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LA PASMOSA OFERTA DE CORONEL, EL NUEVO ATAQUE DE BRU Y LA SALIDA DE LA COPE

Aquel año, la Semana Santa caía tarde, en la segunda semana de abril. Por lo que Luis Herrero iba averiguando, lo que a nosotros nos contaban, lo que decía Radio Pasillo (versión COPE de Radio Macuto) y lo que celebraban nuestros enemigos, la decisión de echarnos estaba tomada. Pero dado el estilo mansurrón del hierro y su tendencia a cobardear en tablas —como hubiera dicho Coronel, gran aficionado a los toros— suponíamos que nos lo dirían la víspera de las pías vacaciones. Y así fue. Lo que nunca imaginamos —pese al intenso rumor de Radio Pasillo— es lo que nos ofrecieron.

Coronel me llamó a mediodía del 1 de abril y me citó en su despacho a las ocho de la tarde, hora inclemente, porque para empezar a las seis de la mañana, yo debía cenar a las nueve de la noche y tentar un sueño improbable a las once. Pero, naturalmente, quedamos. El atardecer, desapacible, impreciso y vagamente inhóspito, nocheaba cuando llegué a la COPE a la hora en punto. Coronel, según me dijeron, andaba en algo urgente y sin duda más importante para la COPE que hablar con su principal comunicador sobre el futuro de su programa más importante, así que me pasaron a una salita de espera con visos de purgatorio. La luz macilenta, estilo 1946, me recordaba el Tiovivo de Garci. Diez minutos pasé —penitencia innecesaria— viendo una foto del difunto papa Wojtyla con el finado Sánchez Terán, presidente de la casa que se opuso inútilmente a nuestra entrada en la COPE desde Antena 3. Cumplida la penitencia, me acompañaron a su despacho. Nos sentamos en un tresillo casi andrajoso de tan modesto, acaso lo único no reformado en la planta segunda: él en un sillón y yo en un sofá que se hundía por viejo, no por blando.

—Bueno, Federico, iré al grano La casa ha decidido que no hagas La mañana el año que viene, por todo lo que tú ya supones. Pero creemos también que es fundamental que sigas en la casa y en el micrófono. Así que de momento hemos pensado en que vuelvas a La linterna.

—¿Y qué pasa con César?

—Seguiría pero contigo. Él puede hacer de ocho a diez y tú de diez a doce. Ahora bien, si quieres hacer toda La linterna, con César o sin él, no hay problema. Lo que queremos es que sigas en la casa. Yo entiendo que es un cambio muy grande y te pido que lo pienses tranquilamente esta Semana Santa y que antes de contestarme hables con tu familia. Por cierto, ¿qué tal está tu hijo mayor?

Salvo con mi mujer, no he hablado con nadie sobre los estudios de mis hijos tanto como con Alfonso Coronel de Palma. Aunque su perenne interés me parecía una pose familiarista o un simple gesto de urbanidad, fingía tan bien el interés por quien ni siquiera conocía que yo me lanzaba a contarle graduaciones, becas, títulos, libros y universidades como si realmente pensara que le importaban. Pero esa tarde noche, el truco y el retruque nos venían bien a los dos. Él, por fin, había puesto el huevo. Y yo, que no esperaba la confirmación del rumor que nos había llegado por Radio Pasillo, necesitaba tiempo para contárselo a César y los demás, así que, tras repasar las bondades de las grandes universidades del mundo, me fui a casa prometiéndole que lo pensaría esa Semana Santa y le contestaría a la vuelta. Hice las llamadas de rigor, quedó todo el mundo estupefacto y aguardamos a ver qué le ofrecía a César al día siguiente, penúltimo antes de las vacaciones.

A las doce, hora del Ángelus y del final de La mañana, César entraba en el despacho de Coronel. Allí, con insólita rapidez, el presidente de la cadena le hizo una propuesta similar a la que me había hecho la noche anterior, pero contando con que yo no iba a aceptarla. Literalmente. Y como él pensaba —temía, lamentaba, deploraba pero creía con toda seguridad— que yo diría que no, le ofrecía a César seguir en La linterna pero ampliando y mejorando el contrato de inmediato, así que sus respectivos abogados deberían reunirse cuanto antes para firmar el nuevo. «Lo fundamental», dijo, era que nos quedáramos; pero si yo, como suponía y lamentaba, me iba, él podía y debía quedarse.

César encajó el discurso de Coronel con su proverbial tranquilidad, pero le reiteró lo que ya había anunciado en su blog cuando Bru me atacó con la excusa de «Los panes y los peces»: que si yo me iba, él se iría conmigo. Coronel, con la misma tranquilidad, le emplazó, como a mí la víspera, a contestar después de Semana Santa y de pensarlo bien. Tras lo cual se inició la tradicional rueda de prensa unipersonal de nuestro empleador-desempleador acerca de cualquier cosa: la inflación, el terrorismo español y colombiano, el futuro de la monarquía, la política exterior norteamericana, la climatología en Miami, las universidades en que pensaba César para su hija, la crisis de valores e instituciones naturales —en especial la libertad y la familia, acosadas por el PSOE—, el último libro escrito, las últimas lecturas teológicas, novelescas o ensayísticas… La dispersión y profusión de la curiosidad coronelesca eran ilimitadas, pero se concretaban fatalmente en un dolor de cabeza que tardaba horas en despejarse.

Al día siguiente, 3 de abril, anunciamos que nos íbamos de vacaciones, sin ánimo de descanso pero esperando acopiar datos antes de la decisión definitiva. Estábamos seguros de que la COPE iba a contarlo a su manera y conveniencia, como sucedió, porque en pocas horas se convirtió en un clamoreo en la red. El Mundo me pidió entonces una entrevista sobre la oferta de COPE y nuestra respuesta. Se la di, me la hizo Isabel Longhi-Bracaglia y se publicó ese mismo domingo 5 de abril de 2009 con el título «El dilema de Federico». Apareció resumida en Libertad Digital y matizada en mi blog a mediodía, con el tiempo justo de hacer las maletas.

Lo que le contaba era lo que acabo de contar:

Me dijo que habían decidido que no hiciera La mañana a partir de la próxima temporada (…) y que me ofrecían pasar a la tarde y hacer La linterna de las diez a las doce de la noche, que compartiría el programa con César Vidal, que haría las dos primeras horas, desde las ocho (…), que es fundamental que siga en la COPE y por eso me ofrecen La linterna compartida con César Vidal (…). No, no, no se habló nada de dinero ni de las razones que les habían llevado a tomar esa decisión.

A partir de ahí venían las preguntas:

—¿Entiende la decisión?

—Como estrategia empresarial, desde luego que no.

—¿Si usted fuera la COPE, qué haría consigo mismo?

—Con la crisis que hay, procuraría por todos los medios que me quedara, hasta doblándome el sueldo si fuera necesario. Y desde luego, no me movería de La mañana, que es el motor de la radio y su programa de más audiencia. Eso si fuera una empresa, pero la COPE no es exactamente una empresa.

Sobre las razones de la propuesta, pese al éxito comercial de La mañana, decía:

—No me cabe duda, detrás de esto está en una parte de la balanza la crisis y en la otra, que pesa más, la Iglesia, no todos los obispos, y el PP, aunque tampoco todo.

—¿Qué parte de la Iglesia y qué parte del PP?

—Sobre todo, Cañizares y el PP de Rajoy y Gallardón.

A la pregunta de si me había sorprendido la postura de la casa, respondía:

—Yo debo de ser el único al que no ha sorprendido la decisión de la COPE. Si ya casi es asignatura de Periodismo: ¿echarán este año a Federico de la COPE? (…). No, aún no he decidido lo que haré.

Aunque la entrevista tuviera buena intención, se había hecho a toda prisa el fin de semana y dejaba muchos cabos sueltos. Así que ese mismo día, un minuto antes de las tres de la tarde, publicaba estas matizaciones y precisiones en mi blog:

La decisión de la COPE

F.J.L.

(…).

Durante estas últimas semanas, la dirección de la COPE ha estado jugando conmigo al ratón y al gato, sin haber sentado yo plaza de ratón pero suponiendo que no podía atacar al gato, cosa cierta porque hay dos docenas de personas de mi equipo que dependen directamente de mí, y otra docena larga que dependen de César Vidal, y no podía zamparme al gato sin perjudicar a los más perjudicables. Al gato no le importará, pero a mí sí. Yo no quiero engañar a nadie, porque no es mi estilo, ni dejar tirados sin información y añadir zozobra al futuro de nadie, con la que está cayendo y la que caerá.

(…) lo sucedido en estas últimas semanas y filtrado interesadamente a medios obsesivamente adversos —La Vanguardia, El País, El Periódico, Público, PRnoticias, Periodista Digital, El Confidencial Digital y alguno más de este género— tiene, al margen de la hostilidad, parte de verdad y parte que no lo es. Intentaré aclarar ambas.

Lo realmente cierto de todo lo publicado —en las mentiras o errores no entro— es esto:

1. Que, como publican hoy El Mundo y LD, hasta el miércoles 1 de abril no se había producido una oferta de la COPE a César ni a mí. A otros, seguramente; a nosotros, no.

2. Que tras citarme el día anterior, lo que me comunica Coronel de Palma en su despacho a partir de las 20.10, es que la casa ha decidido que no continúe en La mañana (se entiende que ni dirigiendo ni participando en ella, como sucedió con Luis Herrero, que continuó en el programa tras pactar todos los cambios del equipo (…).

3. Que, según Coronel, la COPE desearía que yo siguiera en la casa y me ofrece compartir La linterna con César; él dirigiéndola de ocho a diez; y yo, de diez a doce de la noche.

4. Que me tome unos días para pensarlo y que a partir del día en que me reincorpore al micrófono, el Martes de Pascua, les dé una respuesta. Todo esto sucede en un minuto. Le sigue media hora de detalles sueltos pero significativos y naderías cordiales.

