Escena VIII

DICHOS. PETRIN y SCHERBUK

PETRIN. -¡Viva Petrin, licenciado en Derecho! ¡Hurra! ¡Hurra!... ¿Dónde está el camino? ¿Dónde estamos? ¿Qué es esto? (Ríe a carcajadas.) Esto, mi querido Pavel, es el santuario de la Educación Nacional. Aquí se enseña a los niños a olvidar a Dios y a murmurar. Ya ves dónde estamos... ¡Hum!... ¡Ajá!... Es aquí donde vive ese... ¿cómo se llama?, Plati-Platónov, hombre civilizado... Pavel, ¿dónde está Plati en estos momentos?

¡Dilo, no te dé vergüenza! Sin duda, ¿cantando a dúo con la viuda? ¡Oh, Señor, hágase tu voluntad!... (Grita.) ¡Glagóliev es tonto! ¡Ella le frotó la nariz, y a él le dio un ataque!

SHERBUK. -Quiero ir a casa, Guerasia... Tengo mucho sueño. ¡Que el diablo se los lleve a todos!

PETRIN.-¿Dónde están nuestras levitas, Pável? Vamos a ir a pasar la noche a casa del jefe de la estación y no tenemos levitas... (Ríe a carcajadas.) ¿Las muchachas nos las han quitado? ¡Ah tú, caballero, caballero! Las muchachas nos las han quitado... (Suspira.) ¡Ah, Pável, Pável!... Tú has bebido mucho champán, ¿verdad? ¡Seguramente estás borracho!

Pues bien, todo lo que has bebido era mío, y lo que has comido, también. El vestido de la generala, mío. Los zapatos que lleva Seriozhka son míos..., ¡todo es mío! Me lo deben todo.

¿Y qué he recibido a cambio? Arrugan la nariz ante mí. Eso es todo...

PLATÓNOV.-No puedo soportarlos por más tiempo.

ANA. -(Deteniéndolo.) Espera... Ahora se marchan. ¡Qué animal es este Petrin! ¡Cómo miente! Y ese trapo viejo cree...

PETRIN.-El judío inspira más respeto... Venguérovich tiene derecho a las sonrisas y a los buenos bocados, mientras nosotros... ¿Y por qué? Porque el judío todavía les presta dinero... «Lleva escritas en la frente las fatídicas palabras: ¡se vende en subasta pública!»

SHERBUK.-Son palabras de Nekrásov...

PETRIN.-¡Bien! ¡No daré ni un rublo más! ¿Lo oyes? ¡Ni un rublo! Que el viejo se encolerice en la sepultura... ¡Que se entienda allí con... los enterradores! ¡Se acabó! Pero yo voy a ejecutar mi hipoteca. Y no más tarde de mañana. No puedo soportar el verme defraudado. La arruinaré, la pisotearé...

SHERBUK. -¡Ella es condesa, barón! ¡Tiene cara de generala! Pero yo... soy calmuco, y nada más... A mí me adora Duniasha... ¡Qué camino tan desigual! Hay que construir las carreteras con postes telegráficos..., con campanas... Tan, tan, tan... (Hacen mutis.)