Agradecimientos
Quiero dar las gracias a los doctores Michael Conant y Mirra Ginsburg, que leyeron parte del texto original y aportaron útiles sugerencias; a Marion Wheeler, editora de Macmillan, cuyos consejos mejoraron mucho este estudio; y a Ruth MacKenzie del Instituto Internacional de Análisis Bioenergético, que de buen grado mecanografió una y otra vez el manuscrito.