5. Al día siguiente, a las seis, Coronel ha citado, también llamándole la víspera, a César. Le ratifica la oferta que me ha hecho, pero, a diferencia de mi breve charla, César le plantea algunos de los graves problemas empresariales que supone mi salida. Coronel le plantea que si yo no acepto dirigir La linterna de diez a doce, él podría seguir al frente del programa (…).

6. Como adelantó en su blog y puede leerse en LD, César añade que, en principio, su voluntad es la de irse o quedarse conmigo, haciendo ambos nuestros programas, pero insiste en el perjuicio general que supondría para la COPE mi salida de La mañana. La conversación dura hora y media. Ante la petición de que, si es posible, tome una decisión el Martes de Pascua como me ha pedido a mí, César responde que lo intentará, pero dos días después le envía una carta breve y cordial en la que le explica que al haber tenido la primera charla el jueves y quedar sólo un día para las vacaciones de Semana Santa, sus abogados le han dicho que empezarán a estudiar el contrato y la forma radical en que lo cambia o anula la nueva oferta de COPE después de reincorporarse al trabajo a partir del lunes. Lógicamente, por lo complejo del caso, no pueden precisar la fecha en que terminarán de estudiarlo y tendrán una respuesta.

Y 7. Evidentemente, en lo temporal y en lo ético, la respuesta de César está condicionada por la mía; y la mía por la de César, así que espero que las demos conjuntamente, sin más dilación que la necesaria para estudiar dos contratos complejos y muy diferentes; y dos situaciones distintas en lo laboral aunque idénticas en lo moral.

En fin, esto es lo que hay a día de hoy, domingo 5 de abril de 2009 a mediodía, sin entrar a analizar la participación de sectores clericales y políticos o viceversa en este golpe a la COPE que, en mi opinión, difícilmente neutral, pero fundamentada, coloca a la empresa en una situación delicada y a cada uno de nosotros dos en una posición difícilísima. Reitero mis disculpas por la tardanza, pero creo haber explicado las razones. Gracias a los blogueros y lectores de LD por su comprensión. Falta nos hace.

Una semana de Pasión, teléfono e incertidumbre

Mi entrevistadora en El Mundo revelaba que iba a pasar los días de Semana Santa en un lugar sin apenas cobertura telefónica y era rigurosamente cierto. Se trataba de una casita escondida entre rocas y pinos, cerca del mar y en la que había escrito los haikus de primavera y verano del libro que estaba a punto de salir, La otra vida. Allí pensaba pasar y pensar ocho o diez días, y los pasé, pero no descansé ninguno. Como la cobertura era tan mala, sólo podía mantener una conversación fuera de la casa, en una terraza amplia, con grandes vistas, magnífica. Lo malo es que yo no estaba para paisajes y que desde el primer día de vacaciones llovió todas las tardes. Así que cuando, a partir del mediodía, me llamaban César, Luis Herrero, Barriocanal, Recarte o las jefas de mi equipo —Rosalía Sánchez, Isabel González y Rosana Laviada— la escena acababa siempre igual: yo, con un chaquetón de goretex, encapuchado bajo la lluvia, y buscando un rincón donde no se cortara la señal o, al menos, durase un rato; y procurando que no cayeran muchos goterones sobre el móvil. Mi recuerdo de esos días se resume en esa imagen: hablando interminablemente por el móvil bajo la desconsiderada lluvia y maldiciendo en hebreo y arameo porque se había vuelto a cortar la línea.

Nuestro problema básico —y no sólo por la precaria cobertura telefónica— era el de la falta de información. María Rosa de la Cierva se había sumergido en los ritos de la Semana Santa y no había nadie en el ámbito eclesial que pudiera decirnos qué es lo que realmente querían los obispos; porque dábamos por hecho que Coronel era tan sólo un mensajero episcopal. Pero no de todos los obispos y, además, de dudosa fiabilidad.

Lo que nos pedían desde el área rouquista, vía Barriocanal, era que no nos fuéramos, que la debilidad de Coronel se demostraba en que quería desplazarnos sin echarnos o echándonos pero reservándonos. En la misma línea presionaban casi todos los de Libertad Digital y Pedro J., nuestro socio en la recentísima concesión de radio en Madrid. En ella, la mayoría era nuestra: el 55 por ciento frente al 45 por ciento; y en el resto de España al revés: 45 por ciento frente a su 55 por ciento. Lástima que sólo ganásemos la concesión de Madrid y que todas las concesiones políticas centristas no lograran una sola concesión más. Nos quedaban, pensábamos, los treinta postes de Radio Marca. Pero Madrid era la única posibilidad material de empezar otra vez desde cero si al final dejábamos la COPE.

Antes de que se produjeran las concesiones en Madrid, yo le había ofrecido a Coronel asociar gratis nuestra frecuencia a las de COPE si nos la concedían. Pero Coronel, que de radio tenía poca idea y de políticos menos, creyó que se la darían a él incluso por delante de Rouco, porque un consejero importante de la Comunidad se lo había asegurado. El asunto tenía miga: el Arzobispado de Madrid fue al concurso por su cuenta y contra la COPE por la misma razón que nosotros: tener un órgano de opinión propio si cambiaban las tornas episcopales. Reelegido Rouco, nuestra indigencia no tuvo competencia. La COPE ya se oía en Madrid mientras que El Mundo y Libertad Digital no tenían radio. Por favorecer el pluralismo, lo normal es que nos la dieran, aunque yo, tras el juicio de Gallardón, no lo creí hasta que no se publicó oficialmente. Sin embargo, Coronel ocultó mi oferta antes y la manipuló y despreció después.

En el entorno episcopal nada estaba decidido: unos querían que nos quedásemos en la noche, para volver pronto, y otros sepultarnos en las tinieblas, para que no volviéramos. César decía que la oferta que me hacían a mí para media Linterna incumplía e invalidaba su contrato para dirigirla entera. Y era cierto. Pero hasta la vuelta de Semana Santa no podía reunirse con su abogado. Serían unos pocos días, pero yo me había comprometido a explicar nuestra respuesta el primer día en el micrófono, el 14 de abril. Y lo hice. Más de media hora hablé de un tirón desde las seis de la mañana, demasiado para transcribirlo aquí. Podría recurrir a lo publicado por El Mundo o Libertad Digital, pero prefiero recurrir a un periodista desconocido para mí, Jesús Merino López, que hizo en La Voz Libre, joven medio digital dirigido por Manuel Romero, un reportero genial que había conocido en Diario 16, pero que no tenía ni tiene relación profesional alguna con nosotros, una excelente transcripción de las frases clave:

Jiménez Losantos: «Esto es una chapuza»

El director de La Mañana ha puesto el conflicto con la COPE en manos de sus abogados

Madrid. Tras la ausencia de Semana Santa, en su programa La mañana del 14 de abril, Federico Jiménez Losantos expuso cuál era su situación en la COPE:

«Habrán leído en muchos sitios que ni César ni yo volvíamos a los micrófonos de la COPE después de Semana Santa. Pero ya ven que estamos aquí. Bien, ¿qué ha pasado realmente en la COPE en los últimos días? Que el miércoles a mí y el jueves a César, el presidente de la casa nos comunicó una serie de cosas que yo todavía no he entendido. Os las voy a explicar. Lo que me dice a mí el miércoles es que no quieren que haga La mañana pero sí La linterna. Pero no toda La linterna, no. De 10.00 h. a 12.00 h. La otra mitad la haría César.

»A César le aclaran que además haría La linterna sólo de 8.00 h. a 10.00 h., pero siempre que yo quisiera hacerla de 10.00 h. a 12.00 h.; porque si yo no quiero, entonces sí, él seguiría haciendo La linterna. De manera que depende de mi capricho que César conserve o no su programa. La situación es, aparte del punto de vista moral, desde el punto de vista legal, abracadabrante. Como esto se nos indica un día antes de irnos de vacaciones o de meditación, pues ahora esta semana empezarán los abogados a ver en qué han quedado nuestros contratos. Tanto César como yo tenemos contrato hasta el 31 de agosto con opción a renovar un año más.

»Yo entiendo que se nos diga: bueno, no queremos que estés en La mañana, que eres un réprobo y que además vamos a poner a gente que vaya a misa. Me parece muy bien que queráis poner a algún cura que diga misa en latín… Mi satisfacción es completa. Lo que no entiendo es cómo una persona puede ser mala por la mañana y buena por la noche para la misma empresa. Sobre todo, cuando funciona bien el programa de la mañana y el programa de la noche. Yo, sinceramente, es que no lo comprendo. Entiendo perfectamente la razón que sea: o echáis a este tío o no tenéis publicidad, o echáis a este tío o quemamos las iglesias, o echáis a este tío o no sé… cuando lleguemos al gobierno os vamos a reducir a la pobreza… Eso lo entiendo. Ahora, echar a uno pero quedárselo… se supone que para que no esté haciendo radio en otro sitio, es la primera vez que yo recuerde en la historia de la radio: irse, pero quedarse, quitarle el programa que funciona para ponerle en otro programa que también funciona pero con otro.

»Yo creo que esto ha sido una improvisación, y que no saben muy bien lo que quieren. La situación legal es caótica. Yo no sé si tenemos contrato o no. Si lo que dijo Coronel equivalía, por su parte, a la ruptura del contrato o si espera a que cumplamos nuestra parte del contrato hasta el 31 de agosto.

»¿Qué es lo que vamos a hacer César y yo? Pues ya lo anunció César ayer y se lo digo yo. Pues que nuestros abogados estudien cuál es nuestra situación laboral. La mía es rara, pero la de César es absolutamente imposible (…). Esta opción de seguir un año más pero sólo media Linterna, pero depende de que yo quiera y tal… ¿Es un contrato o es una chapuza, que es lo que a mí me parece? Yo una chapuza no la voy a perpetrar, pero tengo que asesorarme legalmente.

»¿Me han dado alguna explicación? Ninguna. Ni una palabra. Hemos estado casi mes y medio con todo tipo de rumores, dimes y diretes y la casa no ha tenido la caridad, con lo bien vista que está la virtud aquí, para aclarar las cosas. Lo hace en vísperas de vacaciones y no aclara nada. Mejor dicho, lo lía todavía más.

