A la hora de operar

Estás frente a la pantalla, operando desde tu espacio de trabajo, y una colección de preguntas rebota dentro de tu cabeza. No es casualidad que todas esas preguntas empiecen de la misma manera: “¿Y si...?” y después añade lo que quieras. ¿Y si este valor deja de bajar y remonta? ¿Y si después de dos operaciones equivocadas la tercera es la buena? ¿Y si el viernes, como acaba la semana, se acumulan las ventas (o las compras) y puedo quitarme esto de encima? ¿Y si compro más acciones, ahora que caen, y así compenso mis pérdidas cuando por fin suban? ¿Y si todo el mundo está haciendo lo mismo porque tiene una razón que yo no sé? Los “y si” son infinitos, y son capaces de volver loco a cualquiera; sobre todo cuando estás en una situación de tensión y tienes que tomar una decisión en cuestión de segundos.

 

A continuación te ofrezco algunas reglas básicas que pueden ayudarte en esos momentos de duda. Todas se refieren a cuestiones prácticas, de las que te vas a encontrar cuando estés buceando en la operativa diaria. La idea es que te sirvan para sacarte del “y si”, que te ofrezcan una respuesta válida ante la incertidumbre. Sé que para aprender no hay nada como darse el golpe uno mismo. Pero, créeme, si el golpe te costase dinero, seguro que preferirías aprender de los golpes que se han llevado otros antes que tú.

 

No ir en contra del mercado

Este consejo también podría llamarse “vale, eres bueno, pero no eres un héroe”. La bolsa es la suma del trabajo de millones de inversores repartidos por todo el mundo. Creer que tú, por tu genio y figura, podrás enfrentarte a todos ellos para, al final, llevarte la victoria es ir de sobrado, la verdad. A ver, no digo que la mayoría siempre tenga la razón; para nada. Quiero que te quedes con la idea de que, si todo indica que el mercado va en una dirección, tú no eres nadie para cambiar esa tendencia. Ya te digo que no lo vas a conseguir.

 

Te pongo un ejemplo. Es fácil caer en el argumento de decir que, como tal valor ha subido un 10 % en un solo día, pronto empezará a bajar porque ya no puede subir más. La bolsa puede subir y bajar todo lo que le venga en gana. Durante casi todo el 2012 los bancos españoles estuvieron a la baja, ante las dudas que había acerca de su situación financiera y la necesidad de un posible rescate desde Europa. Los bancos están a la baja... ¡pues pasa de los bancos hasta que el mercado no dé señales de cambio!

 

Otra cosa muy distinta es que te aproveches de la tendencia. ¿Están los bancos a la baja? Pues entonces opera a la baja; vende primero y compra después, perfecto. Pero eso no es ir contracorriente, sino subirse a la tabla y surfear sobre las olas. Nunca hay que ir en contra del mercado. No seas esa clase de inversor que se cree el más listo de la clase porque compra cuando todo el mundo vende, cuando un valor está en la base de la pirámide, y que vende cuando el valor está en el vértice. Quítate esa idea de la cabeza.

 

Tus decisiones siempre deben partir del uso de las herramientas técnicas, de una estrategia pensada de antemano. Parte de los gráficos para hacerte una idea de la situación general y luego concreta tu plan en el cuadro de precios (que te explico en el capítulo 10). Lo importante es que tus decisiones sean razonadas.

 

Saber perder 100 €

Por más positivos y entusiastas que pretendamos ser, a la mayoría de seres humanos nos calan más hondo los fracasos que los triunfos. Hay numerosos estudios que prueban que la cantidad de dolor que nos supone una derrota es superior al placer que obtendríamos con una victoria. ¿Qué quiero decir con esto? Fácil: que vamos a hacer todo lo posible por negarnos a reconocer que nos hemos equivocado.

 

Una de las normas más importantes de este negocio, por no decir la más importante, es que hay que ser lo suficientemente valiente como para reconocer que has cometido un error y frenar las pérdidas a tiempo. En seguida verás que todo mi método se inspira en una premisa muy sencilla: “pérdidas limitadas, beneficio ilimitado”; y que existe una herramienta, llamada stop, que lo hará posible. Pero por muchos stops que haya, no podrás limitar tus pérdidas si no asumes que te has equivocado y dices basta.

 

En cualquier estrategia de inversión, debes tener claro que si el valor toca un precio determinado, automáticamente te lo vas a quitar de encima. Las dos razones que te van a llevar a tomar la decisión son muy simples:

 

  El dinero que perderás es razonable, nunca más de 100 €, con una base de 10.000 €.

 

  Tienes razones —Bollinger, medias, cuadro de precios— para creer que, si toca ese punto, seguirá con la misma tendencia a corto plazo.

 

Como ves, tienes un plan. Un plan razonado y razonable. Pues bien, lo que no puedes hacer es contradecirte, es decir, que el valor toque el punto que te habías marcado y mantenerlo porque eres incapaz de reconocer que has perdido. Hasta que un error no se materializa, hasta que no se convierte en un –100 € en tu cuenta de resultados, en tu cabeza es como si no hubiera existido. No te engañes; si tocas el punto, has perdido; lo harás mejor la próxima vez.

