Depósito de chatarra

WILLIAM F. NOLAN

Bill Nolan es un elfo de piernas largas, sonrisa llena de dientes y brazos largos que reparten abrazos de oso como los que el lector echa de menos desde que el abuelo solía prodigárselos. Es un amigo de los medios de comunicación que interrumpe la creación de un guión de cine, por el que le pagan cifras de cinco o seis dígitos, para escribir algún relato nuevo. No hay nadie que se le parezca ni remotamente.

«Depósito de chatarra» fue prefigurado en un Horror Show del invierno de 1986 donde se desvelaban ideas de «From the Notebook of WiIliam F. Nolan». En esta obra, Nolan escribió: «¿Alguna vez has pensado cómo abunda la muerte en un depósito de chatarra…? Tantos coches destrozados que albergan el alma de quienes murieron en ellos». Y el anciano personaje lanza una advertencia: «Yo, en tu lugar, no me acercaría al depósito de chatarra».

Mejor que no. Éste es un cuento de horror equiparable a «Halloween Man» y a todas las obras de Things Beyond Midnight (1984), de Wuffin; se trata de uno de los mejores. Tal como Ray Bradbury escribiera en cierta ocasión: «Dios inventó una píldora estimulante y la llamó Nolan. Es irresistible».