EXPERIMENTOS CON PEDOS
Pedo que suena no huele, aunque cómo hace reír. Pero ¡cuidado con un pedo silencioso!, porque puede causar una gran pestilencia en una reunión, en un camión o el Metro.
Existen personas que producen gran cantidad de pedos, padecimiento que se denomina «borborigmo». También genéticamente se puede heredar la capacidad para echarse pedos. Si los padres son pedorros es muy probable que los hijos también lo sean.
Para imitar el sonido de los pedos puedes hacer los siguientes experimentos:
- Coloca la mano derecha debajo del sobaco izquierdo, cuidando que selle casi perfectamente, mientras la otra mano está levantada. Al bajar tu mano izquierda se producirá un sonido parecido a un pedo. O simplemente si colocas la boca abierta suavemente sobre el brazo y soplas con fuerza se producirá un «gran pedo».
- Otra forma de producir ese exquisito sonido es inflando un globo y lanzándolo al aire para que se desinfle.
- También con un globo inflado sin amarrar se puede demostrar cómo la frecuencia o tono de un pedo, así como su duración, dependen del tamaño del orificio. Para hacerlo, infla un poco un globo y sostén la salida de aire con los dedos de ambas manos, para que controles el tamaño del orificio por el que sale el aire del globo. Cuando se estira y el orificio es más pequeño, se producirá un sonido más agudo, mientras que si lo aflojas será más grave. De igual forma, puedes observar la duración de los pedos; cuando el orificio es menor, es decir al estirarlo, dura más el sonido.
- Existen cojines de hule para producir un sonido como el de los pedos; estos cojines se inflan y se colocan en una silla o debajo del cojín de un sillón, de tal modo que cuando una persona se sienta, el cojín expulsa el aire por un pequeño orificio, simulando un sonoro y prolongado pedo.
Para probar que el pedo está compuesto de gases inflamables puedes hacer el siguiente experimento:
- Prende unos cerillos después de hacer caca y echarte pedos y, posteriormente, tíralos al excusado. Te darás cuenta que los gases que se desprenden de la caca y los pedos ya no huelen porque se han quemado los gases. Bajo ninguna circunstancia se te ocurra prender un pedo con un cerillo o un encendedor porque te puedes ir al hospital. El gas de los pedos es sumamente inflamable. ¡Estás avisado!