Notas

[1] Este tipo de disociación es el mecanismo básico que subyace en el fondo del proceso de esquizofrenia. Véase una descripción más completa y detallada de este concepto en Alexander Lowen, The Betrayal of the Body, Nueva York, Macmillan, 1967. <<

[2] Theodore I. Rubin, «Goodbye to Death and Celebration of Life», Event, vol. 2, n.º 1, 1981, pág. 64. <<

[3] Otto Kernberg, Borderline Conditions and Pathofogical Narcissism, Nueva York, Jason Aronson, 1975, pág. 264. <<

[4] Ibídem, pág. 231. <<

[5] Sigmund Freud, «On Narcissism: An Introduction», 1914, en The Collected Papers of Sigmund Freud, vol. 4, Londres, Ernest Jones, The Hogarth Press, 1953, pág. 30. <<

[6] Ibídem, pág, 45. <<

[7] Michael Balint, The Basic Fault, Nueva York, Brunner/Mazel, 1979 (publicado originalmente en 1969), pág. 20. <<

[8] Aunque se puede llamar narcisistas a individuos de cualquiera de los cinco grupos mencionados, es posible que surja cierta confusión con respecto al término «carácter narcisista». La especificación «carácter narcisista» se refiere sólo a las personas que se incluyen dentro de este tipo concreto de narcisismo. <<

[9] La distinción entre el ego y el yo se aclara más ampliamente en el capítulo 2. <<

[10] Wilhelm Reich, Character Analysis, Nueva York, Orgone Institute Press, 1959 (publicado originalmente en 1933), pág. 201. <<

[11] Ibídem, pág. 202. <<

[12] Wilhelm Reich fue el primero en utilizar el término «carácter histérico» para describir una estructura de personalidad femenina que sería paralela a la del hombre fálico-narcisista. (Wilhelm Beich, Character Analysis, pág. 189). Y también utilizó esta denominación para elaborar los tipos de carácter en mi libro The Language of The Body. En esta estructura de carácter, al igual que en la del hombre fálico-narcisista, los sentimientos intensos pueden llevar a una mezcla de elementos histéricos y narcisistas en la personalidad. La fuerza de ésta, derivada de una cultura menos restrictiva, evita que se acumulen sentimientos reprimidos hasta un punto explosivo. (Alexander Lowen, The Language of the Body, Nueva York, Macmillan, 1971 [publicado originalmente en 1958]). <<

[13] James F. Masterson, The Narcissistic and Borderline Disorders, Nueva York, Brunner/Mazel, 1981, pág. 30. <<

[14] Ibídem, pág. 12. <<

[15] Ibídem, pág. 44. <<

[16] Alan Harrington, Psychopaths, Nueva York, Simón & Schuster, 1972, pág. 18. <<

[17] Ibídem, pág. 18. <<

[18] Véase Lowen, The Betrayal of the Body. <<

[19] Sigmund Freud, «On Narcissism: An Introduction», 1914, en The Collected Papers of Sigmund Freud, vol. 4, Nueva York, Ernest Jones, Basic Books, 1953, pág. 32. <<

[20] El verbo «ser» y el verbo «estar» toman la misma forma en inglés. De aquí que el autor equipare el estado emocional: I am sad, aquí necesariamente traducido por: Estoy triste, con el ser: Soy triste. [N. del t.]. <<

[21] Christopher Lasch, The Culture of Narcissism, Nueva York, W. W. Norton, 1979. <<

[22] El autor equipara aquí No body (sin cuerpo) y Nobody (nadie). [N. del t.]. <<

[23] Alexander Lowen, Fear of Life, Nueva York, Macmillan, 1980. <<

[24] El taburete que se utiliza en bioenergética se describe en Alexander y Leslie Lowen, The Way to Vibrant Health, Nueva York, Harper y Row, 1977. <<

[25] En el análisis bioenergético, se utiliza una cama en lugar de un sofá porque éste no sirve para llevar a cabo ejercicios de expresión tales como golpear o dar patadas. <<

