Estoy encantada de tener la posibilidad de saludar y agradecer a mi extraordinario marido, Mark Parrott, mi compañero en todo, incluso en el proceso de escribir este libro; a nuestros queridos hijos, Sara y Sean, que se mostraron dispuestos a ver un poco más de televisión para permitirme entregar el borrador de la novela a tiempo, a mis padres, Alden y June Anderson, cuyo afecto, respaldo y corrección de escritos han sido siempre de gran valor; a los padres de Mark, Bob e Iva Parrott, quienes demostraron su afecto y apoyo leyendo el primer borrador; a nuestros hermanos y cuñados —Eric y Allison Anderson, Chip y Karen Parrott, Kathy Parrott y David Wechtaluk— por su cariño y palabras de aliento; a Louis E. Catron, Grant Tinker y Rob Kaplan, quienes me enseñaron sobre escritura y muchas cosas más; a nuestro agente, Andy Zack, que lo hizo todo tan simple; a nuestro editor, Kelley Ragland, que lo hizo menos doloroso; a sus asistentes, Benjamin Sevier y Carly Einstein, que me ayudaron a seguir por el camino correcto; y a todos nuestros amigos que con tanta amabilidad siempre recordaron preguntarme: «¿Qué tal va la novela?».