Agradecimientos
Lo he dicho antes y seguiré haciéndolo: aunque un autor escribe solo (a menos que forme parte de un equipo), ningún libro nace sin ayuda. Esta vez tengo que dar las gracias a varias personas:
A Melissa Frain, por editar este libro hasta conseguir una versión final potente y enseñarme tanto durante el proceso.
Un millón de gracias a Marlene Stringer, una agente extraordinaria, por tener esa capacidad de tranquilizarme cada vez que lo necesito. Tu confianza en mis obras significa más de lo que imaginas.
Gracias a Faren Bachelis, por corregirla de manera prudente pero correcta.
A Cassie Ammerman, una publicista encantadora cuyo entusiasmo y apoyo incondicional valoro tremendamente.
A Tamara Baumann, la mujer a la que recurrir para pruebas de lectura. Este libro es muy diferente desde que lo leíste gracias a tus aportaciones, amiga. Vivo con miedo de que algún día empieces a cobrarme.
A Alessandra Anderson, por volver a invertir su tiempo en leer una versión temprana. Es estupendo tener a una experta en casa.
Y, por supuesto, gracias a Bob, como siempre. No solo por ejercer de cocinitas y de barman, sino por ser perfecto a pesar de sus defectos.