CAPITULO XX
MODELADOS Y VOCES MEDIUNÍMICAS
Es imposible consagrar un capítulo a cada una de las formas del poder psíquico, porque entonces rebasaríamos los límites de la presente obra; pero los fenómenos de producción de la voz y de los modelados son tan interesantes, claros y evidentes, que merecen les dediquemos algunas páginas.
Millares de personas pueden repetir las palabras de Job: «Y oí una voz» aludiendo a la voz que viene de alguien que no es ya de este mundo. Y pueden decirlo con la convicción que da la certeza. La Biblia abunda en relatos de este fenómeno (Véase la obra de Usborne Moore's «Las Voces» (1913), pág. 433), y las investigaciones psíquicas de los tiempos modernos no han hecho en ésta, como en otras manifestaciones supernormales, más que confirmar fenómenos que ya ocurrieron en los comienzos del mundo. Casos históricos de mensajes orales son los que oyeron Sócrates y Juana de Arco, pudiendo asegurarse a la vista de los nuevos descubrimientos que aquellas famosas voces fueron del mismo carácter supernormal que las que hoy día oímos.
¿Qué pensar de esas antiguas estatuas que hablaban, según clásicos testimonios? El erudito y anónimo autor —que se dice fué el Dr. Leonardo Marsh— del curioso libro «Apocatastasis o Progreso Retrógrado», copia el siguiente texto de Nono:
«Respecto a aquella estatua (Apolo), al punto donde estuvo y a la manera cómo habló, nada dijo. Sin embargo, no hay duda que hubo en Delfos una estatua que emitió voces inarticuladas, o sea en el lenguaje de los espíritus, los cuales no tienen órganos que les permitan hablar articuladamente.»
A lo que el Dr. Marsh pone este comentario:
«El autor parece no estar bien informado acerca del poder de hablar que tenían los espíritus, pues en todas las historias antiguas se lee que su voz fué con frecuencia oída en el aire, expresada articuladamente y repitiendo las mismas palabras en distintos lugares, lo cual fué llamado y universalmente conocido con el nombre de «Voz Divina».
Prosigue diciendo que en la mencionada estatua el espíritu se encontró con un material muy difícil para las experimentaciones (probablemente piedra), que intentó articular la voz pero le fué imposible porque la estatua «no tenía laringe ni demás órganos de la palabra, como tienen los mediums modernos». El Dr. Marsh sostiene en su libro que los fenómenos espiritistas; en la época en que lo escribió (1854) eran raros y escasos en 1a comparación con los de la antigüedad. Los antiguos, dice, hablan de aquéllos como de una ciencia, que era fuente de conocimiento cierto y seguro. El sacerdote era un medium transmisor de la voz, y esto explica lo que se llamaba el oráculo parlante.
Merece notarse que la voz, que fué una de las primeras formas de mediunidad, con el moderno espiritismo sigue siendo todavía muy importante, al paso que otras formas de la primitiva mediunidad se han vuelto raras. Como hay numerosos y competentes investigadores que ponen los fenómenos de la voz entre los más convincentes de las manifestaciones psíquicas, vamos a examinarlas brevemente.
Jonathan Koons, agricultor de Ohío, fué, según parece, el primero de los mediums modernos en quien se dieron aquellos fenómenos. En la choza llamada con tal motivo «Casa del Espíritu», produjo, durante el año 1852 y siguientes, un número de fenómenos sorprendentes, entre los cuales figuraban las voces de los espíritus hablando a través del megáfono o «trompa». Mr. Carlos Partridge, hombre público muy conocido y buen investigador, describe del modo siguiente la audición del espíritu, conocido por Juan King, hablando en una de las sesiones que en 1855 celebró con Koons.
«Al final de la sesión el espíritu de King cogió, según su costumbre, la trompa, y dió una corta conferencia, hablando clara y distintamente de los beneficios que se derivan en el tiempo y en la eternidad del trato con los espíritus, y exhortándonos a ser discretos y serios en el lenguaje, diligentes en nuestras investigaciones, prontos a asumir las responsabilidades que estos privilegios imponen y caritativos con los investigadores ignorantes o los equivocados, templando nuestro celo con la inteligencia y buen sentido.»
El profesor Mapes, distinguido químico americano, dice que en presencia de los Davenport, conversó por espacio de media hora con Juan King, cuya voz era fuerte y clara. Mr. Roberto Cooper, uno de los biógrafos de los hermanos Davenport, oyó con frecuencia la voz de King en pleno día, y a media noche cuando paseaba en la calle con los Davenport.