 

Cuando ya sabes que has perdido esos 100 € pero aún no has cerrado la posición, no puedes empezar a decirte que esperas un poco más porque quizá la tendencia se corrija. O comprar más acciones, ahora que están baratas, para hacer promedio con las que ya tenías y, cuando la cosa suba, reducir las pérdidas. Las cosas no funcionan así. “La cosa” puede que no suba, y es absurdo comprar un valor cuando baja pensando que va a subir. Acepta que has perdido 100 €; es mejor que perder 250. El día que pierdas 250 €, siéntate, reflexiona y no te levantes hasta averiguar qué ha pasado.

 

No obsesionarse con un valor

Esto tiene que ver con los impulsos y las obsesiones. A veces, por una razón que es cualquier cosa menos eso, crees que hoy tal valor te proporcionará jugosas ganancias. El primer error es dejarse llevar por el impulso, por la corazonada. Un valor sólo te aportará jugosas ganancias si los indicadores técnicos te ponen delante las narices una estrategia clara, con posibilidades de éxito.

 

Lo segundo, y aquí entra el tema de la obsesión, es que si la operación te sale mal dos veces, también puedes equivocarte a la tercera. Y a la cuarta y a la quinta. Mi consejo es que, si haces dos operaciones malas en un mismo día con un valor, pasa de él y búscate otro. Imagínate que un día compras un valor que baja y te toca ese punto donde te has dicho que te lo quitarías de encima. Actúas con coherencia y te lo quitas de encima. Bravo.

 

Al rato pruebas otra vez y te pasa exactamente lo mismo. Vuelves a actuar con cabeza y te libras de él. Has hecho lo que tenías que hacer. Pero ahora, por favor, pasa de ese valor y búscate otro. No tengas miedo a cambiar. Limítate a pensar que ese día no estás teniendo un buen feeling con ese valor y que lo mejor es pasar de él. En la bolsa española, hay mucho donde escoger.

 

No hacer nada es hacer algo

Habrá días en que te pasarás horas frente a las pantallas y no encontrarás una sola oportunidad de negocio. Irás saltando de gráfico en gráfico, de cuadro en cuadro, y nada... nada claro. Pasas de Abengoa a Abertis, y de ahí a Acciona, Adolfo Domínguez, Almirall, Amadeus, Amper, Antena 3, Aperam, Arcelor Mittal, Auxil, Azkoyen... y así hasta llegar a Vueling, Zardoya y Zeltia. Y no se ve nada que te lleve a diseñar una estrategia de éxito.

 

No desesperes. En estos casos, no hacer nada es hacer algo. Si ahora decidieras poner en marcha una operación sin un indicador técnico que respalde tu plan, estarías dejándote llevar por un impulso, una corazonada o simple frustración. Y las posibilidades de que la operación te salga mal son del cien por cien, sin exagerar. Si no ves nada en las pantallas que te marque una posible operación, es mejor no ganar nada ese día que perder 150 €. Y si, por lo que sea, un tren se te escapa y no te has subido a él... ya pasará otro, aunque quizá no sea ese día. Ponerte a operar porque has perdido una oportunidad y tu ego necesita resarcirse es una gran estupidez. Las oportunidades ya vendrán; no tienes por qué inventártelas.

 

En mi práctica deportiva, hay días de entrenamiento muy exigente, de alta intensidad, y otros en que trabajas de forma aeróbica, mucho más suave. Cualquier experto te dirá que estas dos clases de entrenamiento son complementarias y que los mejores resultados se obtienen al combinarlas. En la bolsa pasa lo mismo. Hay días en que parece que se ha vuelto loca, que las oportunidades te superan y no dejas de operar —los entrenamientos explosivos— y otros en que vas de pantalla en pantalla y lo único que haces es comprobar medias, repasar estrategias y hacer cálculos mentales —entrenamiento aeróbico—. Esos días tranquilos son los mejores para repasar, estudiar y aprender. Los días en que no pasa nada aprenderás mucho; no pierdas la paciencia.

 

No coger reglas temporales

En la vida cotidiana, no es un secreto que la gente está de mejor humor los viernes por la tarde que los lunes por la mañana. Si todo el mundo se dedicara a lo que realmente le gusta, este patrón temporal saltaría por los aires y la gente sonreiría del mismo modo el lunes que el viernes. Pero yo no quería hablar ahora de esto... Lo que quiero decir aquí es que, en la vida, siempre se respira un mejor ambiente los sábados por la mañana que los lunes por la tarde.

 

En la bolsa, en cambio, no funciona así. Quítate de la cabeza ideas como éstas: “La bolsa siempre sube el lunes por la mañana y baja los viernes por la tarde” o “Me espero al viernes por la tarde para quitarme esto de encima porque, antes del fin de semana, seguro que cambia la tendencia”. Estos razonamientos nunca suelen cumplirse y, cuando lo hacen, es porque la suerte o la casualidad han decidido pasar a interpretar el papel protagonista.

 

Para cerrar estos consejos sobre la operativa, y me da igual si crees que me repito, vuelvo a recordarte que tus decisiones siempre tienen que basarse en deducciones técnicas, en una estrategia razonada. No puedes lanzarte de cabeza a una operación por una suposición, un supuesto patrón temporal o una creencia que sólo está en tu mente. Si operas en función de una estrategia, y eres fiel a tu criterio, no habrá muchos “y si” en tu carrera como trader.