
La conciencia
del amor
El violeta del cielo quedaba reflejado en las aguas del lago, tiñéndolas de su color. Conforme las aves se fueron alejando apareció un grupo de luces sobre su superficie que saludaron a la niña oscilando de izquierda a derecha. De pronto, con un rápido movimiento sincronizado todas ellas se ordenaron, formando una estrella geométrica en cuyo centro permaneció brillando una preciosa luz rosada.
Al cabo de unos segundos esa luz se expandió, llenando con su rosa toda la estrella, pasando a situarse en su interior otra luz de color azul, que volvió a derramar su colorido hacia todas las demás.
Y así, sucesivamente, todas las luces fueron ocupando su centro, llenando la estrella de luz y color, formando un espectáculo luminoso que duplicaba su belleza al quedar reflejado en el agua.
—¡Esta es la forma en que mis compañeras te quieren dar la bienvenida! —le dijo Shankal a la niña.
—¡Qué bonito es ahora todo! —exclamó feliz.
—Siempre fue así, pero ahora lo percibes en plenitud, pues en tu mente está la Energía del Amor.
Ésta es la fuente de todo lo que es bello, y siendo consciente de ella, de la belleza que hay en ti, lo eres también de la belleza que te rodea —le hizo saber su maestra.
A pesar de no estar ya iluminada por la Luz de Shankal, un placentero Éxtasis de Amor seguía inundando a la pequeña.
Ahora estaba iluminada por su propia Luz.
Con lágrimas en los ojos, emocionada, miraba al lago contemplando como las luces se despedían de ella.
Y entonces, se le escapó un suspiro:
—¡Nunca antes estuve tan bien!
—Y no dudes que, al igual que en tus sueños, esto es totalmente real.
La niña se quedó sorprendida.
—Y tú, ¿cómo sabes lo que sueño?
—¿Recuerdas a Samuel, el pez rojo que te guiaba?
—Sí.
—Yo era Samuel.
—Pero esto no es posible, ¡sólo eran sueños!
—Todos tus sueños son reales, y no sólo en los que yo he estado contigo.
—¿Reales?
—Sí, porque existen, y todo lo que existe es real. No identifiques «realidad» con «mundo material». Tu imaginación es real, el Amor es real (tal y como estás comprobando…). ¡La Felicidad es real!, y sin embargo, no es material…
»¡En el juego de la vida no sólo existe la materia!
»Tus sueños, los sueñas, luego existen; y por lo tanto, ¡son reales! Pero esto no quiere decir que todos sean verdaderos…
—¡¿Qué?! —exclamó Puchi un tanto confundida.
—Te lo explicaré de esta manera para que lo entiendas: el Amor es el máximo exponente de la Belleza y la Verdad, tal y como estás descubriendo. Es, por lo tanto, «la Verdad» por excelencia. Por esto, algo es más o menos verdadero dependiendo del Amor que contenga.
»Los sueños en los que yo te estuve guiando fueron verdad, puesto que te fueron acercando a Él. Muchas veces, los sueños nos ayudan a forjar una realidad mejor, a construir un mundo más amoroso: no dudes que esos sueños son reales y también son verdaderos.
Puchi disfrutaba de la conversación. Su elevada conciencia del Amor le permitía asimilar la Verdad que en ella había.
—¿Lo que estoy viviendo ahora es real y verdadero?
—Lo que estás experimentando ahora, querida mía, es el verdadero sentido de la Vida.
El cielo era ya de un rojo intenso.
El día tocaba a su fin, y sobre una roca Puchi contemplaba la puesta de sol. Extasiada de Amor, hacía rato que se deleitaba con las enrojecidas nubes que conformaban aquella maravillosa pintura.
Disfrutando sin límites de aquel atardecer, escuchó una vez más el dulce susurro de Shankal en su interior:
—El Amor… ¡Ésta es la respuesta que se acaba encontrando! Muchos son los que buscan el sentido de la vida fuera de ellos, dispuestos a encontrar un tesoro en lo material, pero los más acertados se encaminan hacia dentro, pues en verdad que el Tesoro está dentro.
»¡Y tú lo has descubierto!
»Me has dicho que nunca estuviste tan bien, y además yo te digo: nunca encontrarás nada mejor.
»La Vida ha sido creada con Amor para ser disfrutada con Amor, éste es su verdadero y único propósito.
La niña comprendía sus palabras debido al maravilloso estado en el que se encontraba. Entonces, preguntó agradecida:
—¿Y tú, por qué me has ayudado a encontrarlo?
—Algunas veces se siente el Amor, pero no se le da la importancia que tiene, confundiéndolo con un sentimiento más. Sin embargo, tal y como estás comprobando, es el verdadero y maravilloso estado del Ser…
»Tú, mi pequeña, ya estabas preparada para descubrirlo; tan sólo te lo he facilitado pues tu mensaje habrá de llegar lejos, muy lejos… Llegará hasta un mundo en el que sus habitantes lo necesitan tanto como el sediento el agua fresca, y a través de ti lo sentirán y podrán calmar su sed con esta «Agua Viva».
Habiendo oído ya antes lo del misterioso mensaje a otro mundo, Puchi se quedó pensando sobre ello…
—¿Estás disfrutando del Amor? —le preguntó la Luz.
—¡Sí! —respondió con emoción la pequeña.
—No le des más vueltas, ¡ya estás viviendo la Vida para lo que ha sido Creada!