[1] Un pie son unos 28 centímetros.
[2] Sevilla fue la primera ciudad española en contar con la Inquisición, que fue instaurada en 1480. En esta época, con aproximadamente 40.000 habitantes, era la ciudad más importante de la Corona de Castilla.
[3] Una razzia es una rápida incursión de saqueo en territorio enemigo.
[4] Un quintal eran aproximadamente 920 kilogramos.
[5] Una caballería es una medida de superficie usada en la Edad Media que comprendía 100 x 200 pies, es decir, una estancia rectangular de unos 28 x 56 metros.
[6] Este sistema de títulos de crédito fue inventado por los templarios y funcionaba al modo de los cajeros actuales: una persona con la suficiente acreditación era atendida allí donde se hubiese recibido el mensaje interno de pago. Era bastante seguro y posteriormente los distintos prestamistas se ponían al día en sus deudas con envíos de oro fuertemente custodiados.
[7] Un dineral son unos 240 gramos de oro.
[8] Una pelucona son 8 escudos.
Un doblón son dos escudos.
Un escudo son 3,40 gramos de oro o 10 reales.
Un ducado de plata son 11 reales.
[9] Una cántara son 16,13 litros. También se le llamaba arroba aunque este nombre solía usarse para referirse al aceite.
[10] La legua (española) del siglo XV equivalía a 20.000 pies: 5.572 metros. Es la distancia que se recorrería en una hora a pie.
[11] Lo normal en la época es que las familias humildes tuvieran muchos hijos. Las mujeres prácticamente vivían embarazadas mientras eran capaces de procrear, y hay que tener en cuenta que los matrimonios comenzaban cuando los cónyuges solo tenían catorce o quince años e incluso antes. Así, se daban familias con ocho, nueve o diez hijos con bastante facilidad a pesar de la altísima mortalidad infantil comentada en páginas anteriores. Dado que la gran mayoría de las familias se dedicaban a la labranza o cultivo de la tierra, cuantos más miembros eran, más podían cultivar, recolectar y vender. Con el tiempo, la larga descendencia se convirtió en sinónimo de prosperidad económica.
[12] Gonzalo Fernández de Córdoba era conocido el Gran Capitán por la tropa.
[13] Abul Asan y Al-Zagal, hermanos, eran los emires de Málaga y Arunda, respectivamente.
[14] Es necesario diferenciar el trato del Gran Capitán hacia la reina y hacia el rey: pensemos que Isabel era reina de Castilla y don Fernando de Aragón, y que hasta la muerte de ambos no se unificaron los dos reinos bajo el mandato de Juana y Felipe el Hermoso. Por tanto don Gonzalo, nacido en Castilla (concretamente en Córdoba) tan solo era súbdito de la reina Isabel y así se refería a ella, mientras que el trato hacia don Fernando era parecido al de un señor feudal a pesar de ser consorte.
[15] Cuerda: 84 m. Medida de longitud.
[16] Forma de ornamentación de invención nazarí basada en falsas bóvedas.
[17] Especialidad culinaria árabe.
[18] Palacio Rojo es una traducción literal de Alhambra.
[19] La hoy llamada Mezquita de Córdoba tenía este nombre, de Aljama, cuando en la ciudad podían encontrarse más de mil edificios de culto musulmanes. Tan solo esta sobrevivió a la conquista cristiana porque , debido a su majestuosidad, fue consagrada al culto cristiano.
[20] La qibla es el muro que aloja el pequeño nicho llamado mihrab que normalmente está orientado al este, hacia La Meca.
[21] Estudios contemporáneos indican que, probablemente, la invasión comenzó desde Cartagena, siguiendo las rutas comerciales que abrieron algunos siglos antes los cartagineses. Después, cuando la invasión estaba en marcha, el transporte de tropas sí se haría a través del Estrecho. En cualquier caso, en el imaginario popular tanto cristiano como musulmán, la versión tarifeña es la más aceptada.
[22] A partir de 1521 también el luteranismo.
[23] Una cántara son 16,14 litros. Un zaque es un recipiente fabricado con pellejo de animal, y los dedicados a aquel transporte contenían más de 35 litros de agua. La gruta existe realmente y está abierta al público en la ciudad de Ronda.
[24] Oh Ronda, siempre fiel y fuerte. Abundante documentación incide sobre la admiración de los reyes por la ciudad y por la pronunciación de estas palabras exactas, a su entrada en la misma.
[25] De las actas oficiales de guerra de los reyes.