Escena X
ANA PETROVNA, ISAAC y luego OSIP
ANA.-Vaya sorpresa... También yo me había olvidado de ella por completo... (Pausa.) Es duro... ¡Pobre muchacha! Pero no es la primera vez que él la engaña. ¡No es la primera vez!... ¡Es una canallada! Tardará por lo menos una hora en acostarla. ¡Oh, qué estúpido!
(OSIP, que estaba escondido, aparece sosteniendo a ISAAC, borracho.) ISAAC.-(Se acerca a ella) Ana Petrovna... (Arrodillándose violentamente ante ella.) Ana Petrovna... (Le coge una mano.) ¡Ana!
ANA. -¿Quién es?... ¿Quién es usted? (Se inclina hacia él.) ¿Cómo? ¿Es usted, Isaac Abrámovich? ¿Usted? ¿Qué le pasa?
ISAAC. -¡Ana! (Le besa la mano.)
ANA.-¡Vamos! ¡Ya está bien! ¡Váyase!
ISAAC.-¡Ana!
ANA. -¡Basta de agarrarse! ¡Váyase! (Le empuja en el hombro.) ISAAC.-(Se extiende en el suelo.) ¡Oh! ¡Qué estúpido es todo esto!... ¡Qué estúpido!
OSIP.-(Entrando.) ¡Comediantes! ¡Oh, excelencia!... (Se inclina.) ¿Cómo ha venido usted a parar a nuestros lugares sagrados?
ANA.-¿Eres tú, Osip? ¡Hola! ¿Es que me espías? ¿Es que has escuchado? (Tomándole la barbilla.) ¿Lo has visto todo?
OSIP. -Todo.
ANA.-¿Por qué estás tan pálido? ¿Eh? (Se ríe.) ¿Tú me amas, Osip?
OSIP.-Como a usted le agrade...
ANA.-¿Tú me amas?
OSIP. -Yo a usted no la comprendo... (Llora.) Yo la veneraba como a una santa... Si me hubiera mandado que me arrojara al fuego, lo hubiera hecho...
ANA.-Entonces, ¿por qué no te has marchado a Kiev?
OSIP.-No tenía necesidad de ir a Kiev. Usted es mi santa... No necesito otra adoración...
ANA.-¡Está bien! ¡Está bien! Llévame de nuevo tus liebres y las aceptaré... Bueno, adiós... Ven mañana. Te daré para que tomes el tren hasta Kiev... ¿Vale? Adiós... Y no toques a Platónov, ¿entiendes?
OSIP. -Yo no acepto órdenes de usted ahora.
ANA. -¿Por qué?
OSIP.-Porque usted no ha sabido conservar su rango.
ANA. -Efectivamente. Entonces vas a enviarme a un convento, ¿verdad? Pero si estás llorando como un niño... Bueno, bueno. Escucha, Osip: cuando él salga de la casa, disparas la escopeta.
OSIP.-¿Sobre él?
ANA. -No, no... Al aire. Para que yo sepa que viene a mi casa. ¡Adiós, Osip! ¡Dispara fuerte! ¿Dispararás?
OSIP. -Bien... Dispararé...
ANA. -¡Qué inteligente eres!...
OSIP. -Pero él no irá... Está durmiendo con su mujer.
ANA. -No te preocupes... ¡Adiós, bandido! (Hace mutis.)