En los días que corren hemos llegado a tener alguna idea del proceso en virtud del cual se producen las voces en las sesiones, conocimiento que ha sido corroborado por las comunicaciones recibidas de los mismos espíritus. Parece que el ectoplasma procedente, sobre todo, del medium, pero también, aunque en menor proporción, de los circunstantes, es utilizado por los espíritus operadores para modelar algo parecido a la laringe humana, con objeto de producir la voz.
En la explicación dada a Koons por los espíritus, hablaron éstos de una combinación de los elementos del cuerpo espiritual que corresponden a nuestro moderno ectoplasma, es decir, de «un aura físico que emana del medium». Esto concuerda con la explicación espiritista dada por mediación de la señora Bassett, conocida medium parlante inglesa de la década 1870— 80: «Dicen que utilizan las emanaciones del medium y de otras personas de la reunión, a fin de formar el aparato fonético que les sirve para hablar».
La primera medium pública inglesa, señora María Marshall, (fallecida en 1875), fué vehículo de las voces proferidas por Juan King y otros espíritus. En 1869, Mr. W. H. Harrison, director de El Espiritista, la sometió a las más difíciles pruebas. Como se supone que los primeros espiritistas eran personas fáciles de impresionar, resulta interesante ver de cuántas exigencias eran capaces. Hablando de la señora María Marshall, dice Harrison:
«Mesas y sillas moviéronse en pleno día y algunas veces se elevaron en el aire; en las sesiones nocturnas se oyeron voces y se vieron manifestaciones luminosas, todo lo cual se decía que era producto de los espíritus. En vista de ello, resolví concurrir asiduamente a las reuniones y seguir con atención los trabajos seguro de descubrir algún fraude y dispuesto a denunciarla en presencia de todos los testigos, publicando después una información con dibujos de los aparatos de que la medium se valiese.
»La voz del que se llama a sí mismo «Juan King», procedía, según me dijeron, de una inteligencia externa. Pero yo tenía la íntima convicción de que aquella voz era la de Mr. Marshall. Observando atentamente durante unas cuantas sesiones, noté que muy a menudo Mr. Marshall y Juan King hablaban al mismo tiempo. Esto desvaneció mi sospecha.
»Luego me figuré que todo era obra de la señora Marshall, hasta que una noche me senté a su lado. Estaba a mi derecha y mientras yo le tenía cogidos la mano y el brazo, Juan King se presentó y habló junto a mi oído izquierdo. Y como la señora Marshall se había mantenido inmóvil rechacé también esta sospecha.
»Más tarde, supuse que alguno de los visitantes con quien la medium estaría de acuerdo, emitía las voces atribuídas a Juan King, por lo cual resolví tener una sesión yo solo con los señores Marshall; pero en ella se presentó también Juan King y estuvo hablando por espacio de más de una hora.
»Finalmente, sospeché que había alguna persona escondida que producía las voces, y para comprobarlo preparé dos sesiones en las cuales los señores Marshall se hallaran solos entro personas extrañas y en una casa desconocida para ellos, pero también entonces se presentó Juan King con las manifestaciones de siempre.
»Y para acabar, Juan King, en la noche del jueves, 30 de diciembre de 1869, se presentó y habló con once personas en reunión celebrada en casa de la señora C. Berry, y a la que no asistieron los señores Marshall. En aquella sesión la medium fué la señora Perrin.»
Mr. Harrison, que de tal suerte recibía cumplida satisfacción a su deseo de averiguar si algún ser humano, presente a las sesiones, producía las voces, no dice si éstas dieran, como suelen hacerlo frecuentemente, pruebas de identidad que ni el medium ni ninguno de los concurrentes pueden dar en caso alguno.
Un investigador italiano muy conocido, el señor Damiani, declaró ante la Sociedad Dialéctica de Londres que las voces le habían hablado en presencia de mediums no profesionales, y que, más tarde, conversaron con él en sesiones que tuvo con la señora Marshall, «poniendo de relieve las mismas particularidades de tono, expresión, volumen y pronunciación en unos y otros casos». Aquellas voces refiriéronse a cuestiones de índole tan privada que nadie podía conocerlas, llegando a vaticinarle hechos que tuvieron cumplimiento exacto.
