Agradecimientos

Son muchas las personas a quienes debo un sincero agradecimiento: a Ciara Considine de Hachette Books Ireland, a Sue Fletcher de Hodder & Stoughton y Josh Kendall de Viking, por ser el tipo de editores con quien todo escritor sueña; a Breda Purdue, Ruth Shern, Ciara Doorley y todo el equipo de Hachette Books Ireland; a Swati Gamble, Kerry Hood, Emma Knight, Jaime Frost y todo el equipo de Hodder & Stoughton; a Clare Ferraro, Ben Petrone, Meghan Fallón y todo el equipo de Viking; a las maravillosas hadas madrinas de la Darley Anderson Agency, en especial a Maddie, Rosanna, Zoé, Kasia, Sophie y Clare; a Steve Fisher de la Agency for the Performing Arts; a Rachel Burd, por revisar el texto con la detallada atención de un detective; al doctor Fearghas Ó Cochláin, por responder a preguntas que probablemente le llegaran en un listado; a Alex French, por sus expertos conocimientos en informática; a David Walsh, el responsable de todos los fragmentos correctos sobre los procedimientos policiales, a quien eximo de toda responsabilidad por los incorrectos, que son todos míos; a Oonagh Sandbox Montague, Ann Marie Hardiman, Kendra Harpster, Catherine Farrell, Dee Roycroft, Mary Kelly, Susan Collins y Cheryl Steckel, por las risas, conversaciones, cervezas, abrazos y tantas otras cosas buenas; a David Ryan, a mis padres, Elena Hvostoff-Lombardi (sin cuya ayuda habría finalizado este libro hacia 2015) y David French; y, como siempre y en más sentidos de los que soy capaz de expresar, a mi esposo, Anthony Breatnach.