VeiNTiCiNCo
—Una mente colmena, eso es lo que está buscando crear Ethan Lárnax. Dotar a la raza humana de una mente colectiva —dijo Marion en un suspiro.
—¿Qué? ¿Qué significa eso? —pregunté yo. Había acudido a la cita que la doctora había fijado a través de mi red personal. El mensaje había sido una excusa: pretendía hacerme unas pruebas para intentar paliar las secuelas sinestésicas que me asaltaban tras el change.
Marion bajó la voz y se acercó más aún a mí. En la expresión de su rostro había terror, sí, pero también un cierto grado de admiración morbosa. Fuera lo que fuese lo que Ethan Lárnax se traía entre manos era algo capaz de aterrarla y estimular su interés científico a la vez.
—Estudié el comportamiento del virus en otros discos de identidad —cada frase, cada palabra, era subrayada por un gesto nervioso—. Al principio no me di cuenta de la pauta que seguía, fui incapaz de comprender el verdadero alcance de la transformación a la que el virus sometía a las neuronas. Creía que era un virus nocivo, dañino, un virus que buscaba la destrucción de la identidad…
—¿Y no me dirás que no es nocivo? Esa mierda acabó con Vincent…
—Oh… Sí… sí lo es. Pero de un modo diferente, de un modo atroz… —hizo ademán de secarse la frente aunque no había rastro de sudor en ella—. No borra la identidad del sujeto… No la borra, la sustituye. El virus replica la pauta genética de Ethan Lárnax y la implanta en la mente antigua. Convierte al sujeto en Ethan Lárnax…
—¿Qué?, ¿qué?, ¿QUÉ? ¿Me estás diciendo que el cabrón se clona en los discos de identidad? ¿Eso fue lo que acabó con Vincent? ¿Ethan Lárnax se intentó clonar en su disco?
—No… No es tan sólo eso… Ojalá lo fuera… probé introduciendo los discos de identidad en biomodelos funcionales e infectándolos entonces. El nuevo Ethan Lárnax intenta entrar en la red personal del Ethan Lárnax original. Busca integrarse en la mente antigua. Convertirse en una única mente a través de la red virtual, sólo que repartida en dos discos de identidad. Es entonces cuando se produce la autodestrucción del virus, el sujeto sobre el que se ha copiado está muerto, por lo tanto el Ethan Lárnax resultante también lo está y el virus fracasa al intentar cumplir las últimas instrucciones de su programa. ¿Comprendes?
Guardé silencio un instante. Sopesando las implicaciones de lo que Marion Bastian acababa de contarme y dándome cuenta de que no era capaz.
—No lo entiendo, no lo entiendo… ¿No le resultaría más sencillo duplicarse de otro modo? No sé… Recrearse a sí mismo mediante clonación estándar. Crear un nuevo Ethan Lárnax a partir de un disco de identidad vacío o algo por el estilo.
—No, eso es del todo imposible, Sara. Necesita un entramado consciente sobre el que instalarse. Y la clonación estándar como tú la llamas tampoco surtiría efecto. No serían dos mentes complementarias sino dos mentes diferentes basadas en el mismo patrón.
—¿Y qué es lo que pretende?
—Ya te lo he dicho. Lo conozco desde hace tiempo. Conozco el alcance de su locura. Quiere crear una mente colmena. Dotar a la humanidad de una sola mente. Y esa mente será la suya.
—Dios…
—Sí, sin duda es a eso a lo que aspira.
—Pero…, pero…, si tienes razón y es eso lo que pretende, ¿cómo lo va a conseguir?, ¿cómo va a infectar a toda la humanidad con ese virus?
—Como infectó a Vincent, Sara. A través de sus cuerpos. No olvides que Ethan Lárnax es el director de Bodyline Enterprise y tiene bajo su control al resto de empresas. Nada más sencillo para él que agregar una cápsula inyectable a todos los cuerpos que manufacturen. O incluir el virus en el momento de la compilación. Le resultará muy sencillo hacerlo cuando llegue el momento, te lo aseguro.
—Cuando llegue el momento…
—Exacto. El virus todavía no es operativo. Está en fase de pruebas y por lo que parece no las está pasando con el éxito deseado. Pero otra cosa que te aseguro es que tarde o temprano Ethan Lárnax resolverá esos problemas. Y entonces…
—Lo entiendo, lo entiendo… Tenemos que detenerlo antes de que consiga que el virus sea funcional, de acuerdo. Pero ¿cómo lo haremos…? ¿Cómo podemos vencerle? ¡Sólo somos dos personas contra todo un imperio! ¡Es un suicidio!
—No…, ahí te equivocas… Somos muchos más.