Es natural que los que por primera vez se encuentren en presencia de estos fenómenos sospechen la existencia de la ventriloquía como posible explicación de ellos. D. D. Home, con quien se producían frecuentemente, se preocupó mucho de salir al paso a los que tal objetaban. Y el general Boldero, relatando la sesión dada por este medium cuando le visitó en su casa de Cupar en 1870, escribe:
«Luego se oyeron voces que hablaban juntas en la sala, debiendo ser de dos diferentes personas a juzgar por los distintos tonos. No pudimos entender lo que decían, porque Home nos estuvo hablando al mismo tiempo». Al hacerle observaciones acerca de este extremo, nos contestó: «Hablo expresamente para que ustedes puedan convencerse de que las voces no son obra de ventriloquía. La voz de Home era, en efecto, completamente distinta de las que vibraban en el aire.»
El autor puede corroborar lo que antecede con su experiencia personal, pues ha oído repetidamente voces hablar a un mismo tiempo. De ello da algunos ejemplos más adelante, en el capítulo titulado «Algunos grandes mediums modernos».
El almirante Usborne Moore declara haber oído simultáneamente tres y cuatro voces de espíritus, experimentando con la medium señora Wriedt, de Detroit. En su libro «Las voces» (1913), aduce en confirmación de sus palabras el testimonio de una conocida escritora, Miss Edith K. Harper.
Dice así:
«Con respecto a los resultados obtenidos en las doscientas sesiones que dió Etta Wriedt, durante sus tres visitas a Inglaterra, cuya relación llenaría un grueso volumen de ser escritas «in extenso», solamente reproduciré algunas de las notas tomadas por mí entonces sobre determinados detalles:
1) La señora Wriedt no caía nunca en trance, sino que conversaba con los concurrentes a la sesión, y nosotros la hemos oído hablar y discutir con un espíritu con cuyas opiniones no estaba conforme. Recuerdo la risa de Mr. Stead al oír cierta vez a la señora Wriedt regañando al espíritu del difunto director del Progressive Thinker por su actitud contra los mediums, y la confusión evidente de éste, quien después de intentar una explicación, se desvaneció, al parecer descorazonado.
2) Dos, tres y hasta cuatro voces de espíritus hablaron simultáneamente a diferentes personas de las que asistían a la sesión.
3) Hubo mensajes en idiomas extranjeros, francés, alemán, italiano, español, noruego, danés, árabe y otros —desconocidos para la medium. Una señora noruega muy conocida en el mundo político y literario, oyó la voz de un hombre que dijo ser su hermano. Habló con él y pareció muy satisfecha de las pruebas incontrovertibles que de su identidad le dió.
En otra ocasión una voz habló en español rapidísimo, dirigiéndose decididamente a una señora de la reunión a quien ninguno de los presentes sabía conocedora de semejante lengua; la señora entró en conversación seguida en español con el espíritu, con evidento contento de este último.» María Hollis, notable medium americana, que visitó Inglaterra en 1874 y en 1880 invitada por conocidos espiritistas de Londres, poseyó también, entre otras, la facultad de la «voz directa», según consta en el libro del Dr. N. B. Wolfe, «Hechos sorprendentes del Espiritismo moderno». Era la señora Hollis mujer de exquisitos sentimientos y se cuentan por millares los seres humanos a quienes favoreció con sus consuelos. Sus dos guías espirituales «Jaime Nolan» y un piel roja llamado «Ski», hablaron muchas veces por su mediación. En una de las sesiones celebradas en casa de la señora Makdougall Gregory (1880), un sacerdote de la Iglesia de Inglaterra «observó que un espíritu cogía el hilo de una conversación con él interrumpida desde hacía siete años, quedando plenamente seguro de la autenticidad de la voz, muy peculiar y claramente audible para los que estaban al lado del sacerdote a quien iba dirigida».
Mr. Eduardo C. Randall da noticia de otra buena medium americana de voz directa, la señora Emilia S. French, en su libro «Los muertos no han muerto». Mr. Randall estudió durante veinte años las facultades de aquella medium, obteniendo con ella resultados sorprendentes.
Con otra medium parlante, la señora Mercia M. Swain, que falleció en 1900, pudo el Círculo Salvador de California establecer comunicación con las almas incapaces de mejorar en el Más Allá. El relato de estas extraordinarias sesiones, intervenidas por Mr. Leandro Fisher, de Búfalo, y que duraron veinticinco años (de 1875 a 1900), figura con todo detalle en el libro del almirante Usborne Moore «Ojeadas al otro Estado».
La señora Everitt, excelente medium no profesional, obtuvo voces en Inglaterra en 1867 y durante muchos años después.