»Si alguien creía que nos íbamos a ir indignados y humillados, pues es que no nos conoce. Hemos aguantado todas las campañas, todos estos años, de los nacionalistas, de los del gobierno, de los de la derecha corrompida y sin corromper; hemos aguantado carros y carretas y comprenderán que una semana más o menos nos da lo mismo. La cuestión de fondo es que después de dieciocho años en la empresa en cargos de responsabilidad y después de cinco dirigiendo La linterna y seis La mañana, lo menos es que te expliquen qué es lo que pasa.

»Si la casa quiere prescindir de mis servicios, me parece muy bien… Vamos, me parece muy mal porque me parece que se va a freír espárragos y nos ha costado mucho ponerla en funcionamiento; pero bueno, son los propietarios y están en su derecho de hacerlo. Ahora, que expliquen mínimamente, que aclaren la situación: ¿siguen los contratos?, ¿han denunciado los contratos?, ¿están preparando un despido? ¿O no han preparado nada y han esperado a que nosotros hagamos el trabajo por ellos? No lo sé… Desde luego, por parte mía y por parte de César, nosotros tenemos un contrato y lo vamos a cumplir, salvo que la empresa opte por despedirnos de inmediato: “Ya que no os vais, os echamos”. Vale, muy bien, por lo menos eso está claro… “Que no, que queremos que sigáis…”. Pues os tenéis que aclarar: si nos vamos o nos quedamos, o nos quedamos pero nos vamos. Eso no tiene mucha lógica. Empresarialmente, no tiene ninguna.

»Hay una cuestión que sí quiero aclarar: se ha producido en Internet una campaña para no marcar la casilla de la Iglesia en la Declaración de la Renta, de mucha gente indignada con los obispos porque después de todo lo que hemos hecho, nos echan. Bueno, son los propietarios y ya digo que, por normas elementales de urbanidad, hay que explicar por qué un programa que va muy bien, y otro que va todavía mejor, hay que cargárselos. Yo no los entiendo y me gustaría que me lo explicaran (…). Pero esta campaña que trata de vengarse de algunos obispos, por lo que consideran una traición a la gente que ha estado aquí manteniendo esta trinchera, me parece un disparate.

»Lo fundamental en lo que me interesa insistir, es que, en principio, nosotros tenemos idea de cumplir nuestro contrato y por lo tanto terminar hasta el verano. Después que la COPE aclare esta situación que desde el punto de vista legal es intransitable, incomprensible. Yo no sé si está anulado el contrato de La linterna o no, si está anulado el mío o no, si están medio anulados. Yo creo que aquí se ha improvisado y que lo que quieren es que nos vayamos y que nos quedemos. Mira, las dos cosas no pueden ser. Ya va siendo hora de que se aclaren en la casa.

»¿Quieren una radio generalista, que tenga opiniones sobre todo, y que se pelee con quien sea? Muy bien. ¿Quieren una radio más confesional, suave, pastueña, que no les cree problemas ni aquí ni en el Vaticano? Háganla. Pero las dos cosas a la vez no pueden ser. No puedes tener una radio generalista y comercial y al mismo tiempo una radio episcopal que musite las noticias del día. Ya hay un ejemplo, que es Radio Estel en Cataluña. Creo que tiene 7000 oyentes y tiene una cadena como la de la COPE o mejor. Creo que ni las familias de los que la hacen la oyen.

»Yo no puedo ser malo en la mañana y bueno en la noche. Imposible. Si soy malo, soy malo, y si soy bueno, soy bueno. Y César, o es bueno a una hora o no es bueno, pero no puede ser bueno de 8.00 h. a 10.00 h. y malo de 10.00 h. a 12.00 h. Y encima, dependiendo de lo bueno que sea yo aceptando eso. No puede ser. Esto es una chapuza, dicho con todos los respetos para quien la ha perpetrado. Aclárense, y cuando se aclaren, volvemos a hablar. De momento, a estudiar nuestra situación legal y todos los días en nuestro horario a hacer nuestro programa.

»Yo no tengo intención de dejar la radio, ninguna. La COPE es lo que es porque la hemos hecho los que la hacemos. No hay ninguna radio más saneada hasta ahora. La crisis llegará, pero si mis datos no me fallan, La mañana ha mejorado este marzo los índices de marzo del año pasado. ¿Que quieren hacer una radio más pequeña? Háganla, pero al menos, aclárense».

El padre Bru ataca de nuevo

El que sí lo tenía claro era el padre Bru. Brevísimas horas —no creo que pudiera rezar el Ángelus— tardó en entrar de nuevo en guerra contra nosotros, demostrando hasta qué extremo podía llegar el responsable de la sección de religión en COPE, atacando en nombre de Jesús a los principales comunicadores de la cadena y hasta qué punto era falsa la oferta de Coronel, que lo toleraba. Asombra ver a un cura tratar a puntapiés a dos alejados de una fe que debía predicar con vera doctrina y piadoso ejemplo. A cambio, descubrió un nuevo ente cristológico: el «Cristo Comunicador».

La excusa de la nueva agresión de Bru fue grotesca: aprovechó una frase mía de esa mañana —«la Iglesia es la mejor ONG»— para convertirla en una especie de aserto doctrinal cuando evidente mente tenía el sentido de que, con nosotros dentro o fuera de la COPE, había que seguir apoyando a la Iglesia, poniendo la cruz en la Declaración de la Renta. A la miseria intelectual, este anti-Nazarín añadió la carga de su caballería o Crónica Blanca, cuya monja alférez se hizo llamar Elena y cuyo tono evangélico no desmerece del robusto mosén. A Bru se le podrá negar todo en el orden moral, ético y profesional, pero nunca la tenacidad en su esfuerzo para echarnos. Este es el texto que colgó en su blog y la discusión que le siguió. La transcripción es literal, sin correcciones que desvirtuarían el tono ardiente, instantáneo y fervoroso del debate, gresca o pelea. Que de nuevo —e insisto en ello, porque explica el lío episcopal a cuenta del futuro de la COPE— se produce entre personas, asociaciones o grupos que se proclaman católicos:

La Iglesia no es una ONG

Manuel María Bru

La Iglesia no es una ONG. Lo ha repetido por activa y por pasiva el cardenal Rouco Varela, arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española. Y lo ha repetido porque la estrategia ideológica de la cultura dominante siempre ha pretendido reducir a la Iglesia, su presencia y su misión, a un comedor de asistencia alimenticia. Y pretende que no sea nada más que eso, aquí y en la China comunista, aquí y en el país más supuestamente democrático y tolerante. Lo demás, que es lo más importante de la Iglesia, molesta, estorba y sobra. Porque si además de dar de comer la Iglesia también da un techo, y además de un techo un puesto escolar, y además y sobre todo un sentido a la vida con el que no sólo afrontar sin desfallecer todo tipo de crisis, sino el valor para afrontar con esperanza y con fortaleza el porvenir, entonces ya está la Iglesia regando fuera de tiesto, porque ocupa un espacio y envía un mensaje a la sociedad alternativo —y por lo que la historia demuestra, infinitamente más convincente— que el de los intereses ideológicos y pecuniarios de quienes quieren ejercer el poder de las conciencias.

Pero se equivocan. Y los muchos millones de españoles que ponen la X en la casilla de la Iglesia católica en la Declaración de la Renta, incluidos la mayoría de los oyentes de COPE, lo saben. Saben que la Iglesia, por la insuperable consideración de la dignidad sagrada de todo ser humano, y por el mandato expreso y prioritario de su Señor, estará siembre al lado de los más desfavorecidos. Pero saben también que su misión es evangelizar, integralmente, a todos los hombres, los pueblos, las culturas, las sociedades y las naciones de la tierra. Una evangelización que incluye trasladar y multiplicar esas genuinas mirada y servidumbre desinteresada a todo ser humano, y con ellas, la propuesta, siempre provocativa y contracorriente, de una manera nueva de entender y de transformar la realidad personal y social. Por eso, que no se dejen engañar los hijos de la Iglesia y los que quieran ayudarla: cooperar con la Iglesia significa defender su misión, libre de toda atadura, de ideologías, de partidos políticos, de líderes mediáticos, o de intereses espurios.

Pero como sucedió en el debate sobre la caridad —resumido en el capítulo anterior— los lectores saltaron de inmediato… al cuello del mosén:

Trajano el Romano dice:

4-14-2009 @ 13:45

La Iglesia no es sólo una ONG pero sí hace en muchos aspectos una labor propia de las ONGs, por no hablar de la cantidad de ONGs católicas.

Lo que sí es seguro es que la Iglesia, en medio de la crisis, no puede dedicar ni un céntimo de euro a mantener una emisora como la COPE. Así que si después de que echéis a Losantos y Vidal se desploman los ingresos publicitarios, ya te puedes ir buscando otro lugar donde ser el responsable de la información religiosa.

Desde luego… dice:

4-14-2009 @ 13:52

Luego dirás que te malinterpretamos, que si yo no dije, que si el sargento me dijo, que si la mahonesa… eres un cobarde por no atreverte a decir las cosas directamente. Pero ya se te va conociendo… Como eduques así a tus alevines de Crónica Blanca, va a salir una crónica verde. Purulenta.

Fandor dice:

4-14-2009 @ 14:10

La Iglesia no es una ONG, al menos no una ONG al uso, pero tampoco debe convertirse en una especie de gueto, que viva completamente ajeno a la sociedad en que se asienta. De esta manera su misión adolecería de cortedad de miras. En cambio, si puede contar con los comunicadores más brillantes e influyentes, con unos medios de incidencia en la sociedad, con las mejores plumas, con los mejores profesionales, eso que gana para sí y para el bien de todos.

Diosesprovidente dice:

4-14-2009 @ 14:23

A los comentaristas anónimos de Trajano y Desde luego, les digo:

Primero: un poco de educación. Yo no como con ustedes todos los días, ni les conozco, por tanto, les hablo de usted y con deferencia, no les tuteo ni utilizo expresiones despreciativas. Hagan ustedes lo mismo.

