7. ATRAPADO CON SU PASADO

 

Está agazapado con el comisario Thompson detrás de un coche patrulla mientras los tiros vuelan a su alrededor. La banda del bufón les dispara con ametralladoras, fusiles, ballestas, arcos y hondas. Están rodeados y no tienen escapatoria. El caos está por todas partes. Y es ensordecedor. Apenas se pueden escuchar entre ellos.

-¡Es una trampa, comisario!-grita Krom-. ¡Nos la han jugado para que no salgamos de aquí con vida!

-¡Mierda! Siento que te haya tocado esto, Krom. No pensaba que Rosco me la jugaría de esta manera –Thompson mira al suelo mientras comprueba cuantas balas le quedan en el cargador-. Sólo 6 -musita por la bajo-. Quizás debí aceptar el soborno, ¿no, Krom?-dice con una triste sonrisa.

-Nunca señor. Para las tribus del norte, de donde yo vengo, eso sería la mayor deshonra. Mi clan pensaría que sería un desecho. Pero claro, a mi clan le gusta ir medio desnudos, llevar lanzas y me abandonaron cuando era un bebé, señor. Así que, a la mierda con todo -Krom le devuelve la sonrisa a Thompson-. ¿Cada uno por un lado señor?

-Cada uno por un lado, hijo. Ha sido un placer, tu clan estaría orgulloso de ti.

-¿Sí? ¿A quién le importa? Me importa más esto -y Krom le da la mano a Thompson. Thompson se la estrecha.

Las balas y las flechas no dejan de escucharse mientras impactan en el coche o por encima de sus cabezas. El coche policía tras el que se están refugiando parece un queso gruyere. El hechizo de protección solo aguantó la primera embestida y la carrocería apenas se sostiene ya.

-¡Vamos allá!-grita Thompson.

Krom sale por el lado izquierdo del vehículo mientras dispara su automática. Corre mientras busca cobertura tras una farola. Pero siente un golpe en el pecho. Las piernas le traicionan y cae al suelo. Escucha gritos y una explosión.

Pero lo que le preocupa es que apenas puede respirar. No siente dolor pero no puede respirar. ¿Qué está pasando?

Está tumbado con la espalda pegada al asfalto y solo puede ver el cielo azul. En su campo de visión aparece una figura con una máscara de payaso.

Krom intenta levantar su pistola pero apenas tiene fuerzas. ¿Por qué está tan débil?

-¿Has venido a rematarme?-dice con un hilo de voz Krom.

La máscara de payaso dice: “No”. Tiene una voz gutural y demoníaca. Suena a metálico y a podredumbre.

Levanta un brazo y lentamente se quita la máscara.

Es Samantha. Le dice con una voz que en nada se parece a la anterior:

-Despierta y abre la mano.

Krom abre los ojos. Todo está negro. Se da cuenta que está hecho un ovillo y que está todo sudado. El maldito sueño le ha puesto un poco de los nervios. “Ummm, ¿pero quizás debería estar un poco de los nervios?”

Siente que está enclaustrado y al intentar moverse se da cuenta de que hay obstáculos por todos lados. “Mierda”, se acuerda, “me cayeron todas esas piedras del techo. Joder, que suerte tengo de estar vivo.”

Se toca poco a poco para comprobar y descubre con alivio que no parece tener nada roto. Busca el móvil de su bolsillo pero aunque funciona no tiene cobertura. La señal de emergencia tampoco parece servir.

Entonces se da cuenta que sigue agarrando un trozo de la túnica de Oscuro. Lo palpa. Justo donde el Sacerdote lo desgarró con su daga siente que hay un bolsillo aunque no está completo. Dentro hay lo que queda de lo que parece una tarjeta de visita. Krom acerca el móvil para iluminar la tarjeta. Alcanza a leer: Roderick Vis… Sacerdote Osc… Suxxex… El resto no se puede leer.

Krom recuerda algo sobre Suxxex. Es una de las zonas mágicas de los Oscuros. Un sitio con bastante magia y en donde innumerables portales se han abierto. Leyó en el periódico que hace poco intentaron abrir uno que salió mal. El Ministerio de la Magia había abierto una investigación y les podía reducir las ayudas económicas para el siguiente año.

Además, por ley no se podía invocar nada más poderoso que demonios o ángeles de segundo nivel. Una invocación de un Dios primigenio estaba penado con la castración mágica y cadena perpetua.

Así que Suxxex era un sitio al que los Oscuros debían dejar tranquilo para no causar más problemas y llamar la atención. Pero seguía siendo un sitio perfecto para continuar una desesperada invocación a medio terminar. Krom tal vez estuviera enterrado vivo pero al menos tenía una pista.

Ya un poco más tranquilo se pone a evaluar dónde se encuentra. El hueco apenas tiene un metro y medio de altura. Y en los laterales no ve ninguna salida, hay rendijas por las que puede pasar la mano pero solo encuentra más piedras.

Concluye con el estado de su situación: “Estoy jodido.”

“Ok, pero primero lo primero.”

Maniobra para quitarse la gabardina y que no le moleste. Además la tiene pillada entre los escombros y le tira cuando se mueve. Ya totalmente liberado dentro de su minúsculo espacio intenta ponerse de cuclillas. Toca con la palma de los dedos las piedras que le cubren. Quiere intentar mover alguna piedra pero sabe que eso podría provocar un derrumbe y quedar totalmente sepultado. Tiene que ir con cuidado.

