A AFRODITA
Voy a cantar a Citerea, nacida en Chipre, la que concede a los mortales presentes gratos como la miel. En su deseable rostro siempre hay una sonrisa. Y deseable es también la flor que lleva sobre sí.
Salve, diosa protectora de Salamina, la de hermosas 5construcciones[2], y de toda Chipre. Concédeme un canto que mueva a deseo, que yo me acordaré también de otro canto y de ti.