Segundo: ni yo ni nadie ha echado de aquí a nadie. Como ocurre en todos los MCS y en todas las empresas, se ofrecen cambios de responsabilidad, y eso no es echar a nadie.

Tercero: Pase lo que pase, y depende de estos respetabilísimos comunicadores, la COPE es mucha COPE y se ha mantenido siempre con todos los cambios ante los cuales otros también auspiciaban desenlaces desastrosos.

Cuarto: yo no he tratado este tema, ni de refilón, en mi comentario, a no ser por la oportunidad que oír a otros compañeros de la casa me da el recordar que la Iglesia no es una ONG.

Gracias, y espero que planteen en el futuro sus ideas con argumentos intelectualmente un poco más armados y razonados, pues aunque al no dar la cara el ridículo que hacen no les afecte, no creo que así lleguen a convencer a nadie.

Diosesprovidente dice:

4-14-2009 @ 14:30

Por cierto, Desde luego, se me olvidaba:

Yo no tengo alevines en Crónica Blanca. Son compañeros, amigos, todos discentes del único maestro que es Cristo Comunicador. Lo de seguidismos personalistas mesiánicos en la comunicación no va con nosotros, aunque haya otros ámbitos donde se realice profusamente.

En este foro de encuentro de comunicadores cristianos y en el patronato de su Fundación lo que hay es reconocidos profesionales y docentes de la comunicación, no pocos de ellos con importantes responsabilidades en medios y en universidades.

No ejerza lo que denuncia de mí de «que si yo no dije, que si el sargento me dijo, que si la mahonesa… que si no atreverse a decir las cosas directamente» (omito el insulto, porque yo nunca le insultaré a usted), y trabaje un poquito, busque a los comunicadores de Crónica Blanca, y dígales lo que tenga que decirles, para que sean ellos los que puedan defenderse. Le aseguro que lo harán con una educación muy edificante para usted.

Legazpi dice:

4-14-2009 @ 15:14

D. Manuel M., no deja Vd. de quejarse del mal trato, de los insultos, de la falta de respeto, del anonimato. Si no le gusta este estilo de comunicación, ¿qué hace aquí? ¿Acaso disfruta con que le respondan, en ocasiones, rudamente? ¿Está haciendo Vd. méritos frente a alguien castigándose de esta manera? ¿Todavía nadie le ha explicado en qué consiste esto de la comunicación abierta en Internet? Sea lo que sea, por favor, abandone su victimismo, es cansino y agota. Entiendo que no le guste esto, a mí no me gustaría nada, pero busque otros medios más «amables» si no le sienta bien el blog.

Ha convertido su blog en un elemento de contrapunto a la línea de opinión de su compañero FJL. Cada día entrevera en sus brillantes editoriales religiosos (y lo digo sin sarcasmo) comentarios dirigidos al desgaste y deslegitimación de su colega de La mañana. Vd. ha conseguido crear durante el último año un estilo de comunicación intrigante que desluce todo lo que de bueno podría decirnos, es decir, oscuridad, descalificar sin citar, arrojar la piedra y esconder la mano. Me sumo al contenido de la crítica de desde luego, aunque no tanto en su forma. Siempre recurre al «yo no dije», «se me malinterpreta», etc. Sea claro, por favor. Su forma oscura de criticar a su compañero de La mariana le está haciendo cada día más parecido al propio del Arcediano Glocester clariniano.

Quisiera insistir además en lo de sus subalternos de trabajo. Se empeña Vd. en decir que son sus colaboradores. D. Manuel M., no insulte nuestra inteligencia. Vd. no es ni compañero ni colaborador ya que ejerce una posición de responsabilidad sobre ellos. Es, simplemente, su jefe. La relación de Vd. con ellos no es recíproca y pretender hacerse llamar colaborador de alguien a quien uno podría motivar su despido es una impostura.

Manuel María Bru dice:

4-14-2009 @ 15:25

Legazpi:

Sencillamente no es verdad nada de lo que dice:

No es verdad que yo no haya entendido la comunicación por Internet, porque si es comunicación, es comunicación humana, y no hay ninguna comunicación humana digna de ese nombre en la que no se deba respetar a los involucrados en esa comunicación.

No es verdad que yo haya hecho de estos escritos —introducciones personales, no editoriales (estos son siempre de la empresa comunicativa, no de un comunicador)— un contrapunto dirigido al desgaste de nadie. Si es un contrapunto en el terreno de las ideas, que es el terreno en el que establezco el debate, lo será en las ideas, pero no dirigido contra nadie, sino a favor de la defensa de la Iglesia y del humanismo cristiano.

No es verdad que yo confunda compañeros con subalternos. Primero porque antes a quienes defendí —los comunicadores de Crónica Blanca— la gran mayoría de ellos —el 90 por ciento— no trabajan en este medio. Y segundo porque los que trabajan conmigo serán lo que usted diga, pero no subalternos.

Pero, esta vez, Bru no quería pelear solo. Y recurrió, como antes adelantábamos, a una especie de monja alférez que, en el género brutal, completaba lo que él disimulaba:

Elena dice:

4-14-2009 @ 17:27

Por favor, padre Bru, por favor se lo pedimos como sea la mayoría de los católicos que tienen como única emisora a la COPE:

Que se marche de una vez Federico JL de la COPE. No ha habido mayor cáncer, mayor despropósito en una cadena de ideario católico que ese señor, el cual ha traído (léalos Vd. mismo) un tipo de seguidor-oyente que en nada tiene que ver con la COPE.

No ha habido, ni habrá peor mancha para los católicos que haber tenido en «nuestras filas» a un señor que ha pedido reiteradamente el voto para una partido PROABORTISTA, proEpC y laicista. Usando la COPE para sus obsesiones personales.

La mancha de este Sr. la llevaremos con vergüenza ante aquellos que ahora se mofan, desde la SER, desde el PSOE, al decirnos: ¿no éramos nosotros, los socialistas, los sectarios maleducados y lavacerebros? Y me tengo que callar desgraciadamente.

Por favor, padre Bru. Tener al ÚNICO locutor de España que insulta a sus propios compañeros de cadena desde el micro que le sigue pagando su sueldo es LAMENTABLE y lo más rastrero.

Se lo pido, desde lo más profundo de mi ser: páguenle [sic] a ese sujeto el finiquito, que es lo único que está buscando: el dinero por ser despedido antes que su propia dignidad o profesionalidad.

Un abrazo.

Elena

Rebecca dice:

4-14-2009 @ 17:40

Sra. Elena, es usted despreciable. Su ser no puede ser muy profundo leyendo su verborrea venenosa.

Espero que usted nunca vaya a necesitar ni un plato caliente ni un techo. Por cierto, en el PP hay bastante gente proaborto y en la propia Iglesia hay hasta curas que pagan abortos. ¿Y usted se atreve a llamar a don Federico un sujeto?

Antonio M dice:

4-14-2009 @ 17:43

Sra. Elena, eso de hablar por la mayoría de los católicos que escuchan la COPE ¿no es un acto de arrogancia por su parte?

Hable por usted… que ya es bastante hablar sólo por uno siendo fiel a uno mismo. Se lo aseguro.

Saludos.

Jack dice:

4-14-2009 @ 17:56

La Iglesia ampara a elementos proetarras como Uriarte y reniega de Federico, que la ha defendido más que nadie.

Despreciable actitud.

Elena dice:

4-14-2009 @ 18:07

A los comentarios anteriores me remito para enseñar a todo el mundo qué tipo de oyente nos ha traído ese sujeto. Adjetivos, insultos y cortinas de humo.

Yo no soy, ni seré nunca una fan del PP, pero al menos no ha abogado por cambiar la ley, despenalizar el aborto y convertirlo en un DERECHO como sí hace UPyD. Es una diferencia abismal desde el punto de vista ético y jurídico aunque los seguidores de FJL ni lo sepan o se documenten.

Vds, son tan sectarios, tan carentes de respeto a una emisora CATÓLICA, que no dudan en lanzar consignas para excusar el daño irreparable que hace un Sr. que pide el voto para un partido que desea convertir en DERECHO el aborto.

Vds. no tienen vergüenza, sólo quieren seguir usando la COPE como altavoz y plataforma de lanzamiento profesional para un sujeto que ha demostrado no tener NADA en común con el ideario de la COPE.

¿No ponen siempre la excusa de la libertad? Pues váyanse a SU RADIO de ideario —X— (lo que sea) y dejen de parasitar porque Vds. no son oyentes de la cadena sino de un «líder locutor». Hemos sido muchas/os los que apagamos la COPE para no escuchar a ese sujeto. Si queremos enterarnos de lo que sucede, nos bajamos los podcasts pero sin darle audiencia alguna a ese Sr.

Y los datos me avalan: más de 400 000 oyentes MENOS en catorce meses con FJL al frente. Es un dato digno de análisis.

Se lo vuelvo a pedir, desde mi libertad, a la COPE: páguenle el dinero que pide ese Sr., que es lo único que le importa. Que deje de avergonzarnos usando el micro de la COPE para insultar a sus propios compañeros.

No he visto nunca a ningún locutor de radio o TV (Herrera, Olmo, incluso Gabilondo) caer tan bajo y tan poco profesional como usar el micro que te sigue pagando el sueldo para hacer mofa y escarnio de sus compañeros.

Lamentable.

Elena

Fandor dice:

4-14-2009 @ 18:18

El comentario de Elena no puede ser más desafortunado. Yo tengo mis reticencias a que un comentario así pueda haberse hecho de forma sincera. Más bien parece hecho a propósito para ir en detrimento del P. Bru y de los católicos a los que nos dice representar (al menos yo no me cuento entre los señalados como «mayoría»).

Es tan ridículo eso que dice de que se tiene, desgraciadamente, que callar. ¡Por un locutor de una cadena! Que además no habla en nombre de la Iglesia, sino en el suyo propio. Ni aunque el supuesto desvarío procediera de un cardenal, de un obispo o de un sacerdote. ¡De Cristo no tenemos que avergonzarnos NUNCA!

