Capítulo 11
Hace tres semanas
Inspecciono la mesa. Perfecto. Todo está preparado para la cena. Finn da clases de Economía a los de primero ahora mismo, pero debería llegar a casa justo unos minutos después de que la lasaña esté lista. Le encanta la lasaña. Cuando era adolescente le gustaba mucho quedarse a cenar cuando mi madre la hacía, así que le eché el guante a la receta cuando estuve en casa el mes pasado para la boda de mi hermano.
Bien, la mesa está lista y la lasaña de mi madre en el horno. La colada está hecha y guardada. Y Steve, nuestra nueva mascota, nada felizmente en su pecera. Steve es un pez de colores gordo. Yo quería un gato, pero no estoy segura de si en el piso de Finn se pueden tener animales. Además, un gato es algo sobre lo que tenemos que tomar una decisión juntos como pareja. Pero un pez de colores está bien para empezar. Lo he puesto en el medio, como si fuera un centro de mesa. Quizás es un poco raro, pero pensé que nos daría algo de lo que hablar durante la cena. Finn puede ayudarme a decidir dónde debería colocar la pecera de manera permanente cuando llegue a casa.
Ahora es el momento de asegurarme de que mi aspecto de ama de casa también sea perfecto. Cojo el bolso y me dirijo al baño de Finn. Lo limpié antes, cuando las sábanas se estaban lavando. Sinceramente, le convengo. Saco el delantal retro que compré por internet en Etsy y me lo ato alrededor de la cintura, por encima del jersey y de los vaqueros. La tira rosa con lunares blancos es tan larga que puedo rodearme la cintura con ella y atarla por delante. La falda, que tiene un estampado floral vintage y queda por debajo de la tira, tiene forma de A y termina unos centímetros por encima de las rodillas.
Mi pelo se presta con naturalidad a adoptar el aspecto que quiero hoy. Es abundante y casi negro, le he dado más volumen y me he dejado un flequillo largo, que cae a ambos lados de la cara, como en una foto que encontré de Brigitte Bardot. Siguiente paso: maquillaje. Me retoco la cara con un poco de polvo y vuelvo a ponerme pintalabios. Es rosa claro, a juego con mis uñas. Sé que parece que debería decantarme por el rojo, pero hoy quiero una apariencia dulce y retro. Además, he encontrado el esmalte de uñas rosa perfecto. Me he pasado una eternidad en la tienda de maquillaje buscando entre todos los rosas. ¿Sabes qué nombres les ponen a los colores? El nombre equivocado puede estropearlo. Estoy segura. Así que aunque me gustaba el tono de Suzi Shops & Island Hops, el nombre era totalmente inapropiado, algo así como «Compras y viajes por las islas». Pero entonces he encontrado un rosa llamado Mod About You, «Loca por ti». Perfecto, ¿a que sí? Realmente crea el ambiente idóneo para la velada.
A continuación me concentro en los ojos. Vi un vídeo en YouTube para hacerlo bien y ahora lo copio, exagerando el delineador negro en el párpado móvil hasta convertirme en una gatita de los años cincuenta perfecta.
Guardo todos mis trastos en el bolso y le echo un vistazo a la lasaña. Hacer lasaña lleva mucho trabajo. No puedo decir que sea lo mío, pero por Finn, merece la pena. Me he gastado la mitad de mi sueldo en el supermercado y en el atuendo perfecto para esta noche.
Suspiro satisfecha. Todo es perfecto. Me graduaré en primavera y la vida real está a punto de empezar, exactamente como siempre había planeado.
La cerradura se gira y exhalo mientras la puerta se abre, y esbozo una sonrisa sexy. Finn entra y no puede no verme. Camina con pasos vacilantes durante unos segundos. Creo que lo he dejado flipando con todo el esfuerzo que he hecho, y mi sonrisa se ensancha.
Entonces cierra la puerta tras él y se apoya en ella.
—Everly, ¿cómo coño has entrado en mi piso?