[26] Véase Lowen, Fear of Life. <<

[27] Estoy convencido de que la situación edípica es más o menos universal en nuestra cultura, pero eso no la convierte en natural. Como he señalado en mi anterior libro Fear of Life, es algo natural que cualquier niño albergue sentimientos sexuales hacia el progenitor del sexo opuesto pero, en mi opinión, tales sentimientos no le llevan a competir con él. Esa situación es el resultado de los celos del otro progenitor al darse cuenta del interés que siente su pareja, que se muestra seductora con el niño. Una vez presente la seducción, el niño se encuentra en una situación competitiva en relación con el progenitor de su mismo sexo. <<

[28] En mi libro Fear of Life, explico cómo el acceso al poder por parte de los seres humanos dio origen a la situación edípica, que surgió de la lucha por el dominio en el seno de la familia. Por medio del poder, los hombres afirmaron su dominio sobre la naturaleza y sobre las mujeres, a las que identificaban con la naturaleza. Políticamente, las mujeres se convirtieron en ciudadanas de segunda clase, y según el derecho romano sus maridos eran dueños de ellas. Las mujeres de hoy en día todavía tienen que luchar contra la injusticia de este sistema. <<

[29] Masterson, Narcissistic and Borderline Disorders, pág. 72. <<

[30] Ibídem, pág. 188. <<

[31] Se incluye una descripción detallada de estos ejercicios en Alexander y Leslie Lowen, The Way to Vibrant Health. <<

[32] Freud postulaba que la amenaza de castración tiene como resultado una resolución positiva de la situación edípica. (Sigmund Freud, «The Passing of the Oedipus Complex», 1924, en The Collected Papen of Sigmund Freud, vol. 2, Londres, Hogarth Press, 1953, pág. 276). Yo no lo veo de esta manera. Desde mi punto de vista, el conflicto se resuelve sólo temporalmente y a expensas de la sexualidad del niño. <<

[33] Véase Lowen, Betrayal of the Body. <<

[34] Alexander Lowen, Pleasure: A Creative Approach, Baltimore, Penguin Books, 1975. <<

[35] Este concepto de expectativas biológicas se deriva de la historia de la evolución de las especies hábilmente expuesta por Jean Liedloff en The Continuum Concept (Londres, Futura, 1975). <<

[36] William F. McKinney Jr., S. S. Sisoumi y H. F. Hariow, «Studies in Depression», Psychology Today, mayo de 1971, pág. 62. <<

[37] Véase Rene Spitz, «Anallitic Depression», en The Psychoanalytic Study of the Child, vol. 2, Nueva York, International University Press, 1946; John Bowlby, Maternal Care and Mental Health, Ginebra, OMS, 1951. <<

[38] David Abrahamsen, «Unmasking Son of Sam’s Demons», New York Times Magazine, 1 de julio de 1979. <<

[39] Ibídem. <<

[40] Sigmund Freud, Beyond the Pleasure Principie, Nueva York, Liveright, 1950 (publicado originalmente en 1920), pág. 32. <<

[41] Ibídem. <<

[42] Ibídem, pág. 35. <<

[43] Leopold Bellak describe en su libro Overload estas mismas condiciones, y él las atribuye a la sobreestimulación originada por los constantes cambios. Tal sobrecarga reduce la capacidad del individuo para adaptarse a las nuevas situaciones, excepto en el nivel superficial (Leopold Bellak, Overload, Nueva York, Human Sciences Press, 1975). <<

[44] Se comentan más ampliamente estos dos modos de existencia (uno basado en sentir y el otro en hacer), en Lowen, Fear of Life. <<

[45] Alice Miller, Prisoners of Childhood, Nueva York, Basic Books, 1981, pág. 74. <<

[46] Leopold Bellak, Overload, pág. 23. <<

[47] Se puede encontrar una descripción más amplia de este concepto en Lowen, The Betrayal of the Body. <<

[48] Hervey Cleckley, The Mask of Sanity, San Luis, C. V. Mosby, 1955. <<

[49] Ibídem, pág. 152. <<

[50] Ibídem, pág. 148. <<

[51] Ibídem, pág, 153. <<

[52] La relación entre la postura corporal y el carácter se analiza con más detalle en Lowen, The language of the Body. <<

[53] Véase en Lowen, Pleasure, un estudio más amplio acerca de la naturaleza del placer. <<