Elena dice:

4-14-2009 @ 18:31

Fandor: mal intento el suyo, malo, malo. No cuela.

Avergonzarse y MUCHO de ese sujeto por lo que he expuesto y es imposible de rebatir, ¿verdad?

Avergonzarse de una actitud tan poco profesional que le deja a la altura del betún ante la cadena y sus compañeros. No sólo ante los oyentes.

Voy a usar mi tiempo, a partir de ahora, como lo hacéis las hordas de interneteros cuya única misión no es la COPE, no, sino los intereses personales de ese sujeto.

Ya no cuela. Y voy a animar a aquellos (que son muchísimos a tenor de la bajada de audiencia) que no podemos aguantar más la vergüenza de tener de locutor a ese Sr. proabortista, laicista y cuyo único ideario es el negocio que puede montar a costa de la publicidad gratuita que le presta la COPE. Nada más le importa.

Me voy a tomar la molestia, visto lo visto en los escritos de los fanáticos de FJL que no se cansan de intentar IMPONER a la COPE, una empresa libre de tomar la decisión que quiera, a un sujeto al que le han dicho «que te largues ya de una vez» de forma muy educada, demasiado educada por parte de la COPE.

Ya está bien de hipocresía, de insultos, de bajezas para con la COPE. Lo dicho: me voy a tomar la molestia dado que vosotros, Vds. los fanáticos, no dejan de usar cualquier táctica, cualquier método o insulto.

COPE: págale el finiquito.

JESÚS alias Woodsboro dice:

4-14-2009 @ 18:59

Querida Elena:

Ante todo decirte que soy católico practicante, voy todos los domingos a misa y algún día entre semana también y trato de vivir siempre conforme a los mandamientos de la ley de Dios, por eso creo que estoy legitimado para decirte que soy oyente de la COPE y seguidor acérrimo de Federico Jiménez Losantos y César Vidal, y también quiero decirte que si estos comunicadores se van de la cadena también me voy a ir con ellos, y cuando quiera escuchar algún programa religioso lo haré en Radio María.

Lo que he notado es un cambio brutal en la emisora desde que el señor Coronel de Palma llegó a la misma, lo que antes era una emisora de radio libre con ideales católicos se ha convertido en una emisora reaccionaria y muy poco tolerante.

Según tu razonamiento ni Antonio Herrero, ni José María García, ni tantas otras estrellas de la comunicación podrían haber formado parte de esta cadena, curioso, ¿verdad? (…).

Elena dice:

4-14-2009 @ 19:12

Querido Jesús:

Vd. es muy libre de ser un «seguidor acérrimo de Losantos» como se autocalifica. Los/as demás católicos que no somos «acérrimos» de un locutor, perro, gato o equipo de fútbol, intentamos ser coherentes con nuestra conciencia y no disculpamos o justificamos a nadie que cometa fallos tan garrafales como los cometidos por Losantos.

Es más, Vd. tiene toda la libertad del mundo de escuchar a ese locutor allá donde vaya. Lo que ya no se tiene el derecho es a insultar a la cadena que, en su pleno derecho, decide no renovar un contrato o en los mismos términos anteriores.

Y mucho menos: A USAR el micro de la COPE para mofarse de sus propios compañeros. Esa actitud tan reprochable es la que las que no somos «acérrimos de nadie» no toleramos.

Nadie le está quitando la libertad de expresión a FJL. Puede irse a SU cadena o periódico y seguir con sus diatribas. Que yo sepa, nadie le ha cosido la boca. Lo que sí se ha hecho, de una vez, es no permitir el cúmulo de despropósitos e incoherencias para con el ideario de la COPE.

Saludos.

JESÚS alias Woodsboro dice:

4-14-2009 @ 19:34

Es curioso, doña Elena, que me hable de insultos cuando en esta misma emisora hace un tiempo el Sr. Jiménez Losantos sufrió una campaña de acoso y derribo, de las muchas que ha padecido. Uno de los peores insultos, no sólo contra Federico sino contra toda la cadena, fue lanzado por el «insigne católico» Juan Manuel de Prada, quien poco después era invitado a una entrevista de promoción y palabras adorables por parte de doña Cristina López sin hacer una sola mención a su artículo de ABC; no contentos con ello los directivos del grupo le premiaron con ser contertulio habitual de los espacios de cine de Popular TV, por ello pregunto: ¿qué es insultar?, ¿qué es provocar?, el tono de Ignacio Villa de hace un trimestre, ¿era conciliador o hacía férrea denuncia de los tejemanejes del gobierno al estilo de Jiménez Losantos?

No sé lo que ha pasado pero algo huele a podrido en el edificio de la COPE, y no precisamente en el estudio de Antonio Herrero donde suelen realizarse los programas sino más arriba, y sólo me queda recordar un verso de un célebre poema de Jorge Guillén [sic]: pum pum, ¿quién es? El sable del Coronel. Cierra la muralla.

Por favor, que vuelva don Bernardo Herráez, se le echa mucho de menos.

Joaquín dice:

4-14-2009 @ 19:40

No entraré en discusiones estúpidas. La COPE es una emisora que pertenece a la Iglesia; la COPE, por tanto la Iglesia, pone en su sitio a FJL; yo soy católico y por tanto estoy con la Iglesia y se acabó. Estoy con la Iglesia como lo estaba mientras mantenía a FJL, a pesar de la infinita repugnancia que me produce.

Aunque con algo de retraso, ¡¡felices Pascuas a todos!!, en particular a Vd., padre Bru.

Rodrico dice:

4-14-2009 @ 21:22

Qué poquito decoro, Sr. Bru, qué poquito.

Manan dice:

4-14-2009 @ 22:03

De vergüenza, Sr. Bru, espero que les vaya muy bien en una emisora que quebrará antes de 2011.

Aprovechen para lanzar sus diatribas, poco les queda, no me cabe duda.

Por mi parte, en cuanto se vayan FJL y CV, el dial de mi radio se mudará a otro destino para nunca volver a la COPE.

Manuel María Bru dice:

4-14-2009 @ 22:13

No voy a contestar o a comentar a 42 entradas realizadas mientras estaba dando clase en la universidad, pero sí que quiero referirme a tres inexcusables:

Primera: no puedo quedarme callado cuando a un obispo se le llame proetarra en este blog. Es absolutamente falso y altamente injurioso. Demuestra además el grado de intoxicación anticlerical tan frecuente en muchos de los tan desinformados como escandalizados que ensucian con sus insultos esta web.

Segundo: comparar a Juan el Bautista con un profesional al que se le propone un cambio en la frecuencia horaria de la radio en la que trabaja me parece una gravísima ofensa a los miles de personas —también profesionales de la comunicación— que en esta crisis económica se están quedando en el paro.

Tercero: la Iglesia no se casa con nada ni con nadie. Ni con gobiernos ni con oposiciones, ni con periódicos que no son «nuestros» periódicos ni con televisiones ni medios on-line que no son sus medios. Y desde el punto de vista económico no recibe ni un solo euro del Estado español. El 20 por ciento de los ingresos provenientes por el IRPF es donado personalmente por sus fieles a través de este sistema, y el 80 por ciento a través de entregas en efectivo o suscripciones bancarias.

Elena: no te aflija. No pierdas el tiempo con quien te insulta. Tiene razón el presidente de esta casa: «Si respondiéramos al insulto con el insulto, nos pondríamos al mismo nivel», y, añado yo, nuestra razón y sensatez buscadas y defendidas caerían tan bajo como caen, de suyo, sus sinrazones e insensateces.

Elena dice:

4-14-2009 @ 22:19

A ver si es verdad, Marian, a ver si es verdad y la COPE se libra de su perfil de oyente que no duda en atacar e insultar a la Iglesia cuando echan a su, ¡oh!, Líder.

Dieciocho años comiendo FJL de la COPE cuando no le conocían ni en su casa.

Cuando Girauta se fue, los losantianos no dudaron en saltar cual rebaño de ovejas increpándole y recordándole: «Hay que ser un profesional hasta el final y saber marcharse».

Como era de esperar, los mismos losantianos ahora no se aplican su lema.

Entrar aquí, en este blog, para insultar al padre Bru, el cual ha escrito un fantástico mensaje en el que recuerda a todos los católicos que la Iglesia no es una mera ONG y su mensaje o misión está por encima de «locutores estrella o cualquier tipo de presión» me parece de lo más ruin y otra (ya van decenas) muestra del tipo-perfil oyente losantiano.

Señor, qué cruz. Y qué paciencia tiene la COPE.

Elena dice:

4-14-2009 @ 22:29

Estimadísimo D. Manuel María Bru:

Lo sé, sé que no debería de ponerme a su nivel, pero como no soy tan buena católica como lo pueda ser Vd., tengo mis defectos mundanos.

Y uno de esos defectos es el no quedarme callada y tolerar el atropello hacia mi Iglesia, hacia aquellos que se están comportando elegantemente con quien no se lo merece, visto el comportamiento de estos dos locutores, los cuales, no han dudado en usar la LIBERTAD que les da la COPE para insultarla desde el micro de su propia casa.

Ya quisieran estos dos valorar la libertad que les ha proporcionado la COPE durante estos años. Lo malo, lo ruin, es que la confunden con el uso (mal) sesgado del todo vale para sus propios intereses personales.

Me disculpo con Vd., padre Bru, por enzarzarme en su blog con esa gente. Lo siento de verdad, pero no puedo evitarlo. Alguien tiene que responder, de una vez, ante tanto insulto.

Un fuerte abrazo,

Elena

Rodrigo dice:

4-14-2009 @ 23:06

A mí esta señora o señorita Elena me parece un personaje inventado, no sabe ni de lo que habla ni lo que dice.

Federico, señora Elena, no sé si lo sabe, pero factura en su programa el 75 por ciento de lo que factura la cadena COPE entera. ¿Y es Federico quien vive de la COPE?, ¿o viceversa? Menos sandeces, además Federico que yo sepa, y le llevo escuchando desde el año 2003, no insulta a la Iglesia, en todo caso ha podido criticar puntualmente y cuando así se ha dado actitudes de ciertos miembros de la Iglesia que cometen actos poco decorosos representando a quienes representan.

