CAPÍTULO 20
Por Dooku el general Grievous bien entrenado fue —reconoció Yoda. Mace Windu y él se encontraban en las habitaciones que éste tenía en el Templo Jedi, cada uno sobre una tarima de meditación—. Viéndose atrapado, al más débil atacó. A escoger entre salvar vidas o continuar la batalla nos obligaron.
Yoda recordó su duelo con Dooku en el hangar de Geonosis. El Conde estaba derrotado, sin más alternativa para poder huir que distraer su atención…
—Representantes de Belderone han expresado su gratitud al Senado —dijo Mace—. Pese a las pérdidas.
Yoda agitó la cabeza con tristeza.
—Más de diez mil muertos. Y veintisiete Jedi.
Mace tensó los músculos de la mandíbula.
—En esta guerra han muerto miles de millones. Belderone se ha salvado, y, lo más importante, hemos sido capaces de hacer huir a Grievous.
—Hacia dónde saltó descubrir debemos.
—Si es necesario, lo perseguiremos hasta los confines del espacio conocido.
Yoda calló un momento, antes de proseguir:
—Hablar con el Canciller Supremo debemos.
—Sin disculpamos —añadió Mace bruscamente—. Nuestra deferencia hacia él tiene que acabar.
—Con el fin de la guerra acabará —Yoda ladeó ligeramente la cabeza para mirar a Mace—. Una advertencia terrible Belderone es: «Cada vez mayor el poder del Lado Oscuro es». Sidious descubierto debe de ser.
Mace asintió seriamente con la cabeza.
—Descubierto y eliminado.