El Führer ha decidido borrar a Leningrado de la faz de la tierra.
Después de la caída de la Unión Soviética, no tendrá sentido una población tan numerosa en ese emplazamiento.
Hay que bloquear la ciudad y bombardearla hasta su aniquilación.
Si Leningrado llegara a ofrecer la rendición, esta será rechazada.
(Directiva. Cuartel General de la Marina de Guerra Alemana)
(22 de septiembre de 1941)