Al oficial de investigación David Doglietto.
Gracias por dedicar una buena parte de tu día libre a acompañarme durante una visita guiada por Soledad Prison (que fue fascinante), por responder a todas mis preguntas y a mis correos electrónicos, por leer este libro cuando todavía era un manuscrito y corregir mis errores, y por enseñarme tanto sobre lo que de verdad es estar «entre rejas». Tus conocimientos y tus sugerencias me ayudaron mucho, y tu generosidad es toda una inspiración. Gracias, Dog.