La mayor parte de los grandes mediums físicos, especialmente los materializadores, han producido fenómenos de voces. Tales, por ejemplo, Eglinton, Spriggs, Husk, Duguid, Herne, la señora Guppy y Florencia Cook.
La señora Isabel Blake, de Ohío, fallecida en 1920, fué una de las más extraordinarias mediums parlantes de que hay noticia, y tal vez la más convincente de todos, porque con ella se producían, por lo general, las voces en pleno día. Era una mujer pobre e iletrada que vivió en el pueblecillo de Bradrick, (Virginia del Oeste). Se reveló su mediunidad desde niña, y aunque era muy religiosa, fué expulsada, como tantos otros, del seno de la Iglesia, a causa de estar dotada de dicha facultad.
Casi no se ha escrito sobre ella más que la monografía que la dedicó el profesor Hyslop. Repetidas veces estuvo sometida a prueba por «sabios y hombres de ciencia», siempre con la mejor voluntad por parte de la interesada. Pero como dichos sabios no lograron descubrir la menor trampa, no quisieron molestar al público dándole a conocer los resultados de sus experimentos.
Hyslop se interesó en favor de aquella medium después de haber oído hablar de ella a un famoso escamoteador americano, el cual le aseguró la autenticidad de los fenómenos provocados por la señora Blake.
Al describir los que él tuvo ocasión de presenciar, confiesa Hyslop, por modo desacostumbrado, su ignorancia de los procesos ectoplásmicos en la producción de fenómenos de voces, dice:
«El tono elevado de los sonidos en algunos casos excluye la suposición de que las voces puedan modularse en las cuerdas vocales de la medium. He oído los sonidos desde una distancia de veinte pasos, y hubiera podido oírlos desde cuarenta o cincuenta sin que la señora Blake moviera los labios.
Queda todavía por sentar una hipótesis clara que explique este aspecto de los fenómenos. Decir «espíritus» es cosa que no satisface al hombre de ciencia. Necesita conocer el proceso mecánico del fenómeno, del mismo modo que conoce y se explica el del lenguaje usual.
Puede ser cierto que los espíritus sean la causa primera, pero hay un lapso en el proceso desde la primera iniciativa al último resultado. Esto es lo que crea la perplejidad, mucho más que la suposición de que los espíritus están detrás de todo aquello... El hombre de ciencia no puede admitir que los espíritus consigan un efecto mecánico sin usar un instrumento mecánico también.»
Ni nadie puede admitirlo, pero una y otra vez hemos tenido la explicación desde el Más Allá. La ignorancia del profesor Hyslop respecto a la relación existente entre los sonidos y su fuente, sería menos sorprendente a no haber los mismos espíritus dado respuesta a las preguntas hechas por él.
El Dr. L. V. Guthrie, superintendente del West Virginia Asylum, en Huntingdow, después de investigar con la señora Blake, quedó también convencido de sus poderes. Dice:
«He tenido varias sesiones con ella en mi propio despacho, en la terraza al aire libre, y en una ocasión en un coche, según íbamos de camino. Repetidamente se ofreció a que tuviéramos una sesión empleando un tubo de chimenea en vez del cuerno de estaño que generalmente usaba y muchas veces la he visto producir las voces con la mano descansando sobre uno de los extremos del cuerno.»
El Dr. Guthrie refiere los dos casos siguientes ocurridos con la señora Blake, en los cuales la información pedida era desconocida de los circunstantes y no podía ser conocida tampoco por la medium:
«Una de sus jóvenes empleadas, cuyo hermano había ingresado en el ejército y marchado alas Filipinas, estaba deseosa de tener alguna noticia suya y habíale escrito repetidamente y dirigido las cartas a su compañía en Filipinas, sin obtener respuesta. Fué al cabo a la señora Blake y oyó decir al «espíritu» de su madre que tendría contestación si escribía a su hermano a C. Lo hizo así y al cabo de dos o tres días tuvo respuesta de él, que había vuelto de Filipinas sin que nadie de su familia lo supiera.»
El caso que sigue es más sorprendente:
«Una conocida mía, de familia muy principal del Sur, cuyo abuelo había sido hallado al pie de un puente con el cráneo deshecho, fué a ver a la señora Blake hace algunos años. No pensaba para nada en su abuelo en aquella ocasión. Así, pues, mostróse sorprendidísima al oír que el «espíritu» de su abuelo le decía que no se había caído del puente abajo, como se sospechó al ver su cadáver, sino que le habían asesinado dos hombres para desvalijarle, arrojándole después desde lo alto del puente. El «espíritu» procedió a describir minuciosamente el aspecto de los dos asesinos y dió tales detalles que condujeron a la detención y confesión de uno de aquellos individuos.»
