12. EL DÍA DESPUÉS
Krom se pasó los siguientes tres días con fiebre y delirando. Al amanecer del cuarto día se despierta con lucidez.
Lo primero que ve al abrir los ojos es el hocico con largos bigotes de una bestia que tiene apoyado en su pecho y le mira fijamente a los ojos.
-Tigre-susurra Krom. Y acaricia al gato que le responde con un ronroneo.
Así que se encontraba en su piso. La puerta del dormitorio está abierta y se oyen ruidos provenientes de la cocina. Krom huele a huevos fritos, panceta y café. Se da cuenta de que tiene mucha hambre.
Se quita la colcha y ve que está desnudo. Coge una bata y se dirige hacia la cocina. Se encuentra débil pero no nota nada roto. No recueda mucho de los últimos 3 días, solo fogonazos y destellos. Pero si recordaba las pesadillas y los escalofríos.
Llega a la cocina y se apoya en el quicio. Le ha costado un poco de esfuerzo llegar y necesita apoyarse. Una chica está de espaldas a él terminando de poner unos huevos revueltos en dos platos. Se da la vuelta y le sonríe.
-¿Qué tal estamos? Has tenido unos días duros, ¿eh?
Krom la reconoce.
-Hola Irina -dice mientras se sienta en una silla-. Perdona pero, ¿qué haces aquí?
-¿Pues qué voy a hacer? Echarte una mano, hombre. Tu tía Margareta y yo nos hemos estado turnando para vigilarte hasta que se te pasara el síndrome de abstinencia.
-¿Si? -delante de él hay una taza con café, unos bollos y los huevos revueltos con panceta que Irina le pone delante. Empieza a salivar.
-No recuerdo que pasó después del golpe a Bir. ¿Qué paso luego? -continua Krom.
Irina se quita el delantal mientras contesta.
-Bir estaba noqueado pero tampoco sabíamos qué hacer con él así que avisamos a las autoridades para que lo recogieran. Creo que lo tienen en una celda de máxima seguridad hasta que decidan su destino. Los convenios entre mundos no están claros y no se sabe si debe juzgársele por invasión o repatriarle.
-A ti -continua Irina- decidimos traerte a casa y dejarte aquí antes de que llegaran los polis. Padre cargo con la culpa de todos los heridos y muertos de la secta. Explicó lo justo y omitió tu intervención. Pero no creo que vayan a presentar cargos contra él.
Irina se sirvió una ración de desayuno en un plato y se sentó junto a él. Krom se fijó que no había nada de sangre en ese desayuno. Todo estaba cocinado, de hecho.
-Me dijo que te siguió y que tuvo que dejarte atrapado en las rocas del metro para seguir a Oscuro y los otros. Pero que avisó de que había habido un accidente. Y para cuando llegaste a la mansión, Padre estaba intentando un ataque por sorpresa. Por eso Oscuro estaba escapando con el carruaje. Y tú reapareciste. Padre te dejó seguir con la iniciativa -Irina exhibe una sonrisa torcida-. Siempre ha sido de dejar que otros desvíen la atención para atacar cuando no se le espera.
“Los hijoputas de la secta, han sido arrestados o han huido. Los que dejaste vivos, claro.” Irina sonríe con una sonrisa maliciosa. “El hijo de puta de Oscuro tenía el cuello roto. Le eché un buen escupitajo como despedida.”
-Y desde entonces tu tía y yo te hemos estado vigilando. Tu amiga Samantha también se ha pasado pero no creo que lo recuerdes, estabas muy mal.
Krom asiente mientras termina de engullir un trozo de panceta.
-Sí, no recuerdo nada. ¿Qué pasó con mi moto? ¡Mierda! Acabo de recordar que mi Mágnum debe estar en algún lugar de aquel agujero del metro.
-Padre se encargó de la moto. En la furgoneta que te recogió también entraba. Decía que no se podía dejar por ahí, que era un elemento muy especial. Algo sobre que es un bonito trozo del infierno. Me temo que no me he enterado sobre ello. El cabrón del Oscuro me tenía en el suelo del carruaje con el puto cáliz quemándome todo el rato. Suerte que las heridas se me curan rápido -dice Irina mientras se toca la cara. Krom apenas distingue una pequeña marca.
“Y tu Mágnum la encontró la policía. La deben tener como evidencia aunque Samantha me ha asegurado que se iba a encargar de recuperarla y de que nadie hiciera preguntas al respecto.”
-Gracias Irina, la verdad es que no era un problema tuyo.
Irina baja los ojos. Tigre se ha acercado mientras hablaban y se masajea contra su pierna. Ella lo acaricia con una sonrisa mientras dice:
–La verdad es que debo darte las gracias a ti. Y no creas que me es fácil. Estoy acostumbrada a ser yo la intimidante y a tener mi vida bajo control. Lo que ha pasado estos últimos días para mí ha sido como una pesadilla. Padre me explicó que te contrató. Sé que era tu trabajo. Pero, aún así, gracias.
Krom se fija en ella. La verdad es que no parece muy vampira, no tiene el pelo oscuro sino castaño. Aunque si tiene orejas afiladas como las de su padre. Y su cara es pálida. Pero sus ojos… sus ojos son claros. Nunca ha visto ningún vampiro con ojos claros.
Irina, al igual que su padre, parece que le lee la mente.
–Mi madre es elfa -y se queda callada un momento-. Y mi padre me dijo que murió al darme a luz. Pero hace poco me confesó que sigue viva aunque no sabe dónde está. La he buscado pero no la encuentro. Por eso…., por eso estaba tan alterada y busqué consuelo en la secta. Por eso y por hacer enfadar a Padre porque sabía que a él le disgustaría de cojones. Quería joderle bien jodido. Que estúpida he sido. No valoré el peligro de esos humanos.
Krom asiente. Ha empezado a tomarse el café y se empieza a sentir mucho mejor y con más fuerzas.
-Casi nadie lo hace Irina. A mí me toman por sorpresa muy a menudo.
-Pero si tú también eres humano.
-Sí, supongo que sí, ¿no?-dice Krom sonriendo.
Irina mueve su silla para ponerse justo delante de él. Lo mira con la cara seria.
-Krom, mi padre se ha quedado impresionado con tu forma de trabajar y rapidez. Y yo también, joder -Irina se muerde un labio-. ¿Me ayudarías a encontrar a mi madre? Tengo dinero para pagarte.
Krom abre los ojos y se recuesta en la silla. Se da cuenta de que Irina es bastante guapa y de que no le importaría tenerla cerca un tiempo. Algo hermoso para variar en su mundo violento. Algo hermoso pero en forma de peligrosa semi-vampira, claro.
–Emm, pues sí, claro. Ese es mi trabajo. Pero, ¿te importa si empezamos mañana?
Irina se abalanza sobre él en la mesa y le besa en los labios.
-¡¡¡Gracias!!! Joder, te prometo que te ayudaré y ya verás que soy muy útil cuando las cosas se ponen feas.
Krom se queda sin saber que decir.
-Ok,ok. Pero empezamos mañana. Hoy necesito descansar.