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¿Por qué se le da tanta importancia a las historias de amor? El amor está sobrevalorado.

Le escribió en un mensaje a su amigo. Vega se había quedado impactada por lo ocurrido entre Marie y Arnaud y no podía dejar de pensar en ellos.

¿Qué es lo mejor que te ha pasado en la vida?

Enamorarme.

Voila!!

Aunque también ha sido lo peor.

Pero en los bueno y en lo malo ha hecho que vivieras la vida con intensidad y eso es lo realmente importante. Sentir, emocionarse, amar, sufrir, llorar, reír… por todo ello merece la pena vivir. Sólo cuando se sufre uno es capaz de disfrutar de los instantes de felicidad. El sentir emociones contrapuestas es lo que nos ayuda a mantener el equilibrio de nuestro universo interior.

¿Sabes cuándo reconocer que una relación ha llegado a su fin?

En ese momento Vega comenzó a pensar en Filipa. Sólo la había visto dos veces, pero fue suficiente para haberla marcado. Parecía muy desgraciada. Era muy triste que lo único que le hiciera recordar que estaba casada fuesen los ronquidos de su marido al otro lado de la cama.

¿Cuándo?

Cuando tu pareja se acuesta a tu lado y no es capaz de darte un beso de buenas noches sin existir deseo sexual por medio.

No era la primera vez que pensaba en ello. Marcos en los últimos meses sólo era cariñoso con ella cuando quería sexo, con lo cual, lo había sido en contadas ocasiones. Y semana a semana, fueron menos las noches que compartían y poniéndose diferentes excusas, cada uno se iba a dormir a su casa. A Vega le incomodaba irse a la cama con alguien que no tenía nada que decirle en la intimidad, ni confidencias, ni caricias, y que se limitaba a darle la espalda para no tener que enfrentarse a la expresión de tristeza de su cara. ¿Por qué no supo escuchar lo que la actitud de Marcos le estaba diciendo a gritos? Él no la quería y seguramente nunca hubiese sentido nada por ella.

No me lo creo, no me parece un signo fiable. Hay muchos hombres que no somos excesivamente besucones.

¿Pero cuántos hombres conoces que cuando están en pleno proceso de enamoramiento no paran de besarte, abrazarte y decirte mil y una cosas hermosas?

Si quieres alimentar tu teoría con mi propia experiencia, olvídalo, nunca me he enamorado.

Creo que mi experiencia tampoco es significativa. Nadie se ha enamorado nunca de mí. Tendré que teorizar sobre otra cosa.

Imposible. Eres preciosa y cualquier hombre se volvería loco por ti.

Esa es la típica frase que sueltan los amigos para consolarte. Gracias

Ahh, lo sabía, eres de esas chicas inseguras que no llegan a creerse lo fantásticas que son. Vega Herrero, ¿quién ha machacado tu autoestima?

No quería hablar de su autoestima. Ella misma con su autoexigencia y con su perfeccionismo se había encargado de acabar con ella. Ella era la única culpable y era una culpa que no estaba preparada para reconocer.

¿Estás diciendo que soy fantástica y preciosa? Para no querer que yo tontee contigo, sabes predicar con el ejemplo, ¿verdad?

Esto no es tontear, es ser sincero.

Llámalo como quieras, pero crees que soy preciosa, ¿verdad?

Déjalo.

Para un cumplido que me haces, no te retractes ahora. ¿Si quieres yo también puedo decirte algún piropo y quedamos empate?

No, quiero que lo dejes, no quiero seguir jugando. Esto no es juego.

David no supo interpretar las palabras de Vega y creyó que ella se estaba burlando de él, cuando lo único que pretendía era intentar averiguar si le gustaba a su amigo desconocido. No lo hacía sólo por alimentar su ego, sino porque a pesar de no conocerlo había algo en él que le gustaba. No sabría explicar el qué, pero ejercía un indescriptible poder de atracción sobre ella. Alguna vez había escuchado que cuando dos personas pasan juntas por una situación dolorosa o extrema, se crea entre ellos un vínculo inquebrantable que pervive para siempre. Quizás era ese vínculo, esa unión, lo que Vega sentía por ese extraño que le había ofrecido su apoyo cuando Marcos le había roto el corazón. Pero ya era el segundo desplante que le hacía y Vega no se lo iba a consentir.

Lo siento, no quería molestarte, pero no me merezco que me contestes así. A veces tus palabras son muy bruscas.

—La culpa ha sido mía, te pido disculpas. Realmente sí estaba tonteando contigo y no debí hacerlo. No quiero que te hagas una opinión equivocada sobre mí.

—¿Se acabó el tonteo?

Sí. Es lo mejor para los dos.

Realmente era lo mejor para él, pero eso ella no lo sabía. Tenía que salir cuanto antes de ese juego que no le hacía ningún bien. Lo peor que podía hacer era mantener vivas las esperanzas con una mujer como Vega. Tenía que dejar de verla desde un punto de vista romántico, porque seguir viéndola así iba a acabar con él.

A Vega no le gustó la idea de dejar el coqueteo, pero si él le advertía de que lo dejaran por el bien de los dos, no tenía porque no hacerle caso. Seguramente le estaba avisando sutilmente de que con él no tenía ningún futuro. Quizás tuviese pareja, aunque él mismo le había dicho que nunca se había enamorado. Debía dejar de pensar en él, no tenía sentido.

Seguimos siendo amigos, ¿verdad?

Por un instante, Vega pensó en la posibilidad de que su amigo no quisiera tener más contacto telefónico con ella.

Sí, pero sin derecho a nada más, ni siquiera a un inocente tonteo.

De acuerdo.

Contestó Vega sin estar totalmente conforme.

Venga, vete a descansar. ¡Qué tengas dulces sueños!

¿Qué tengas dulces sueños?, ¿es así cómo se despiden los amigos? Vega no le decía ese tipo de frases ni a la gente que conocía desde hace años. Tampoco es que fuese la chica más cariñosa del mundo, pero ¿dulces sueños? Las señales que le enviaba su misterioso amigo la tenían muy confusa y todo ese misterio lo hacían aún mucho más atractivo. Vega suspiró.

Debía sacárselo de la cabeza de una vez por todas. Iba a ser difícil pero debía obligarse a hacerlo. ¿Para qué sufrir con alguien a quien no conocía? Comenzaría con un pequeño proceso de alejamiento y para ello, lo primero que iba a hacer, era guardar el móvil en el cajón de la mesilla, así evitaría la tentación de mirarlo cada tres por cuatro en busca de sus mensajes. Por algo se empieza, ¿no?