Hyslop da detalles de un caso en que con esta medium la voz comunicante proporcionó la solución adecuada para abrir una combinación de caja de caudales, desconocida para los concurrentes a la sesión.
Entre los modernos mediums parlantes ingleses, figuran las señoras Roberts Johnson y Blanche Cooper, Juan C. Sloan, Guillermo Phoenix, Mr. Potter y las señoritas Dunsmore y Evan Powell.
Mr. H. Dennis Bradley ha dado un relato completo de la mediunidad parlante de Jorge Valiantine, conocido medium americano. Son imponderables los servicios prestados por Mister Bradley y la labor que con verdadero sacrificio ha realizado en pro de la ciencia psíquica. Multitud de pruebas y testimonios por él recogidos constan en sus dos notables libros «Hacia las estrellas» y «La sabiduría de los Dioses».
Antes de poner término a este capítulo, dedicaremos algunas páginas a los sorprendentes experimentos relativos a las impresiones y modelados verificados con las figuras ectoplásmicas o formas materializadas. El primero en explorar ese campo de la investigación fué Guillermo Denton, autor de «Secretos de la Naturaleza», libro de psicometría publicado en 1863. Trabajando en Boston el año 1875 con la medium María M. Hardy, empleó ya métodos muy parecidos a los usados después por Richet y Geley en sus recientes experimentos de París. Denton dió algunas pruebas públicas de modelado del rostro de un espíritu hecho en parafina. También se obtuvieron esos modelados operando con los mediums señora Fiman, Dr. Monck, señora Mellon y Guillermo Eglinton. Los resultados han sido corroborados por los últimos experimentos llevados a cabo en París, lo que constituye un sólido argumento en pro de su validez. Mr. Guillermo Oxley describe la manera cómo el día 5 de febrero de 1876 se obtuvo en Manchester un hermoso vaciado de la mano de una señora materializada por la medium señora Firman, y cómo otro vaciado tomado después de la mano de la medium resultó completamente diferente del primero. En aquella ocasión encerróse a la señora Firman en un saco metido por la cabeza y atado a la cintura, de modo que sus manos y brazos quedaban aprisionados. Esto alejaba toda posibilidad de trampa por parte de la medium; además, la cera caliente fué llevada a la sala desde otra habitación. En otra ocasión se obtuvo con la misma medium el vaciado de una mano y de un pie, siendo tan estrecha la abertura de la muñeca y del tobillo, que ninguna de ambas extremidades habría podido salir del molde sin la previa desmaterialización de mano y pie.
Los resultados con el Dr. Monck son igualmente indiscutibles. Oxley experimentó con él, obteniendo el mismo éxito que con la señora Firman. Con Monck logró diferentes modelados de dos distintas figuras. Hablando de aquellos experimentos, dice Oxley «que no debe exagerarse la importancia ni el valor de los modelados espiritistas; pero constituyen un hecho patente que pide de los hombres de ciencia una solución respecto al misterio de su producción». La pregunta está en pie. Houdini, el famoso prestidigitador y un gran anatómico, Sir Arturo Keith probaron con sus propias manos a hacer un modelado parecido, sin conseguir otra cosa que poner de relieve la imposibilidad de obtenerlo.
El Dr. Nichols, biógrafo de los Davenport, logró con Eglinton vaciados de manos ectoplásmicas, entre las cuales cierta señora presente vió una con cierta deformidad igual a la que tuvo la mano de una hijita suya, que murió ahogada en el Africa Austral, a la edad de cinco años.
Pero el más concluyente y convincente de todos los vaciados fué el obtenido por Epes Sergeant, operando con la medium señora Hardy. Merece ser reproducido el resumen que de aquellos experimentos hizo Sergeant. Dice así:
«1. Obtuvimos el molde de una mano perfecta, de tamaño natural, dentro de una caja cerrada, merced a la acción de alguna fuerza desconocida.
»2. El experimento dejó a salvo la buena fe del medium, cuyas facultades quedaron perfectamente comprobadas por los resultados.
»3. Las condiciones en que se efectuó excluían por completo toda posibilidad de fraude y de ilusión por nuestra parte, de tal suerte que nuestro convencimiento fué completo.
»4. Estas pruebas confirman plenamente el hecho ya hace tiempo conocido, de que manos evanescentes, proyectadas por un organismo invisible, pueden materializarse y hacerse visibles y tangibles.
