IV

El nieto del príncipe Genji se sintió mal en el camino y tuvo que devolver. Llegó solo, sin compañía, y no se le podía ayudar. Habría querido apartarse del camino principal al que fue a parar tras salir de la estación, pero, viniendo como venía de la línea de Keihan, tuvo que seguir un rato por la Honmachi-dori para poder doblar la primera calle. Al cabo de unos pasos, no pudo más, apoyó la mano izquierda en el muro, se inclinó y, sacudiendo todo el cuerpo, se echó a vomitar.