[1] Juan Antonio Llorente, Noticia biográfica, Madrid, 1982; pág. 114.<<

[2]Véase aquí el trabajo de Henry Charles Lea, A History of the Inquisition of Spain, 4 vols., Nueva York, 1906-1908; IV, págs. 518, 524.<<

[3] Hernando del Pulgar, Crónica de los Reyes Católicos (vols. V-VI, Colección de Crónicas Españolas), Madrid, 1943; cap. 96, pág. 336.<<

[4] Andrés Bernáldez, Memorias del reinado de los Reyes Católicos, ed. M. Gómez-Moreno y J. M. de Carriazo. Madrid, 1962; cap. 44, pág. 101.<<

[5] Diego Ortiz de Zúñiga, Anales de Sevilla, Madrid, 1677; año 1524, pág. 482. Las cifras son de todo punto exageradas. Recientemente se ha sugerido que las muertes no excedieron las 248: en Klaus Wagner, «La Inquisición en Sevilla (1481-1524)», Homenaje al profesor Carriazo, Sevilla, 1973; vol. III.<<

[6] J.-P. Dedieu, L’administration de la foi. L’Inquisition de Tolède (XVIe -XVIIIe siècle), Madrid, 1989; pág. 242.<<

[7] William Monter, Frontiers of Heresy. The Spanish Inquisition from the Basque lands to Sicily, Cambridge, 1990; págs. 15, 21.<<

[8] Las cifras ofrecidas en R. García-Cárcel, Orígenes de la Inquisición española. El tribunal de Valencia, 1478-1530, Barcelona, 1976; pág. 174, según el cual fueron ejecutadas unas setecientas personas, no están probadas. Monter, op. cit., llega a la conclusión de que las cifras de García-Cárcel son «dudosas».<<

[9] Monter, op. cit. La cifra está avalada por el concienzudo trabajo de Blázquez Miguel, que sugiere que hasta 1499 fueron ejecutados catorce conversos en Barcelona, y alrededor de unos veinte posteriormente: Juan Blázquez Miguel, La Inquisición en Cataluña, Toledo, 1990; págs. 38, 51.<<

[10] García-Cárcel, op. cit.<<

[11] Algunas cifras probables fueron publicadas en la edición de 1985 de mi libro La Inquisición española.<<

[12] Fidel Fita, «La Inquisición toledana. Relación contemporánea de los autos y autillos que celebró desde el año 1485 hasa el de 1501», BRAH, 1887; Fita también sugiere que se quemaron en efigie a quinientos condenados.<<

[13] Monter, op. cit., en pág. 53 realiza una estimación a la baja, de unas 1500 ejecuciones.<<

[14] C. Carrete Parrondo, «Nostalgia for the past among Christian judeoconversos», Mediterranean Historical Review, vol. 6, n.º 2, diciembre 1991; pág. 40.<<

[15] Francesc Carreres i Candi, «L’Inquisicó barcelonina, substituïda per l’Inquisició castellana (1446-1487)», Institut d’Estudis Catalans, 1909-1910; pág. 160.<<

[16] Institut Municipal d’Història, Barcelona, Consellers C. XVIII -6.<<

[17] Diego Suárez a Laínez, Sevilla, 23 de agosto de 1559, Archivum Romanum Societatis Jesu, Epist. Hisp. 96 f. 398.<<

[18] Ernst Schäfer, Beiträge zur Geschichte des spanischen Protestantismus und der Inquisition im sechzenten Jahrhundert, 3 vols. Gütersloh, 1902, II, 286-288.<<

[19] Cf. Monter op. cit., pág. 50: «Tras 1570 los grandes autos de fe fueron raros en Castilla». Y observa «un incremento de la pompa y la solemnidad alrededor de 1570», pág. 51. Para más ensayos sobre los autos, veáse capítulo 11.<<

[20] El número exacto no es seguro. Para las cifras de este párrafo me he guiado en parte por los trabajos de W. Monter, «Heresy executions in Reformation Europe, 1520-1565», en O. P. Grell y B. Scribner, Tolerance and Intolerance in the European Reformation, Cambridge, 1996.<<

[21] Gustav Henningsen, «The Eloquence of Figures: Statistics of the Spanish and Portuguese Inquisitions», en A. Alcalá, ed., The Spanish Inquisition and the Inquisitorial Mind, Boulder, Co., 1984; págs. 217-235.<<

[22] Las más ambiciosas fueron las cifras ofrecidas por G. Henningsen y J. Contreras, «Forty-four thousand cases of the Spanish Inquisition (1540-1700)», en G. Henningsen y J. Tedeschi, (eds.), The Inquisition in Early Modern Europe. Studies in Sources and Methods. De Kalb, Illinois, 1985; págs. 100-129.<<

[23] En el tribunal de Murcia, donde las cifras de Contreras ofrecen un total de 1735 casos entre 1562 y 1682, el total de casos reales fue de 2726, es decir, más del 50 por ciento: J. Blázquez Miguel, El tribunal de la Inquisición en Murcia, Murcia, 1986; pág. 274. En el tribunal de Granada, donde las cifras de Contreras dan 538 casos para el período 1550-1700, el total real fue de 1187 personas juzgadas, es decir, un cien por cien más: J. Blázquez Miguel, «Algunas precisiones sobre estadística inquisitorial», HS, 40, 1988; pág. 137. Para el tribunal de Barcelona hay graves diferencias entre las cifras de Contreras y el número real de casos.<<

[24] Cf. J. Jiménez Lozano, «The persistence of Judaic and Islamic cultemas in Spanish society», en Alcalá 1987, que también cita a Llorente en este sentido; pág. 407.<<

[25] Haim Beinart, ed., Records of the Trials of the Spanish Inquisition in Ciudad Real, 3 vols., Jerusalén, 1974; I, págs. 16-21.<<

[26] Beinart, op. cit.; I, págs. 136-180. Incluso Beinart se ha visto obligado a comentar que las prácticas judaicas de Chinchilla no son especialmente llamativas.<<

[27] Beinart, op. cit.; I, pág. 193.<<

[28] Beinart, op. cit.; I, pág. 116.<<

[29] Beinart, op. cit.; I, pág. 92.<<

[30] Beinart, op. cit.; I, pág. 404.<<

[31] José Amador de los Ríos, Estudios históricos sobre los judíos, Madrid, 1848; pág. 515.<<