El day trading
La idea que tiene muchísima gente sobre la bolsa me recuerda a lo que haces cuando vas a gastarte el dinero a un casino. Según esta idea tan generalizada, invertir en bolsa significa poner tu dinero en un determinado valor, si es posible a un precio bajo, y dejar pasar el tiempo con la esperanza de que vaya subiendo, hasta que un día llegue la hora de recoger los beneficios. Para mí, actuar así es como jugarte mil euros al rojo, dejar que la ruleta dé vueltas y cruzar los dedos con la esperanza de que la bolita caiga en un número de tu color.
Yo no creo en esta manera de invertir en bolsa. Si lo hiciera, esto no sería un trabajo, sería un juego. Y yo no quiero que te juegues tu dinero en la bolsa, sino que aprendas a operar con él. Para lograrlo, el método que te explico en este libro no tiene nada que ver con invertir, esperar y, con suerte, cobrar. Para ganar dinero en bolsa hay que controlar lo que se hace y por eso toca estar delante de las pantallas viendo lo que pasa, en tiempo real. Aquí aprenderás a hacer day trading.
Vas a aprender a comprar mil acciones de un valor y venderlas en cuestión de minutos, y a repetir la operación varias veces al día. Descubrirás cómo marear tu dinero para operar por más capital del que tienes, y así multiplicar tus beneficios de forma espectacular. Aprenderás a vender acciones que no tienes y a comprarlas después, para ganar dinero incluso cuando la bolsa baja. En otras palabras, vas a aprender a especular con tu dinero.
Sé que la palabra te puede sonar mal, pero no es peor que invertir. Para mí, especular es mucho mejor. Para obtener grandes beneficios invirtiendo a largo plazo, tienes que contar con un capital inicial importante; en cambio, con el day trading, puedes exprimir tu capital al máximo y obtener mucho a partir de una inversión inicial baja. Como las operaciones suelen durar minutos, y tú las controlas directamente, es muy difícil que un imprevisto se lleve por delante tu inversión sin dejarte capacidad de reacción; en cambio, el inversor a largo plazo se come todos los pánicos bursátiles, todos los cracs, y muchas veces ve cómo sus valores se estrellan contra el suelo mientras se repite una y otra vez que ya es demasiado tarde.
Pero sobre todo date cuenta de que aquí no especulas contra nadie, ni contra un país ni contra un mercado, como hacen los grandes bancos de inversión que controlan el mundo; tú eres un francotirador solitario que se limita a aportar liquidez a la negociación diaria. En ningún caso contribuyes a que la bolsa caiga o a que los inversores vean cómo se reducen sus ahorros. Sólo utilizas todas las oportunidades que te brinda la bolsa en tu propio beneficio, con la idea de rentabilizar al máximo el capital que decides invertir.