Va recorriendo su diminuto espacio tocando las piedras y con la cabeza alta. Por un lado descubre un poco de aire fresco que nota en la cara. La piedra está ligeramente más fría. La superficie está cerca por ahí. Sigue siendo arriesgado mover las piedras pero tiene que intentarlo.

Podría quedarse quieto y esperar a que Samantha pidiera ayuda cuando no supiera de él pero está seguro de que la secta intentará continuar con el ritual que Krom ha estorbado y que solo va a ser cuestión de horas de que a Irina le ocurra algo malo e irreversible. Y claro, entonces él se quedaría sin cobrar. Eso sin contar que tener a un vampiro de estirpe ciego de furia contra ti no es la mejor manera de asegurarse una vida larga y plena.

Se prepara para hacer la primera prueba. Inspira y empuja con la espalda hacia arriba. La piedra no se mueve. Usa todas sus fuerzas. Nada. Para un poco e intenta pensar en todas las cosas buenas de la vida: en su tía Margareta que lo cuida como a un hijo, en su gato que lo espera en su despacho, en su vida, que tanto le gusta…Un poco de adrenalina recorre su cuerpo.

“¡Venga, vamos!” se dice.

Inspira y empuja con todas su fuerzas. Las venas se le marcan en el cuello que se pone como un toro por la tensión. ¡Vamos! Sigue empujando con los dientes apretados. El sudor le empieza a caer por la frente. La piedra no se mueve.

“¡Su puta madre!” y se deja caer en el suelo. Ni con adrenalina ni pensando en su bendita tía Margareta. No hay manera.

Descansa un poco e intenta otra postura. Ahora se tira en el suelo con la espalda apoyada en el suelo y con sus musculosas piernas empuja hacia arriba. Intenta estirar completamente las piernas. “Urggghhh.” La piedra no se mueve.

Se queda descansando unos segundos. No quería llegar a eso pero no le va a quedar más remedio si quiere salir de ahí pronto. Rebusca en el cinturón de sus pantalones y escondido en la hebilla hay una pequeña cajita. La abre y saca una pastilla.

Es una pastilla de mandrágora. Ingerida mientras se recita el hechizo adecuado da fuerzas y energías descomunales. Todo tu cuerpo se acelera y puedes hacer todo más rápido y mejor. Incluso pensar. Pero solo da energías durante 2-3 horas. Luego el chute desaparece y deja con la mayor resaca que Krom ha experimentado jamás.

La única vez que uso la pastilla-hechizo quedo 3 días en cama delirando y con fiebre. Tenía pesadillas y no podía comer nada. Lo recuerda como un autentico infierno. No quería volver a pasar por eso. Pero seguía siendo un recurso muy valioso para situaciones desesperadas y por eso llevaba una de emergencia con él siempre.

Requiere algo de magia pero Krom ya tiene experiencia. Cualquiera de El Mundo Encantado puede usar hechizos elementales. Aunque requiere un poco de concentración y esfuerzo.

Eso sí, cuando se tome la mandrágora, aunque consiguiera mover las piedras, solo le quedaría 2 ó 3 horas de efecto antes de quedarse sin fuerzas y delirando. Y eso significa que en 3 horas tendría que encontrar a Irina y a la secta y cumplir con lo acordado con Héctor. Pero sería una carrera contra reloj contra sus propios biorritmos.

“Vale”-piensa, “antes de tomármela tengo que pensar un plan, saber cuáles son mis siguientes pasos. No voy a tener mucho tiempo en cuanto me la tome así que es mejor tenerlo todo claro ahora.”

Se sienta en la posición de loto, controla la respiración e intenta dejar vacía su mente. Examina, completamente relajado, su problema.

En cuanto salga de estos escombros tiene que encontrar a la secta en poco tiempo. ¿Dónde estarán? Necesitarán un lugar apartado pero cercano. Quieren continuar con el ritual ya. Por lo que sabe Krom este tipo de rituales son largos y si se paran por demasiado tiempo hay que empezar de nuevo. No querrán que esto pase. El Sacerdote Oscuro parece tener una dirección en Suxxex. Lo más probable es que vayan allí. Krom no sabe en donde estará pero sabe que el nombre del Sacerdote es Roderick Vis algo. Eso será suficiente para que Samantha encuentre la dirección exacta. Y lo más rápido para que Krom llegue a esa zona es que coja su moto.

“Bien. El orden es:

  1. pastilla más hechizo,
  2. empujar con todas mis fuerzas la roca,
  3. correr hasta el andén, parar 30 segundos para llamar a Samantha y decirle que busque la dirección exacta del Sacerdote Oscuro en Suxxex,
  4. luego coger un taxi a casa,
  5. bajar al garaje donde tengo la moto,
  6. revisar el móvil para leer el mensaje de Samantha con la dirección,
  7. salir hacia Suxxex,
  8. improvisar allí.

Ok. Ya tengo claro mis acciones.”

Krom se mete la pastilla en la boca y empieza a recitar el mantra que le enseñaron tiempo atrás. Después de un minuto se traga la pastilla y abre los ojos esperando.