ETHAN

Mientras bajamos por la montaña, intento explicarle a Isabel lo que necesita saber.

—Tu viaje al pasado tendrá lugar mientras duermes en tu propia cama.

—¿No es un poco arriesgado? ¿Por qué no puede tener lugar en las estancias de Arkarian? —dice, encogiéndose de hombros.

—Supongo que puede tener lugar en cualquier lado, pero es esencial que tu cuerpo y tu mente se encuentren en un estado tranquilo y relajado, algo que acostumbra a ocurrir cuando dormimos.

—¿O sea, que tenemos que encontrarnos en estado inconsciente?

—Sí, más o menos. Y mientras estás en casa y en tu propia cama, durmiendo, es poco probable que alguien se dé cuenta de que te está ocurriendo algo fuera de lo habitual. Siempre existe una mínima posibilidad de que te descubran, aunque sólo te ausentes durante un período corto de tiempo.

—Pero si estoy en casa y parece que estoy durmiendo con normalidad en mi cama...

—Y tu madre entra para ver cómo estás —continúo con la frase—, tan sólo pensará que estás durmiendo.

—Vale, ya lo entiendo.

—Pero si estás en la cámara de Arkarian cuando te transportan al pasado y debes ausentarte durante más tiempo del esperado, tu madre, o cualquiera que te esté buscando y no pueda encontrarte, podría empezar a hacer preguntas. He aprendido que cuando estás en una misión siempre existe el riesgo de que ocurra algo inesperado.

—Nada —responde rápidamente—. Nada. Es algo que me dijo el señor Cárter.

—Sea lo que sea, olvídalo. Ya sabes que es un cerdo que me tiene manía.

Isabel asiente con la cabeza, pero no dice nada más. Y cuando enfilamos el camino que lleva hasta la puerta de su casa intento recordar si me he olvidado algo.

—Acuéstate como siempre, ni más temprano ni más tarde, haz lo mismo que haces todas las noches. ¿Vale?

—Vale —replica en voz alta.

Ya casi hemos llegado al porche y creo que es un buen lugar para dejarla, pero justo en ese instante se abre la puerta y sale Matt.

—Una cosa más —le digo rápidamente soltándole la mano. Lo último que necesito esta noche es un enfrentamiento con un hermano sobreprotector que me odia—. Nunca digas que te vas a la cama porque no te sientes bien, porque tienes dolor de cabeza o algo así. Seguro que tu madre entrará más tarde a ver cómo estás. O, en tu caso, seguramente tu madre y Matt.

Murmura algo para mostrar que está de acuerdo conmigo y al ver que Matt se dirige a las escaleras del porche, echa a correr y se despide con la mano.

Decido quedarme donde estoy para asegurarme de que entra en casa sin mayores problemas. Cuando pasa junto a Matt oigo que él le pregunta:

—¿Qué tal va el trabajo de Historia? ¿Ya lo habéis terminado?

Isabel lo mira fijamente a la cara y responde:

—Pues la verdad es que hemos pedido que nos den más tiempo. Nos queda tanto por hacer que creemos que nos llevará un mes más.

No puedo reprimir una sonrisa. Ha valido la pena esperar sólo para ver la cara de fastidio de Matt. En cuanto Isabel entra en casa, él se vuelve para mirarme. Me despido de él con la mano y regreso a la oscuridad. Cuando ya estoy unos metros fuera del alcance de sus ojos, echo a correr. Tengo que preparar muchas cosas para la misión de esta noche. Sea como sea, tiene que salir bien. Hasta ahora siempre había trabajado solo, pero hoy deberé tener en cuenta a Isabel, de la que soy responsable, puesto que es mi aprendiza.

No puedo dejar de pensar que de esta misión depende más de lo que me ha contado Arkarian. Mis instintos me dicen que está relacionado con Isabel; si no, ¿por qué iba a tener tanta prisa el Tribunal por que ella finalizara su entrenamiento? Sé que debería confiar ciegamente en él, pero no puedo evitar sentirme algo inquieto.