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MIRANDA SHARIFI: EMISIÓN GRABADA DESDE HUEVOS VERDES VÍA SANCTUARY, SIMULTÁNEA EN TODOS LOS CANALES DE LA RED DE NOTICIAS DE LA FCC

Aquí Miranda Sharifi, hablándoles desde un holo no editado que fue grabado seis semanas atrás. Querrán saber qué se les ha hecho.

Voy a explicarlo, tan sencillamente como me sea posible. Si la explicación no es lo suficientemente sencilla, por favor tengan paciencia. Esta emisión será emitida una y otra vez durante varias semanas, por el Canal 35. Quizás algunas partes de ella les resultarán más claras si las escuchan más de una vez. O quizás, en la medida en que otra gente con mayor preparación técnica —los Auxiliares— utilicen las jeringuillas que estamos dejando a su alcance en todas partes, ellos se lo explicarán con palabras más accesibles. Mientras tanto, éstas son las palabras más sencillas que puedo encontrar para expresar estos conceptos sin perder precisión científica.

Vuestro cuerpo está formado por células. Una célula, cada célula, es básicamente un complejo de sistemas para transformar energía. Así es cualquier organismo, incluso el de los seres humanos.

Los seres humanos obtienen su energía básica de alimentos de la tierra, directa o indirectamente, a través de un proceso llamado de fosfatación oxidativa. Vuestros cuerpos rompen los nexos de las moléculas que contienen carbono, y una porción significativa de la energía potencial de los alimentos se vuelve a almacenar en los nexos fosfatados del trifosfato de adenosina (TFA). Cuando las células humanas necesitan energía, la toman del TFA.

Las plantas toman su energía directamente de la luz solar. Usan el agua que obtienen del suelo y dióxido de carbono que toman del aire para transformarlo en glucosa. La glucosa puede ser realmacenada como TFA. Muchas plantas utilizan clorofila para realizar esta fotofosfatación.

Algunas bacterias, las halobacterias, pueden realizar tanto la fosfatación oxidativa como la fotofosfatación. Pueden ingerir nutrientes y, bajo las circunstancias adecuadas, crear TFA mediante un mecanismo de fotosíntesis. En otras palabras, pueden obtener la energía básica tanto de los alimentos como de la luz solar.

Las halobacterias no utilizan clorofila para hacer esto. En lugar de eso, usan pigmento retiniano, el mismo que responde a la luz en el ojo humano. Este pigmento existe en conjunción con moléculas proteínicas en un complejo llamado bacteriodopsina.

Vuestros cuerpos han sido modificados para que incluyan un radical programado biogenéticamente proveniente de la bacteriodopsina.

Este ya existe bajo membranas transparentes que se encuentran en los extremos de finos túbulos que asoman entre las células muertas de vuestra epidermis superficial. La bacteriodopsina modificada es mucho más eficiente, incalculablemente más eficaz, en la tarea de atrapar fotones que cualquier sustancia que podamos encontrar en la naturaleza.

Tubos adicionales, con capacidad de transporte activo, también terminan en una membrana permeable en la superficie de vuestra piel. Estos pueden absorber selectivamente moléculas de carbono, más elementos necesarios adicionales, directamente del suelo o de otra materia orgánica. Enzimas genéticamente modificadas actúan sobre las moléculas así absorbidas, trabajando en conjunto con sustancias del organismo humano, y con nanomecanismos reproductores existentes en vuestras células.

Esto no os es tan extraño como puede parecer. El embrión humano, cuando sólo consta de unas pocas células, desarrolla una capa exterior celular llamada trofoblasto. El trofoblasto posee la inusual propiedad de ser capaz de digerir o licuar los tejidos con los que entra en contacto. Así es como el embrión se implanta a sí mismo en la pared uterina. Vuestra piel reprogramada puede ahora licuar y absorber otras clases de materia.

También habéis sido inyectados con microorganismos de fijación de nitrógeno genéticamente programados.

El tejido humano está formado en un 96,6 % por carbono, oxígeno y nitrógeno. Los nanomecanismos que tenéis ahora en vuestras células han sido programados para transformar otros elementos menos concentrados en cualquier molécula que sea necesaria. Todos estos procesos son potenciados por la luz solar, usada mucho más eficientemente que en la naturaleza. La energía tomada de la luz solar es almacenada en forma de TFA para ser utilizada cuando no hay luz solar. Menos de treinta minutos de exposición sin ropas cada veinticuatro horas son suficientes. Un exceso podría, como sucede con la comida, ser almacenado como glucógeno o grasa.

El Limpiador Celular va a destruir cualquier célula cancerígena engendrada como resultado de la exposición a los rayos ultravioleta. También destruirá, por supuesto, cualquier molécula tóxica absorbida del suelo, redisponiendo sus átomos en una forma no tóxica.

Los nanomecanismos mantendrán vuestro sistema gastrointestinal en capacidad operativa, aun cuando no sea utilizado durante períodos prolongados. Enzimas genéticamente modificadas han sido diseñadas para eliminar, a través de un proceso de interacciones alostéricas, cualquier sensación subjetiva de hambre.

Cuando haya alimentos disponibles, podréis comer y almacenar energía por medio de la fosfatación oxidativa. Cuando no los haya, podréis acostaros sobre el suelo, bajo la luz del sol, y almacenar energía a través de la fotofosfatación.

Ahora comprendéis.

Ahora sois autotróficos.

Ahora sois libres.