No pongamos en boca de Federico cosas que no ha dicho. Es más, muchísima gente, creyente o no (y en mi caso, soy creyente) ha puesto la X en la declaración de la renta porque Federico lo ha pedido o lo ha dicho. Y eso le honra a una persona atea, pero por lo que ha dicho esta mañana, porque SINCERAMENTE cree que la Iglesia ayuda, por eso ha dicho lo de la mayor ONG del mundo.

Sr. Bru, este post que ha escrito no tiene ni pies ni cabeza, aprovecha la más mínima tontería y hasta desliz semántico si me apura para arremeter contra Federico Jiménez Losantos. Yo, como joven oyente de la COPE, pero sobre todo como joven católico, me avergüenza su actitud. Y se lo está diciendo alguien que va todos los domingos a misa y lee las lecturas, ya que nos las vamos dando todos de católicos, no tengo por qué decir que yo no lo soy.

Cuánta tontería, por favor. Dedíquese a lo que se tiene que dedicar y menos a meterse con los compañeros de empresa. Luego no se sorprenda si Federico le lanza alguna cruzada, el que ha empezado, aquí queda claro, es usted con su actitud irreverente.

¡Saludos!

Diosesprovidente dice:

4-14-2009 @ 23:09

¡Elena, por Dios, no te disculpes, si tienes toda la razón del mundo!

Y Rosa, ¡qué alivio!: por fin alguien que ha entendido lo que es la COPE.

Gracias, Manuel María Bru.

Rodrigo dice:

4-14-2009 @ 23:12

Queda patente que no ha querido entender lo que ha dicho Federico con lo de la ONG… para ser usted todo un intelectual, sinceramente, sorprendido me he.

Ángel O. dice:

4-14-2009 @ 23:15

Es de vergüenza tanto los insultos absurdos que profieren los pro don Federico como los que lanzan sus contrarios, su contraria me atrevería a decir, y que un sacerdote la apoye sin fisuras sin llamarla a la más mínima corrección.

Porque, ¿que no insulta doña Elena, señor Bru?, ¿pero cómo habla así de ella y hacia ella? Por favor, ¿que usted no ataca con virulencia al gobierno los domingos por la mañana?, ¿pero a quién pretende engañar? ¡Ah, sí, que lo hace sin mala intención!… Ya, como todos nosotros imagino.

Miren, aquí lo único que se ha producido es una persecución del poder contra un medio libre y hay quien está cayendo en la trampa. La persecución la ha encabezado la izquierda española y los nacionalismos independentistas, y finalmente ha conseguido lo que querían, abusando de unas creencias que persiguen han creado una persecución religiosa desde la propia Iglesia contra don Federico, al que en ningún otro medio echarían si produjese los beneficios que produce en la COPE, defendiendo como defiende su ideario casi a la perfección. Porque perfectos no hay nadie, ¿o todavía no se han dado cuenta de eso, señora Elena y señor Bru?

¿Sólo insulta don Federico? ¿Y don César? Sí, que yo lo he oído. ¿Y doña Cristina? Sí, que yo la he oído. ¿Y don Carlos Herrera? Sí, y cosas peores. ¿Y don Luis del Olmo? Sí, que yo lo he oído. ¿Y doña Encarna Sánchez, que en paz descanse? Sí, que yo la he oído decir eso de «pedazo de sinvergüenzas». ¿Y don Gabilondo? Por favor…

¿Y usted, doña Elena, no insulta?

A usted, don Manuel María, no se lo pregunto, no quiero ni ofenderle con la insinuación.

Por favor, menos hipocresía y unámonos todos para luchar por la libertad y la verdad contra el mal que la acecha.

¿A los que siguen al mal podrían llamárseles los malos?

Un saludo a todos. Por cierto, don Manuel, me gusta mucho lo de Dios es providente, pero a mí me gusta más decir el Señor provee.

Diosesprovidente dice:

4-14-2009 @ 23:19

Rodrigo:

Siento que veas las cosas así. Yo no he insultado nunca a quien tú dices. Ni en este blog ni en ningún sitio. Tampoco te creas lo del 70 por ciento. Te aseguro que es absolutamente falso. Y sé de lo que hablo. No te ciegues. ¿Quién ha puesto en boca de quién nada? Yo desde luego no. ¿Es que no puedo hablar de la identidad de la Iglesia ya porque todo lo que diga se tiene que relacionar con el mismo asunto?

Pero eso no es lo importante. Lo importante es que hay algo que nos une a ti y a mí que es mucho más importante que todo esto, por lo que me dices. Y si te ofende lo que digo, lo siento de veras. Para mí tú y todos los cristianos sois, uno por uno, mucho más importantes y valiosos que toda esta discusión seguramente estéril. No dejemos que esto nos desuna. Por mi parte te puedo asegurar que no tengo ningún enemigo, ni el que me achacas, ni ningún otro, al menos propiciado por mí. Aunque no te conozca, me importa lo que dices, y no quisiera que me tengas por enemigo.

Netmark dice:

4-14-2009 @ 23:20

Pater Bru, es usted un petardo.

Senator dice:

4-15-2009 @ 2:14

El usuario Elena es un troll del ron Bru al se le ve de lejos mirar el rabillo de o la hacen idénticos [sic].

Ay, padre, que se va a condenar.

Anodino dice:

4-15-2009 @ 2:19

Padre, soy un fan de su programa de Popular TV pero hace algunas semanas que no vuelve de las vacaciones.

Jack dice:

4-15-2009 @ 7:46

Sí, hay curas y obispos proetarras. No simplemente nacionalistas, cosa que ya es grave.

Cuando se niegan a oficiar funerales a las víctimas de ETA, cuando se lamentan ante las cámaras de televisión por lo peligroso que es para las familias de los asesinos de ETA (ellos no los llaman así, sino queridos hermanos) acudir en coche a ver a sus familias, se camina de la mano de los asesinos.

Uriarte no se lamenta por los kilómetros que tienen que hacer las familias de las víctimas… a los cementerios.

Se podría analizar la visión cristiana del asesino arrepentido, pero estas hienas no se arrepienten, se mofan de los muertos y de sus familias, y en su cara, en los juicios.

Hay muertos. Personas que lo han perdido todo por haber perdido a sus seres queridos. Personas con miembros amputados por la metralla del odio nacionalista. Vidas terminadas bajo directrices vasquistas y catalanistas.

Y la Iglesia les ha dejado y les deja de lado. Y nadie reacciona. Y digo dos nombres: Setién y Uriarte.

Sr. Bru, se le nota demasiado que no está acostumbrado a que le digan las cosas de forma clara y sin modismos feudales.

Manuel María Bru dice:

4-15-2009 @ 13:57

No voy a comentar nada sobre el tema piloto de la mayoría de estos comentarios acerca de la propuesta de cambio de programa a un comunicador más de esta radio, entre otras cosas porque el tema ya me aburre, y porque además, en el panorama de una iniciativa de comunicación social como es COPE, y no digo nada en todo el panorama comunicativo, no es una cuestión tan trascendente e importante. No saquemos las cosas de quicio: es sólo una propuesta de cambio de programa entre muchos programas a un comunicador entre muchos comunicadores.

Pero insisto en que no voy a pasar por alto que se insulte aquí a los obispos. La única institución de este país que ha condenado todos y cada uno de los atentados de ETA ha sido la Conferencia Episcopal Española, con la anuencia de todos sus miembros. Cada uno de los obispos españoles ha sido más firme contra el terrorismo que el que más lo haya sido que no sea obispo. Busquen una sola frase proetarra de un obispo, busquen, que no la van a encontrar.

Jack dice:

4-15-2009 @ 17:54

Hace sólo quince días, Uriarte se lamentaba ante las cámaras de las penurias de los familiares de los bastardos etarras. En el terrorismo, o se está contra ellos o se está con ellos. Y Uriarte y Setién, entre otros muchos, están con ellos, con los asesinos, con los que le arrancaron las piernas a Irene Villa, con los que descerrajaron un tiro en la cabeza de Miguel Ángel Blanco. Si los apoyan, son igual que ellos.

Manuel María Bru dice:

4-15-2009 @ 18:00

«Sr. Bru, una cosa es usar el blog para criticar a Federico Jiménez Losantos, y otra bien distinta es negar lo que ocurre en el País Vasco. Con esto demuestra usted que su talla moral apenas llega a los zapatos de cualquier persona sensata».

Tres afirmaciones: dos mentiras —cite usted si no una sola frase mía en este blog que las justifique— y la tercera afirmación sobre mi talla moral es su opinión, pero si intenta justificarla con las dos mentiras anteriores, es mejor que se busque otros argumentos.

Juvenal dice:

4-15-2009 @ 19:22

Sr. Bru, ¿por qué en la web de la COPE tildan de proetarras a dos payasos que han realizado un vídeo en que se manifiestan en contra de la dispersión de presos y no dicen lo mismo del Sr. Uriarte cuando hace pocos días dijo algo parecido?

Juan Carlos dice:

6-2-2009 @ 13:53

Queridos blogueros:

He llegado accidentalmente a este blog y sus distintos comentarios y no puedo sino manifestar mi más profundo pesar.

No merece mayor comentario el comentario del señor Bru; es su opinión y aunque no la comparta me parece respetable. Lo que no me parece respetable son las contestaciones que da a las opiniones discrepantes y sobre todo las de Elena. Carecen de humildad, de tolerancia, de transigencia, de perdón y de cualquier virtud cristiana, y le hacen reflexionar a cualquiera sobre su condición de cristiano y lo que esto significa.

Siento que Elena se sienta tan humillada por los millones de oyentes que aprecian la labor de FJL. Ese exceso de sensibilidad rayano en el sectarismo es más propia de una Iglesia raquítica y enquistada que de la Iglesia moderna y abierta que la sociedad necesita.

Hasta ahora creía que la Iglesia era la comunión de fieles, pero vistos los comentarios, mucho me temo que siga siendo una estructura de poder perfectamente jerarquizada que dirige un rebaño cada vez más escuálido.

