Nota previa
Mi amiga Betsy tiene una prima estudiante de español que ha ido a España para obtener un grado universitario. Betsy me ha enseñado una carta de su prima, fechada en Alcalá de Guadaíra (Sevilla). Creí al verla que valía la pena traducirla.
Después le he pedido más cartas, y las he traducido también.
Yo no he hablado nunca con la prima de Betsy, aunque la he visto muchas veces en los partidos de fútbol, donde suele actuar de cheer leader, es decir, de conductora de las voces en masa con las que el público anima a su equipo favorito.
Debo confesar que aunque voy a los partidos no me interesa el fútbol en absoluto. Es decir, lo que los ingleses llaman rugby. Me da la impresión de un juego brutal y sin gracia ni habilidad. Pero en cambio no pierdo detalle de lo que hacen esas encantadoras muchachas vestidas de rojo, que se sitúan frente a la galería y gritan, giran sobre los talones, se ponen las manos en las caderas, inclinan la cabeza a un lado u otro, se arrodillan haciendo volar graciosamente su falda y llevan a cabo cada una de ellas y todas juntas un verdadero ballet con la colaboración fogosa de veinte mil amables ciudadanos.
Nancy era una especie de directora de esa orquesta multitudinaria cuando tenía dieciocho años. Ahora debe tener ya veinticuatro y se dedica a tareas más serias. Es decir, más aburridas. Estudia Antropología y Literatura española. Sus cartas de Alcalá de Guadaíra han ido pasando a mis manos, y yo las he traducido y creo que vale la pena publicarlas.
Aquí están y ojalá te diviertan, lector. Hacer reír es tarea de discretos, según decía Cervantes.
R. J. SENDER