»5. El fenómeno del modelado junto con el de la llamada fotografía de espíritus, demuestra con más objetividad que ninguno la actuación de una fuerza inteligente distinta de todo organismo visible, ofreciendo base admirable para investigaciones interesantísimas a todo hombre de ciencia.»6. Esta pregunta: «¿Cómo se produjo el vaciado en el interior de la caja?», conduce a las más profundas consideraciones relacionadas con la filosofía del porvenir y con muchos problemas de psicología y fisiología, cuya solución abrirá nuevas sendas al conocimiento de fuerzas hoy latentes y del misterioso destino del hombre.»
El informe va firmado por siete testigos de reputación.
Si el lector no quedara convencido con los ejemplos que hemos referido de la efectividad de las pruebas obtenidas respecto a los vaciados y modelados, puede leer las conclusiones a que llegó el gran investigador Geley, después de sus clásicos experimentos con Kluski, a los que ya hemos aludido.
El Dr. Geley recogió en la Revista Metapsíquica (junio de 1921) los resultados de la serie de once sesiones que tuvo con el expresado medium. A una luz mitigada, la mano derecha de Kluski quedó sujeta por el profesor Richet y su mano izquierda por el conde Potocki. Colocóse una artesa que contenía cera derretida por la acción del agua caliente, a dos pies de distancia de Kluski, y para los finos de la prueba la cera fué impregnada (sin que el medium lo supiera) de colesterina química, a fin de descubrir toda sustitución, si la había.
Geley escribe:
«Aquella luz débil no permitía ver el fenómeno, pero nos dábamos cuenta del momento de la inmersión de la mano por el ruido que se producía en el líquido de la artesa. Verificáronse dos o tres inmersiones. La mano que operaba se hundió ola artesa, se retiró de ella, y recubierta de parafina caliente tocó mis manos y las de todos los verificadores del experimento, volviendo a sumergirse en la cera. Después de la operación el guante de parafina, aun caliente, pero solidificado, fué colocado entre las manos de uno de los presentes.»
De esta guisa fueron tomados nueve moldes: siete de manos, uno de un pie y otro de barbilla y labios. La cera de que estaban compuestos reveló en el análisis a que fué sometida la presencia de la colesterina. Geley publico veintitrés fotografías de modelados y vaciados, en las que se ve que ni los pliegues de la piel, ni las uñas y las venas se parecían en nada a los del medium. Se intentó obtener iguales modelados de manos de seres humanos con resultado negativo, pues diferenciábanse notablemente de los conseguidos en las sesiones con Kluski. Escultores y modeladores de gran reputación declararon que no conocían procedimiento alguno para producir modelados de cera como aquellos.
Geley resume los resultados diciendo:
«Expondremos las razones por las cuales hemos llegado a convencernos de la autenticidad de los modelados de extremidades materializadas en nuestros experimentos de París y Varsovia.
»Hemos demostrado que por parte del medium, cuyas manos teníamos sujetas, era imposible todo fraude. Tampoco es admisible la trampa con un guante de goma, porque éste daría burdos y absurdos resultados observables a simple vista.
»No hay manera de lograr moldes de cera con objetos rígidos previamente dispuestos. Hágase la prueba y se verá que es imposible.
»El empleo por el medium de otros objetos preparados con alguna substancia fusible y soluble y disueltos en un cazo con agua después de obtener el vaciado, tampoco era posible dados los procedimientos utilizados por nosotros, ni allí teníamos ningún cazo con agua.
»Es inadmisible, así mismo, la creencia de haberse empleado una mano viviente (la del medium o la de alguno de los presentes). Eso no podía hacerse por varias razones: la posición de los dedos en nuestros moldes imposibilitaba el retirarlos sin que el molde se rompiera; además esos moldes o guantes de cera se compararon con las manos del medium y con las de todos los concurrentes, comprobándose la desigualdad que había con ellas e igual desigualdad acusa su comparación antropológica.
»Finalmente, podía lanzarse la hipótesis de que a pesar de todas nuestras precauciones el medium hubiera traído consigo los guantes, pero la desmentiría el hecho de que secretamente introdujimos productos químicos en la cera derretida y esos productos aparecieron también en los guantes.» Es inútil la evidencia para quien está lleno de prejuicios; pero no habrá hombre normalmente dotado que lea lo que precede y dude de la posibilidad de tomar moldes de las figuras ectoplásmicas.