuestro Archipiélago Gulag».