GRATITUDES
Hago pública mi gratitud a las personas cuyo testimonio me ha permitido reconstruir diversos aspectos de la época analizada, señores Raúl Apold, Eduardo Colom, Juan C. Cuaranta, Fermín Chávez, Jorge Farías Gómez, Edelmiro J. Farrell, Arturo Frondizi, Américo Ghioldi, Arturo Jauretche, Oscar Lomuto, Germán López, Domingo A. Mercante, Emesto Palacio, Juan Perón, Cipriano Reyes, Arturo Sampay, Vicente Sierra, Guillermo Solveyra Casares, Raúl Tanco, Oscar Uriondo y otros —mencionados en las respectivas notas— que brindaron referencias específicas.
También a los funcionarios de la Intervención del Honorable Congreso Nacional, de la Biblioteca del Congreso y de la Biblioteca Nacional, que en todo momento facilitaron la tarea de búsqueda en diarios, revistas y libros; al ex ministro de Relaciones Exteriores y Culto, doctor Nicanor Costa Méndez, que me autorizó a revisar el archivo del ministerio a su cargo; al ex jefe de la Policía Federal, general Mario Fonseca, que dispuso —infructuosamente— la búsqueda de los informes policiales correspondientes a 1945; a los empleados de la Biblioteca del Estado Mayor General del Ejército y de la Biblioteca de la Confederación General del Trabajo, que me brindaron información específica y material de trabajo.
A mis amigos Fernando F. Alonso, Alberto Ciria, Ramón Curti, Jorge Farías Gómez, Juan Enrique Guglialmelli, Horacio J. Guido y Miguel Ángel Scenna, que generosamente me prestaron libros, documentos, colecciones de publicaciones, folletos y panfletos de su propiedad.
A Marisel Flores, cuya inteligente asistencia me alivió de fatigosas tareas de búsqueda y ordenamiento de material.
Y de un modo muy especial a mi mujer, que durante el año y medio que duró la tarea de preparación de esta obra se resignó a que yo permaneciera instalado en espíritu en 1945, hecho un completo lelo…