Muestran su nieve, al sol, lejanos montes,

pero es ya suave el sosegado frío

que ablanda y agudiza

los dardos del sol alto.

Hoy, Neera, no quieras ocultarnos;

nada nos; falta porque nada somos.

No esperamos ya nada

y al sol sentimos frío.

Mas, tal como es, gocemos del momento,

solemnes levemente en la alegría

y aguardando a la muerte

como quien la conoce.