Querida Elena, si tanto te molestamos los seguidores católicos de Federico nos iremos con su partida; después de tantos años oyendo «vuestra» cadena no queremos molestar.

Sr. Bru, es muy fácil decir que no hay obispos proetarras. Seguramente nadie ha pillado aún a ninguno en una asamblea de ETA o con una pancarta haciendo proselitismo de la misma, pero es un hecho incontestable que durante muchos años, en Euskadi, cuando se asesinaba a alguien, había que llevarlo fuera a celebrar su sepelio porque las iglesias vascas cerraban sus puertas a cal y canto a algunos de los hijos de Dios.

No hablo sólo de víctimas anónimas; recordará Vd. el caso de Gregorio Ordóñez, cuya familia hubo de desistir de celebrar misas de aniversario porque ningún párroco se prestaba a tan cristiana ceremonia. Quizá no guarde en su memoria el asunto del párroco de Maruri, o los innumerables intentos de monseñor Setién de capitalizar el «problema vasco» para mediar en un proceso secesionista. Y todo ello sin que los obispos de turno pronunciaran una palabra más alta que otra.

Y a todo ello, el documento aprobado por la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal «Valoración moral del terrorismo en España, de sus causas y de sus consecuencias» fue aprobado con cinco abstenciones y «ocho votos en contra».

No diré yo que hay ocho obispos proetarras, pero cuando menos no está muy clara la valoración moral que a la iglesia le merece el terrorismo.

En todo caso, es un hecho incontestable que los últimos tiempos de la Iglesia en Euskadi han sido tiempos de oprobio y de vergüenza.

El problema no es haberse manchado de lodo la sotana hasta los ijares, el problema es la falta de humildad suficiente para enjuagarla de vez en cuando con un poco de agua limpia que le haga perder el olor a rancio.

Espero no haber ofendido a nadie pero, de ser así, pido encarecidamente disculpas, no sin antes lamentar como cristiano (y en consecuencia miembro de la Iglesia) la desafortunada decisión empresarial de COPE de deshacerse de su activo más importante y sobre todo de hacerlo con una actitud que vistas las contestaciones está muy próxima a la soberbia.

(…).

El debate duró mucho más, pero creo que con lo reseñado queda claro que, también en esta ocasión, la pelea se produjo entre dos bandos católicos: el de Bru y su monja alférez, y los que estaban y están en contra de muchas más cosas en la Iglesia que nuestro despido de la COPE. Entre ellas yo resaltaría dos: la sumisión sectaria a la jerarquía cuando se inclina ante el poder político, y la complicidad con el terrorismo que, por compartir con ellos el credo nacionalista, han mostrado durante décadas muchos obispos vascos. Que este era un problema enquistado en la Iglesia lo prueba que el Vaticano ha cambiado drásticamente en los últimos años su política de nombramiento de obispos en el País Vasco, privando al soviet de la diócesis del poder absoluto que ha ejercido durante muchos años. El movimiento Germinans Germinabit en Cataluña apunta en una dirección parecida, seguramente porque el vaciado total de iglesias y seminarios, impensable hace treinta años, es muy parecido en los predios nacionalistas.

Pero la virulencia del debate y la coincidencia que muchos de los críticos con Bru muestran con lo que podríamos llamar la «línea rouquista» explica que, pese a la complicidad de Coronel con el padre Bru, todavía nos hicieran llegar una última oferta para que nos quedásemos en la COPE. Me la hizo Barriocanal a mí, justo la víspera de la cita definitiva con Coronel para aceptar o rechazar lo que nos había ofrecido. Sin embargo, todo acabó como el rosario de la aurora.

La campaña denigratoria de Coronel y nuestra salida definitiva de la COPE

Aunque en su propio blog cosechase Bru menos apoyos que nosotros, lo cierto es que el apoyo fundamental, el de la empresa, nos faltó. Peor aún, antes de nuestra decisión definitiva, el presidente de la COPE empezó una campaña de infundios contra nosotros que duró todo el tiempo que estuvo al frente de la cadena y que se manifestó incluso antes de que diéramos una respuesta a su presunta oferta, que en realidad eran dos: una, hacer yo media Linterna; otra, si no aceptaba, ampliar y mejorar de inmediato el contrato de César para seguir haciéndola entera.

Coronel encargó a su brazo derecho, Jenaro González del Yerro, y al izquierdo, Rafael Pérez del Puerto, atraer a su lado a los comités sindicales que pudieran preocuparse por una posible caída de audiencia y de publicidad y por el ERE consiguiente. Yo no criticaría esa aproximación de los píos directivos de la COPE a los sindicalistas comunistas y socialistas de no estar vigente la doble oferta de Coronel para que siguiéramos en la casa. Pero lo estaba. El trabajo subterráneo empezó antes de irnos. Y mientras Coronel juraba y perjuraba que de verdad quería que siguiéramos en la COPE, se dedicó a difundir toda clase de falsedades y no pocas estupideces sobre La mañana y lo que económicamente suponía para la empresa. Mi duda es si contaba con que CCOO divulgase esos acuerdos directivos-sindicatos. Me inclino a creer que sí, porque el mero hecho de publicarla nos empujaba a irnos. En todo caso, como hizo con la campaña de Bru, Coronel no desmintió, aclaró o matizó esta nota del Comité Intercentros, con mayoría comunista, que apareció en la web de Comisiones el 22 de abril:

Ante la incertidumbre y los insistentes rumores sobre la situación de la cadena COPE en estos momentos, la Comisión Permanente del Comité Intercentros, los delegados sindicales de CCOO en COPE y la presidenta del Comité de Madrid, se reunieron el martes 21 de abril con el director general del Área Financiera, Rafael Pérez del Puerto, el director general de Recursos Humanos, Jenaro González del Yerro, y el director de Recursos Humanos Carlos Cano. Como ya viene siendo habitual a la reunión no asistió el presidente de la compañía Alfonso Coronel de Palma que estaba convenientemente citado en tiempo y forma. Hace cinco meses que no se reúne con los representantes legales de la plantilla a pesar que estamos en uno de los momentos más convulsos de los últimos tiempos de COPE.

Con respecto a la parrilla de la programación, la dirección de la empresa ha confirmado que Federico Jiménez Losantos no hará el programa matinal La mañana la próxima temporada. El presidente, nos dice la dirección, le ha ofrecido hacer el segundo tramo de La linterna porque es bueno para la compañía. Basan esta decisión en la pérdida de audiencia del comunicador en los últimos meses, cifrada en 500 mil oyentes. La dirección de la empresa explica que el gran volumen de publicidad que genera La mañana se debe a que está en el prime time de la radio en todas las cadenas, independientemente de quién sea el comunicador que esté al frente. En cuanto a la sustitución, la empresa está barajando diversas opciones dentro y fuera de la Casa.

Los directores generales nos han confirmado que el presidente no quiere presentar un ERE en COPE. El encargado de los asuntos financieros ha explicado que si se gestiona bien la compañía, no habrá problema: no hay deudas, hay tesorería, un buen colchón financiero y líneas de crédito, además de suficientes activos para hacer frente a la crisis.

Han negado rotundamente negociaciones sobre posibles acuerdos empresariales con otros grupos de comunicación. El director general encargado de las relaciones laborales insistió en que la Conferencia Episcopal considera necesario mantener la propiedad de COPE.

La dirección ha confirmado que va a recurrir judicialmente el concurso de reparto de frecuencias en la Comunidad de Madrid. Los representantes de los trabajadores y trabajadoras le han instado a que además pida una suspensión cautelar del concurso.

No me extraña que los sindicatos no protestaran contra el cúmulo de trolas alegado por la plana mayor de los ejecutivos de la empresa. Para ellos siempre fue más importante acabar con la COPE como órgano de la derecha que defender los derechos de los que trabajaban en ella, tal vez porque los «liberados» no lo hacían y disfrutaban poniendo a caldo a las «estrellas» de la cadena, fueran cuales fueran. La hemeroteca prueba el doble juego y la acreditada pericia en insidias contra García, Antonio, Luis y, pese a los excelentes resultados económicos, contra mí. Y aunque se había abierto, como dicen, un momento especialmente convulso en la empresa, era mucho mayor su satisfacción ideológica que su preocupación laboral.

Sólo eso explica que no refutaran una mentira flagrante y una estupidez manifiesta. Eso de que yo había perdido «quinientos mil oyentes en los últimos meses» era falso de toda falsedad y tanto el pío Jenaro, como el simpático Pérez del Puerto y el severo Cano lo sabían de sobra, igual que los esforzados liberados de la casa. Pese a la feroz campaña en contra del gobierno, los nacionalistas y el PP, por no hablar de obispos y curas de la casa, el segundo EGM del año me había adjudicado unos pocos miles de oyentes menos que el primero, que no supuso variación esencial con respecto al año anterior. Más bien al contrario: la fortaleza demostrada por nuestra audiencia acreditaba que tarde o temprano el EGM reconocería nuestra subida. Cosa, por cierto, que sucedió apenas tres meses después. 500 000 oyentes era, en realidad, lo que había subido La mañana desde que la cogí con 900 000 hasta los 1400. 000 que me adjudicaban entonces. ¿Por qué mentir de ese modo?

Más estúpido era todavía el argumento de que el gran volumen de publicidad de mi programa se debía únicamente a que estaba en el mejor horario comercial, lo que llaman prime time. El mismo horario tenía cuando me llamaron y el mismo horario tenían otros programas a los que les iba bastante peor. En publicidad, que fueron los que más se resistían a mi marcha, estaban encantados por la subida de los ingresos desde Navidades, o al menos eso me dijeron a mí. Por otra parte, si da lo mismo quién haga el programa de la mañana en una cadena de radio porque, de creer a los directivos de la COPE, los anunciantes no eligen cadena sino horario, ¿a qué venía tanta preocupación? ¿Por qué los heroicos sindicalistas no tranquilizaban a los trabajadores de la casa pero tampoco contradecían tan solemne bobada?

