[1] Harry Cross, «South American bullion production and export 1550-1570», en J. F. Richards, ed., Precious Metals in the Later Medieval and Early Modern Worlds, Durham NC, 1983; pág. 401.<<

[2] Ramón Carande, Carlos V y sus banqueros, 3 vols. (2.ª ed.), Madrid, 1965-1967; vol. III, pág. 18.<<

[3] José María Jover, Carlos V y los españoles, Madrid, 1963; pág. 422.<<

[4] Ibíd; pág. 77.<<

[5] En estos párrafos se sigue de cerca el trabajo de Jean-Pierre Sánchez, «El Dorado and the myth of the Golden Fleece», en The Classical Tradition and the Americas, Volume 1, Issue 1, editado por Wolfgang Haase y Meyer Reinhold, Berlín y Nueva York, 1993. El estudio clásico en español es el de Demetrio Ramos Pérez, El mito de El Dorado: su génesis y proceso, Caracas, 1973.<<

[6] Jean-Pierre Sanchez, op. cit.; pág. 373.<<

[7] Warwick Bray, The Gold of El Dorado, Londres, 1978; pág. 16.<<

[8] Irving A. Leonard, Los libros del conquistador, México, 1953; pág. 34.<<

[9] José Antonio Maravall, La literatura picaresca desde la historia social (siglos XVI y XVII), Madrid, 1986; págs. 118-130.<<

[10] Citado en James Lockhart y Enrique Otte, Letters and People of the Spanish Indies, Cambridge, 1976; págs. 91 y 92.<<

[11]El oro y la plata de las Indias en la época de los Austrias, Madrid, Fundación ICO, 1999; pág. 797.<<

[12] Uno de esos libros es el de Timothy Walton, The Spanish Treasure Fleets, Sarasota, 1994, que toma los datos de manuales anticuados y llega a conclusiones completamente erróneas.<<

[13] Consulta del Consejo de Indias, 8 de octubre de 1682, Archivo General de Indias, Sevilla, Contadurías, leg. 571.<<

[14] Kenneth R. Andrews, The Spanish Caribbean. Trade and Plunder, 1530-1630, New Haven, 1978; pág. 4.<<

[15] Kris E. Lane, Pillaging the Empire. Piracy in the Americas, 1500-1750, Armonk, Nueva York, 1998; pág. 18.<<

[16] Enrique Otte, Cartas privadas de emigrantes a Indias, 1540-1616, Sevilla, 1988; pág. 581.<<

[17] Alain Milhou, «Las Casas frente a las revoluciones de los colonos en la isla Española (1554-1561)», en Historiografía y bibliografía americanistas, Sevilla, 1976, vols.XIX-XX; pág. 14.<<

[18] Kenneth R. Andrews, Trade, Plunder and Settlement. Maritime Enterprise and the Genesis of the British Empire, 1480-1630, Cambridge, 1984; pág. 129.<<

[19] Ibíd.; págs 144-158. El primer marino español en dar la vuelta al mundo en barco fue Juan Sebastián Elcano, en 1522.<<

[20] Ibíd., pág. 283.<<

[21] Engel Sluiter, «Dutch maritime power and the colonial status quo, 1585-1641», PHR, XI, 1942; pág. 32.<<

[22] Peter Gerhard, Pirates on the West Coast of New Spain 1575-1742, Glendale, 1960; pág. 239.<<

[23] Cf. Andrews, The Spanish Caribbean…; pág. 79.<<

[24] Por ejemplo, en la página sobre naufragios www.sunkentreasurebooks. com/shipwrecks. html; hay muchas otras páginas sobre este asunto.<<

[25] Claudio Bonifacio, Galeones con tesoros. Dónde están, qué llevaban, Sevilla, 2007, asegura que había «miles de naufragios de la Carrera de Indias en aguas de España, Portugal, Florida, México, Cuba e islas, Centroamérica, Colombia, Venezuela, Uruguay, Chile, Filipinas, aguas profundas del Atlántico y del Pacífico…, muchos con varias toneladas de joyas y oro. De los más importantes se da extensa noticia, indicando el autor en grados, minutos, segundos y fracción, las posiciones náuticas donde están hundidos algunos pecios».<<

[26] Citado en Artur Attman, Dutch Enterprise in the World Bullion Trade, 1550-1800, Goteborg, 1983; pág. 32.<<

[27] Violet Barbour, Capitalism in Amsterdam in the 17th Century, Ann Arbor, 1963; pág. 50.<<

[28] Attman, op. cit.; pág. 33.<<

[29] Barbour, op. cit.; pág. 51.<<

[30] Geoffrey Parker, Spain and the Netherlands, 1559-1659, Londres, 1979; pág. 188.<<

[31] La frase es de Attman, op. cit.; pág. 33.<<

[32] Cf. R. A. Strading, The Armada of Flanders. Spanish Maritime Policy and European War, 1568-1668, Cambridge, 1992; pág. 18: «El imperio hegemónico llegó a la ridícula situación de ser dependiente de su principal adversario para obtener bienes de consumo imprescindibles».<<

[33] En 1980 ofrecí nuevas cifras de las importaciones de oro y plata, y luego, también, Michel Morineau, Incroyables gazettes et trésors merveilleux, Londres, 1985.<<

[34] Francisco Martínez de la Mata, Memoriales, Gonzalo Anes, ed., Madrid, 1971; págs. 149 y 150.<<