Y el remate era uno de los subterfugios de Coronel para disimular un fracaso empresarial: que nos concedieran a El Mundo y Libertad Digital una frecuencia por Madrid que también apetecían otras cadenas, entre ellas la COPE. ¿Por qué no dijeron Jenaro y compañía a los de CCOO que antes de las concesiones yo se la había ofrecido a Coronel, gratis, para mejorar la cobertura de la COPE en la capital, si es que la necesitaban? ¿Por qué no añadían los tres mosqueteros de Coronel que el primer competidor de la COPE había sido el Arzobispado de Madrid? ¿Y por qué no calmaban al rojerío sindical explicando que todavía no habíamos contestado a su oferta, pero que esta era buena y confiaban en que la aceptásemos?

Probablemente, porque en la empresa cabía un tonto menos, pero ni un mentiroso más.

La última oferta de Barriocanal

Desde el 22 de abril al 11 de mayo, fecha en que acordamos dar una respuesta definitiva a Coronel sobre su doble oferta —doblemente falsa como demostró, no sé si involuntariamente, la nota del Comité Intercentros dominado por CCOO— el clima osciló entre lo caótico y lo despótico, sin desdeñar lo brutal, lo corrompido y lo ridículo. Rouco callaba como una tumba etrusca: dio largas a una entrevista que le había pedido yo a través de María Rosa de la Cierva para ver qué es lo que quería realmente y ni contestó a la que le pidió personalmente Luis Herrero. Sin embargo, el rouquismo nos transmitía el mismo mensaje del pedrojotismo: resistir a todo trance, con media Linterna o como fuere, que ya cambiarían las tornas. ¡Como no tenían que resistir ellos! Pedro J. lo haría para salvar su periódico; y Rouco para salvar su alma, pero entre ambos me tenían frito.

Sin embargo, estaba escrito que aquello debía terminar ridículamente mal, entre la charlotada y el esperpento. La víspera de la cita con Coronel, me citó a las ocho de la tarde Barriocanal en el VIPS de Alcalá, enfrente de Correos y la COPE. Su propósito estuvo claro antes de que el camarero trajera la modesta macedonia de frutas y el té de bolsita que acabarían siendo mi cena. Quería que César y yo nos quedáramos en la COPE y quería saber qué posibilidades había, salvo la de seguir yo en La mañana, que ya había sido públicamente descartada por la empresa.

—Mira, Fernando, te lo digo con la confianza que siempre hemos tenido: yo no tengo ninguna gana de quedarme después de la campaña de Bru y de Coronel, sin que nadie de nuestros supuestos amigos arzobispales haya dicho una palabra.

—Para eso estamos aquí. Para decirla, o sea, para llegar a un acuerdo. Y creo que aún es posible. A la COPE no le conviene que os vayáis César y tú. Y estoy seguro de que a vosotros tampoco os conviene profesionalmente, aunque entiendo que personalmente las cosas de Bru o de Coronel os hayan cabreado. Y con razón.

—Perdona la pregunta, pero ¿tú me lo estás diciendo en nombre de Rouco?

—Perdona la respuesta: ¿estaría yo aquí si Rouco no quisiera que estuviese?

—Bueno, pues para dejarnos de acertijos: yo no puedo aceptar media Linterna por respeto a César. Y mientras los coroneles y los brus sigan mandando en la COPE, lo que me apetece es hacer lo mismo que los toreros en las plazas bordes: quitarme las zapatillas, sacudirme la arena y largarme con intención de no volver.

—De acuerdo: lo de compartir La linterna es una chapuza. Pero ¿y hacer tú La linterna entera? Sería volver a tu programa anterior y esperar a que las aguas vuelvan a su cauce.

—Para mí sería muy cómodo esperar a ver si Nacho Villa se pega el bofetón, pero ya te digo que a César no lo dejo en la estacada. Si él fuera a La mañana, no me importaría demasiado. Bueno, sí me importaría pero, con tal de que dejarais de volverme loco, lo podría aceptar. Pero como César no puede hacer La mañana yo ni quiero ni puedo hacer La linterna.

—¿Y si encontráramos una forma de que César hiciera en La mañana lo que a él más le gusta hacer, los programas de historia, la cultura, el teatro y esas cosas?

—No me imagino yo a Nacho Villa saludando a César.

—¡Qué pesados con lo de Nacho Villa! No es imposible pero no está hecho.

—Allá la COPE. Pero César no puede hacer un espacio, dos o tres, en el programa de Nacho, que no le llega a la altura de los zapatos.

—¿Y qué crees tú que podría hacer César en La mañana y que resultara aceptable para los dos?

—Lo único medianamente respetable sería darle el magacín, de diez a doce. O mejor, de doce a una. Que Nacho aburra a las ovejas hasta las diez y que César las ilustre hasta la una.

—De acuerdo.

—Pero antes tengo que decírselo a César; y lo normal es que diga que no.

—Bueno, tú díselo y llámame en cuanto hayas hablado con él. A ver si salvamos esta situación. Que, perdona que insista, es mala para la COPE pero también para vosotros.

—Peor que lo de ahora, imposible.

—Todo puede empeorar. Y también mejorar. Habla con César y convéncelo.

—Es más fácil que me convenza él a mí. Pero que no se diga que nosotros evitamos la última posibilidad de acuerdo.

—Bien, pues cuanto antes, mejor. ¿Qué tal la macedonia?

—Insípida, pero cumple su papel. Como Nacho, más o menos.

—Mira que eres malo. ¡Pobre Nacho! Pero vámonos, que tú tienes que dormir; y antes tienes que hablar con César y me llamas, ¿de acuerdo?

—De acuerdo.

Al salir era ya de noche. Llamé a César desde casa, porque si llego a entrar en el estudio, en un descanso del programa, Radio Pasillo lo hubiera retransmitido en directo. Y quizás porque él también estaba harto de presiones amicales, aceptó.

—Es una salida chapucera, pero bastante honrosa. Si tú aceptas, yo también.

—Bueno, pues llamo a Barriocanal para decírselo y que él llame a Coronel.

Y eso hice. Fernando parecía contentísimo y me dijo que de inmediato lo comunicaba y llamaba a Coronel, por este orden. Se lo dije también a Recarte y a Pedro J., que parecieron aliviados. Pedro, entre aliviado y eufórico. Yo no acababa de creerme que el año de linchamiento terminara así, pero estaba decidido a no poner verde a Coronel y, si se rompía la cuerda, a no romperla nosotros.

Decir que dormí sería inexacto, pero todos los días amanece, el 11 de mayo también. Empecé La mañana y la terminé sin decir ni pío a nadie. Y a las doce, con el Ángelus, entré en el despacho de Coronel, que esta vez no me hizo esperar.

—Supongo que te ha llamado Barriocanal para contarte nuestro acuerdo de ayer.

—Sí, me ha llamado. Pero yo te reitero la misma oferta que te hice.

—¿Eso quiere decir que lo de ayer por la noche no vale esta mañana?

—Bueno, Fernando habrá hecho lo que a él le haya parecido. Pero la oferta que sigue en pie y que me encantaría que aceptaseis es la de compartir La linterna.

—Bien, pues a eso ya sabes que la respuesta sólo puede ser no. O sea, no.

—¿Seguro?

—Mira, no mareemos más la perdiz. Vamos a terminar esto educadamente.

—Si te parece, llamo a Alfonso Nasarre y que prepare una nota conjunta.

—Cuanto antes, mejor.

Vino Alfonso, en dos minutos quedó clara la nota y en otros diez la trajo redactada. Llamé a César para decirle que de lo dicho no había nada y él pareció bastante aliviado. Volví a llamarlo para leerle el breve comunicado, me dijo que adelante y pocas horas después la COPE lo hacía público. Decía esto:

La cadena COPE, antes de Semana Santa, ofreció a Federico Jiménez Losantos hacerse cargo de un programa de dos horas, de diez a doce de la noche, en lugar de seguir al frente del programa matutino La mañana. A César Vidal se le ofreció dirigir y presentar La linterna de ocho a diez de la noche. Ambos comunicadores, después de haber estudiado estas ofertas, han decidido declinarlas.

Tanto Federico Jiménez Losantos como César Vidal como todos los miembros de sus equipos seguirán al frente de sus programas hasta el 31 de agosto de 2009.

Ambas partes quieren poner de manifiesto, en estos momentos, la satisfacción por el buen trabajo realizado durante estos últimos años al frente de los programas La mañana y La linterna y expresan su deseo de que el futuro esté lleno de éxitos profesionales para todos.

Madrid, 11 de mayo de 2009

Y así concluyó legalmente nuestra estancia en la COPE. Acordamos que, para cumplir el contrato, mi equipo y el de César hicieran nuestros programas hasta el 31 de agosto, aunque nosotros nos despediríamos, como siempre, a mitad de julio. Ese año, sin embargo, no tendríamos muchas vacaciones. Además del día de la despedida en directo, que después de tantos años prometía ser de mucho llorar, nos esperaba el mayor reto de nuestra vida profesional: inventarnos una cadena de radio para toda España a partir de una sola frecuencia de radio: el 99.1 de Madrid.

Los últimos dos meses en la COPE fueron de acción viperina por parte de Coronel y sus secuaces, que se pusieron la venda antes que la herida y acabaron liándose como momias; y de frenética actividad por nuestra parte, para intentar lo que todos, amigos y enemigos, consideraban imposible: empezar a emitir en septiembre desde unos estudios que no teníamos, en una frecuencia que nunca había sonado y con una estructura comercial inexistente. Lo que sí teníamos era una programación extraordinaria, de gran cadena nacional. Sólo había un pequeño problema: no sabíamos cómo ni cuándo podríamos emitirla ni si tendríamos socios y anunciantes cuando empezáramos. Pero el hecho de salir de aquel nido de víboras en que para nosotros se había convertido la COPE nos producía tal alivio que cualquier proyecto nos parecía hacedero. Sólo César y yo estábamos convencidos de que podríamos empezar en septiembre, pero es que nadie se había quitado un peso de encima tan insoportable como nosotros. La aventura de esRadio acababa de empezar.